VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

EL CASO DE S.S. HONORIO (Arzobispo Víctor Dechamps)


Arzobispo Víctor Dechamps

EXTRACTO DE LA CARTA DE DECHAMPS ARZOBISPO DE MALINES A DUPANLOUP OBISPO DE ORLEANS

¡Ojalá la hubieses aprovechado también, no para aumentar, sino para disipar las dificultades que yo llamo nubes, y que unas doctrinas por cierto muy poco autorizadas presentan contra la infalibilidad de la Santa Sede, con motivo de ciertos actos de los Papas en los cuales jamás ha habido la menor sombra de definiciones de fe! ¿Cómo habéis tenido, monseñor, valor para recordar aun las cuestiones juzgadas de Liberio, Vigilio y Honorio? Yo por mi parte no lo tengo para probar ahora nuevamente lo que es de todo punto evidente, a saber: que Liberio no redactó nunca cosa alguna que fuera contraria a la fe, y que si pecó fue redactando una fórmula de fe incompleta; cuyo espíritu ó letra creyéndolo Vigilio atribuido a Ibas, aprobado por el Concilio de Calcedonia, se equivocó únicamente en una cuestión de hecho, pero de ningún modo dogmática para él, toda vez que reprobó de la manera más explícita los errores contenidos en aquel documento, y que Honorio no enseñó bajo manera alguna el monotelismo en sus cartas a Sergio, pues lo que enseñó muy formalmente fue lo contrario, y que lejos de definir cosa alguna contra la fe, su falta consistió precisamente en no querer definir nada, como él mismo lo dice, contra una novedad cuyo veneno le había ocultado el astuto patriarca de Constantinopla.

Tengo a la vista todos los textos, monseñor; pero os son conocidos, y por lo tanto os dispenso de ellos en este lugar, así como de las magníficas palabras de León II al emperador Constantino y los obispos de España, palabras que siguieron bien de cerca a toda aquella controversia y que demuestran de un modo tangible que nunca el Concilio VI ecuménico pensó en condenar á Honorio como personalmente culpable de herejía, sino tan solamente como culpable de negligencia.


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RELACIONADO

EL CASO DE S.S. SAN LIBERIO, DIFAMADO POR LOS HEREJES DE AYER Y HOY

ESTE PODER DEBÍA DESCENDER DE SAN PEDRO A LOS DEMÁS

Santo Tomás de Aquino
In Quartwn Sententiarum, Dist. XXIV, q. 3, a. 2 ad 1

"Aunque a los apóstoles se les dio en común el poder de atar y desatar, pretendan que en este poder se significaba algún orden, el primero fue dado a la roca sola, para mostrar que este poder debía descender de él a los demás, por lo cual también le dijo singularmente: Fortalece a tus hermanos; apacienta a mis ovejas"

“Quamvis Apostolis data sit communiter potestas ligandi atque solvendi, tarnen ut in hac potestate ordo aliquis significaretur, primo soli Petra data est, ut ostendatur quod ab eo in alios debeat ista potestas descendere, propter quod etiam dixit ei singularitei: Confirma fratres tuos; pasee oves meas”

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Cardenal Cayetano
De comparatione auctoritatis Papae et Concilii, c. III nn. 30-34

"Y esto es lo que todos los santos autores pretenden cuando enseñan la doctrina de la dependencia de todos de Pedro. De hecho, al dispensar por gracia especial... precedió al mismo (Pedro) al darle la autoridad para gobernar, ordenar, y juzgar a la Iglesia. Y... nada perjudica la excelencia del poder jurisdiccional de Pedro sobre todos los que el Salvador dio a sus súbditos ese poder por gracia, que estaban por recibir de Pedro por la vía ordinaria... Porque en Pedro y de Pedro comienza todo el poder de la Iglesia, y se deriva a toda la Iglesia por el camino ordinario, y nuevamente algunos de los súbditos de Pedro recibieron inmediatamente más poderes de Cristo, que debían recibir de Pedro, a modo de anticipación."

"Et hoc intendunt omnes sacri auctores cum de dependentia omnium a Petro doctrinam tradunt. In erogando vero ex speciali gratia... praevenit eundem (Petrum) in dando auctoritatem gubernandi, ordinandi, iudicandique Ecclesiam. Et... nihil officit excellentiae potestatis iurisdictionis Petri super omnes quod eius subditis Salvator dedit illam potestatem ex gratia, quam a Petro per viam ordinariam accepturi erant... In Petro enim et a Petro inchoat omnis Ecclesiae potestas, et derivatur in totam Ecclesiam via ordinaria, et rursus aliqui Petri subditi plures potestates acceperunt a Christo inmediate, quas a Petro erant accepturi, via praecentionis gratuitae"
(De comparatione auctoritatis Papae et Concilii, c. III nn. 30-34). fr. etiam S. TROMP, Corporis Mystici, ed. 3., p. 119; CH. JOURNET, L'Eglise du Verbe Incarné La hierarchie apostolique, ed. 3. pp. 520 y 532; M. R. GAGNEBET, Jurisdiction collegiale du corps episcopal, in "Divinitas", 5 (1961), 466-67).


P. Dino Staffa
REVISTA ESPAÑOLA DE TEOLOGIA. NUM 97. AÑO 1964
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S.S. DONO II, PAPA Nº 137

DONO II (973)

Después de la expulsión del antipapa cismático Bonifacio VII, y de la muerte del papa Benedicto VI, fue elegido pontífice Dono II, romano, que gobernó la Iglesia poco más de tres meses. 

Poco se conoce sobre el pontificado de Dono, y hasta se duda de su existencia. Algunos historiadores creen que se trata de una equivocación originada por la frase: Domus (Dominus) papa, que se refiere a Benedicto VI en algunos catálogos antiguos. Dichos historiadores señalan como sucesor inmediato de Benedicto VI a Benedicto VII.

Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945


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EL CASO DE S.S. HONORIO (Cardenal Joseph Hergenröther)

Cardenal Joseph Hergenröther


Pero ¿cómo podía decir el Concilio que había condenado a Teodosio de Faran, a Sergio y Honorio, según el juicio emitido por el Papa? Honorio, léjos de ser acusado, fué honrado por Sofronio, por Máximo y por los más famosos teólogos de su tiempo: Juan IV y sus sucesores le habían defendido, y Agathon no dijo una palabra de él, lo mismo que de Martín I. Agathon aseguraba expresamente que desde el origen de la controversia los Papas nunca habían cesado de exhortar a los Obispos de Bizancio a abstenerse de su herejía, «al menos con su silencio» - estas últimas palabras no podían aplicarse sino a Honorio y repitió en diversas ocasiones que los Papas, según la promesa de Jesucristo, nunca habían errado en materias de fe.

¿Cómo, además, colocar a Honorio entre los herejes, cuando sus cartas no contienen herejía alguna? La única cosa que puede reprendérsele, es no haber resistido de un modo adecuado y suficiente a los monotelitas, no haberse opuesto a la invasión de la herejía. haber «seguido» a Sergio.

Puede formarse una idea de la humillación que produjo en el orgullo de los griegos la condenación sucesiva de cuatro jefes eclesiásticos de la nueva Roma, por los varios esfuerzos que hizo Jorge en la décima séptima sesión para que los nombres de sus predecesores no fuesen pronunciados en los anatemas. Se le satisfizo en cierto modo colocando entre los condenados a un Obispo de la antigua Roma, Honorio, a quien los griegos, desde Pirro, no cesaban de invocar en su favor. Pero ¿por qué los legados de Roma callaban en esta circunstancia, siendo así que el papa Agathon, en su carta al Emperador, les prescribía rigurosamente no hacer adición ni cambio, y les manifestaba que la condenación de Honorio era evidentemente contraria a sus miras, que era una adición reprobada por la Iglesia de Roma, y sobre todo por el concilio de Letrán en 649?-En ninguna parte se ve que los legados hicieran resistencia; se contentaron con firmar las actas.

Acaso se creían obligados a ceder por amor a la paz, y más cuando la condenación establecía una diferencia entre los jefes del monotelismo y Honorio; este Papa era calificado simplemente de «fautor de la herejía», expresión que, en el sentido que se tomaba entonces, podía también significar «herejía», tomando esta palabra en una acepción lata. No se juzgó oportuno, según todas las apariencias, oponerse formalmente a la condenación de Honorio, porque podía hacerse valer en parte contra él los principios que sus predecesores habían invocado resueltamente contra Acacio. De cualquier modo, y sea cual fuere el sentido que los orientales hayan dado a la condenación de este Papa, renovada posteriormente, esta condenación no era admisible si no la aprobaba la Santa Sede. Ahora bien: lo único que se ha admitido es que Honorio favoreció la herejía y la dejó crecer por negligencia ó falta de penetración.





HISTORIA DE LA IGLESIA
Tomo II
1884
 
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RELACIONADO

EL CASO DE S.S. SAN LIBERIO, DIFAMADO POR LOS HEREJES DE AYER Y HOY

D. RAMÓN TATAY (CARLISMO), CONTRA LA TOTALIDAD DEL PROYECTO DE LEY DE LIBERTAD RELIGIOSA

EN ESPAÑA, DEL 9 DE MARZO DE 1967, A INSISTENCIA DE LA DECLARACIÓN DIGNITATIS HUMANAE DEL CONCILIÁBULO.


Tres amores. Marta Gómez de la Serna

LOS 24 ARGUMENTOS DE DON RAMÓN TATAY 
CONTRA LA TOTALIDAD DEL PROYECTO
DE LEY DE LIBERTAD RELIGIOSA

"Nadie puede olvidar en conciencia tantos documentos obligatorios de Roma, sobre todo las proposic. 15 a 18, la 55 y las 77 a 79 del «Syllabus» y encíclica «Quanta cura» de 1864, de Pío IX, y las de Gregorio XVI y León XIII. En la «Quanta cura» hay un texto directamente afectante a la nueva redacción del art. 6.°, que queda ya reprobado sin apelación posible ante la conciencia católica del país y del mundo entero. Ya León XIII confirmó la grave obligación de los gobernantes católicos de reprimir por la fuerza a los cultos acatólicos en la difusión de sus errores."

"Por mis convicciones profundas debo rechazar esa ley anunciada que atenta contra el dogma católico y lo hago con toda mi alma como teólogo y canonista, y también como jurista seglar."

Ramon Tatay Tatay

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S.S. BENEDICTO VI, PAPA Nº 136

BENEDICTO VI (972-973)

Nació en Roma y fue hijo de Hildebrando. 

Poco después de su elección fue detenido por el patricio Crescencio, jefe de la nobleza romana, y arrojado a una horrible prisión. Afirman algunos que le dejaron morir de hambre, otros que pereció estrangulado o envenenado por orden del mismo Crescencio, el cual sostenía al antipapa Francón. Este tomó el nombre de Bonifacio VII y empezó a actuar como pontifice. Más no fue por mucho tiempo; viéndose odiado y amenazado por el pueblo, huyó a Constantinopla, después de adueñarse de los tesoros de la iglesia de San Pedro.

Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945


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HAN LEVANTADO EL TRONO DE SU ABOMINABLE IMPIEDAD

S.S. León XIII
18 de mayo de 1890

"Ubi sedes beatissimi Petri et Cathedra veritatis ad lucem gentium constituta est, ibi thronum posuerunt abominationis et impietatis suae; ut percusso Pastore, et gregem disperdere valeant."

"En el mismo Lugar Santo, donde ha sido erigida la Sede del Santísimo Pedro y la Cátedra de la Verdad para luz del mundo, han levantado el trono de su abominable impiedad, con el inicuo designio de que, herido el Pastor, las ovejas se dispersen."

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Acta Sanctae Sedis  1890 - 1891: Vol 23



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LA VISIBILIDAD DE LA IGLESIA, CON LA SEDE VACANTE, EN EL TIEMPO DEL ANTICRISTO
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S.S. JUAN XIII, PAPA Nº 135

 

JUAN XIII (965-972)

Obispo de Narni, fue elegido por la influencia de Otón. 

La severidad con que trató a los nobles corrompidos y violentos, los sublevó contra él; Rodofredo, conde de la Campania y el prefecto de Roma, lo encarcelaron en el castillo de Santángelo, de donde huyó algunos meses después, refugiándose en Capua.

Otón hizo su primera marcha sobre Roma, y los rebeldes, temiendo su ira, llamaron de nuevo al Papa; pero el emperador, dentro ya de la ciudad (967), castigó a los culpables con penas severisimas.

Juan XIII trabajó con ardor por el restablecimiento de la disciplina eclesiástica, envió misioneros a los eslavos, y erigió nuevos obispados. 

En el año 967 coronó emperador a Otón II, que había sido asociado por su padre al Imperio. 

Fue sepultado en San Pablo, en la vía Ostiense. 

Quedaron de este papa un relevante número de documentos, por los cuales se puede apreciar toda su beneficiosa actividad a favor de la Iglesia.

Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945


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PROHIBICIÓN DE RECIBIR VIÁTICO Y SAGRADA COMUNIÓN A LOS APELANTES PÚBLICOS JANSENISTAS


S.S. Benedicto XIV
Ex Omnibus Christiani 
16 de octubre de 1756

Historia de la Iglesia, Cardenal Joseph Hergenröther:
Con fecha 16 de Octubre de 1756 expidió Benedicto XIV Cartas Apostólicas recomendando la obediencia que era debida a la Bula Unigenitus, y señalando el deber en que estaba el clero de negar la comunión, como pecadores públicos, a los que de una ma nera notoria y pública faltaban a sus prescripciones; dando al propio tiempo instrucciones sobre las diferentes categorías de personas que podían intervenir en tales asuntos, y la aplicación de los principios eclesiásticos en caso de duda; nada decidió acerca de la exigencia de las cédulas de confesión, por lo que no abolía tampoco la práctica establecida en París. Pero los Parlamentos de esta capital y de Rouen prohi bieron, con fecha 7 y 9 de Diciembre de 1756, las Cartas Apostólicas, El dia 10 expidió el Rey una Declaración reclamando la observancia de la Bula Unigenitus, pero sin concederla los efectos de una Regla de fej recomendaba la ley del silencio sin perjuicio de la jurisdicción episcopal y de la tranquilidad pública, y terminaba diciendo que las cuestiones relativas a la administración y exclusión de los sacramentos son del dominio eclesiástico, quedando autorizada únicamente la apelación por abuso.

No obstante el tono ambiguo de una declaración que no podía satisfacer a la Iglesia, los mencionados Parlamentos se negaron a registrarla; por fin, lo hizo el de París el 5 de Setiembre de 1757, quedando autorizados para regresar a sus puestos los eclesiásticos desterrados, Posteriormente recomendó Clemente XIV la observancia del decreto de Benedicto. El jansenismo iba perdiendo importancia en el concepto de herejía, y todas sus tendencias pasaban a la política; los pocos sectarios que conservaron el nombre de jansenistas se pasaron muy pronto al campo de los filósofos incrédulos, mostrándose cada vez más audaces, hasta que, explotados ya sus servicios, les fueron expulsando de su seno, y acabaron por perder toda su importancia



Historia de la Iglesia
Cardenal Joseph Hergenröther
Tomo V
1888
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S.S. BENEDICTO V, PAPA Nº 134

BENEDICTO V (964-965) 

Muerto Juan, Otón quería que fuese reconocido León VIII; pero los romanos eligieron al cardenal diácono, Benito el Gramático. 

El emperador rindió a Roma por el hambre y obligó a los romanos a aceptar a León, que depuso a Benedicto. 

De vuelta a Alemania, Otón se llevó consigo a Benedicto, confiándolo a la custodia del obispo de Hamburgo. Entretanto, en 965, murió el antipapa León, y los romanos enviaron legados a Germania para pedir el regreso de Benedicto. 

Consintió el emperador, pero durante el viaje, Benedicto dejó de existir.

Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945


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INDAGADORES


Tertuliano
De Præscriptio Hæreticum

"Nosotros no necesitamos de curiosidad después de Jesucristo, ni de indagaciones después del Evangelio..... Indaguemos en buen hora; pero en la Iglesia y en la escuela de Jesucristo. Uno de los artículos de nuestra fé, es que solo fuera de la Iglesia puede haber errores."
Bergier Tomo X

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S.S. JUAN XII, PAPA Nº 133


JUAN XII (956-964)

Alberico había hecho prometer a los romanos que, al morir Agapito, elegirían a su hijo Octaviano, quien a la muerte de su padre fué proclamado príncipe de los romanos (954). Sucedió, pues, a Agapito II en 956. ¡Contaba entonces 18 años!

Su breve pontificado fué agitadísimo. Luchó primero contra Pandolfo, príncipe de Capua, que le obligó a retirarse; entonces le pidió la paz y concertó con él una alianza. Invocó luego la ayuda de Otón I contra Berengario II, rey de Italia, y su hijo Adalberto, y en 962 coronó a Otón emperador y rey de Italia.

Otón confirmó a la Iglesia las donaciones de Pipino y Carlomagno, les añadió además algunas posesiones en Lombardía, y reguló la forma de elección del Pontífice. Mas, transcurrido un año, cesó la buena armonía con Otón, que había querido entrometerse en los asuntos eclesiásticos. 

Mientras tanto, Adalberto, llamado por los señores romanos, que ya se habían cansado de las vejaciones de Otón, había llegado a Roma no sin la ayuda del Papa. Otón volvió a Roma, el Papa huyó, y un concilio reunido por el emperador lo declaró depuesto y eligió al antipapa León VIII, protonotario, que no era aún sacerdote. Pero luego, habiendo Otón abandonado Roma, Juan regresó, se libró de sus enemigos, y en un concilio hizo anular la elección de León VIII, que fué expulsado de Roma. 

Poco después murió de apoplejía, según algunos historiadores, o asesinado, según otros.

Su juventud, el hecho de ser hijo de Alberico y los trágicos azares de su vida le dan derecho a un juicio menos severo que el que legó a la Historia la malevolencia del cronista imperial Luitprando. 

Se dice que Juan XII fué el primero que cambió el nombre en la elección al pontificado; pero en la serie de los pontifices anteriores encontramos otro papa que también hizo esta mutación: fué Juan II (532-538), que antes llevaba el nombre de Mercurio.

Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945


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CONTROVERSIA SOBRE LA TIRANÍA Y EL TIRANICIDIO

S.S. Martín V
Concilio de Constanza
1414-1418
Decreto de 1413 contra Jean Petit confirmado por el Concilio de Constanza el 6 de julio de 14

Condenada la proposición sobre el tiranicidio

El sagrado Concilio, el 6 de julio de 1415, declaró y definió qué 690 la siguiente proposición: "Cualquier tirano puede y debe ser muerto lícita y meritoriamente por cualquier vasallo o súbdito suyo, aun por medio de ocultas asechanzas y por sutiles halagos y adulaciones, no obstante cualquier juramento prestado o confederación hecha con él, sin esperar sentencia ni mandato de juez alguno"... es errónea en la fe y costumbres, y la reprueba y condena como herética, escandalosa y que abre el camino a fraudes, engaños, mentiras, traiciones y perjurios. 

Declara además, decreta y define que quienes pertinazmente afirmen esta doctrina perniciosísima son herejes.


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Cardenal Joseph Hergenröther

Controversia sobre la tiranía y el asesinato de los tiranos
- Mariana - Decreto de Aquaviva - Suarez.

401. Discutióse ahora nuevamente la cuestión relativa a la rebelión contra la tiranía y al asesinato de los tiranos, lo mismo entre católicos que entre protestantes. Fué uno de los más exaltados Junio Bruto (Huberto Languet), de la secta luterana, que tuvo imitadores en Francia, especialmente bajo el turbulento reinado de Enrique III, en el que se hizo notar el agitador Boucher. Desde el de Enrique IV se acusó en diferentes ocasiones a los jesuitas de patrocinadores del regicidio ó asesinato de los tiranos; sin embargo, los escritores de la Compañía no se apartaron en este punto de la doctrina corriente. Los antiguos teólogos habían asignado a la autoridad real un origen divino, pero sólo de una manera mediata y en muchos casos derivado del pueblo; doctrina que sustentó aún el año 1540 en París Juan Mayor, quien sostuvo, además, el derecho del mismo pueblo a privar al Rey de la corona. Atribuíase, por otra parte, el derecho de una resistencia pasiva a los Estados generales, investidos de poder judicial y ejecutivo y en casos extremos, facultados para deponer a los Príncipes.

Más si en teoría subsistía la doctrina antigua, en la práctica habían cambiado mucho las cosas, ganando cada día más terreno el régimen absolutista; por més que esta vaguedad introdujese también dudas y vacilaciones en el desenvolvi miento de la doctrina.



P. Juan de Mariana S.J.

Notable interés despertó el jesuita español Mariana († 1624) con una obra escrita el año 1598 en latín clásico, en la que con extraordinaria franqueza da instrucciones al Príncipe de Asturias acerca del origen, naturaleza y límites del poder real. Enseña el célebre autor de la « Historia de España, » cuyo libro està lleno de excelente doctrina, que no solamente es lícito privar de la corona y de la vida a un soberano ilegítimo que haya escalado el trono por la fuerza, como enemigo del pueblo, sino que la nación está facultada para destituir y quitar la vida a un Príncipe legítimo, pero degenerado y vicioso, que holle con sus plantas todo derecho divino y humano, y aún en caso extremo, si lleva al exceso sus tiranías y la voz pública lo comprueba, cualquiera está facultado para quitarle de enmedio.


S.S. Pablo V
Cura Dominici gregis

Lo extraño del caso es que la obra del famoso jesuita produjo en Francia una excitación que no se notó en España, hasta el punto de ordenar, en 1610, el irritable Parlamento parisiense, que fuese quemada por mano del verdugo. También el pontífice Paulo V tomó con calor el asunto, suponiendo que se pretendía atentar contra la autoridad eclesiástica; pero no hizo otra cosa que renovar el decreto de Constanza contra Petit, al que no había faltado el P. Mariana, según confesó más tarde.




Claudio Acquaviva d'Aragona
General de los Jesuitas

Con fecha 6 de Julio de 1610 publicó el general Aquaviva un decreto prohibiendo, bajo severas penas, a los jesuitas enseñar ó creer que era lícito a cualquiera, bajo pretexto de tiranía, quitar la vida a los Reyes ó a los Príncipes ó atentar de cualquier manera a su vida. Desde aquel momento nadie volvió a defender la licitud del asesinato de los Príncipes.



P. Francisco Suárez S.J.

Respecto de un tirano, que sea al mismo tiempo usurpador de la corona, por consecuencia ilegítimo, sentó Francisco Suárez la doctrina de que, en el caso de no existir otro medio y siempre que las consecuencias no sean peores que la tiranía misma, es lícito emplear la fuerza para deshacerse del tirano, llenándose para ello las condiciones de una guerra justa. 

En general, los escritores de la Compañía de Jesús estaban de acuerdo en los puntos siguientes: 

  • 1º no es lícito quitar la vida a un Príncipe legítimo, aunque oprima a su pueblo y le tiranice;
     
  • 2º tampoco es lícito dar muerte a un usurpador, desde el momento en que halla en posesión de la soberanía; y ántes de llegar este caso únicamente lo es con anuencia del Príncipe legítimo, en justa defensa, y previa formal declaración de guerra.


Historia de la Iglesia
Cardenal Joseph Hergenröther
Tomo V
1888
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S.S. AGAPITO II, PAPA Nº 132

 AGAPITO II (946-956)

De origen romano, fué elegido en el año 946. 

Agapito II llamó a Otón de Germania contra Berengario II que pretendía reinar en Italia, y convocó el sínodo de Ingelheim para hacer cesar las disidencias entre Luis de Ultramar y el conde Hugo. 

Muerto Alberico (954), que había tenido el poder durante veintidós años, el Pontífice quiso sacar de su envilecimiento a Roma y al papado, sobre los cuales dominaban desde hacía sesenta años Teodora la Grande y sus dos hijas: Teodora la Joven y Marozia. El apoyo que obtuvo de Otón el Grande le ayudó en su empresa. 

En el sínodo de Roma (944) dió fin a la cuestión del obispado de Reims, empezada bajo el pontificado de Juan X. 

Cuidó la disciplina monástica, y durante su pontificado se difundió el Cristianismo en Bohemia, Dinamarca y Suecia. 

Murió en Roma en 956 y fué sepultado en Letrán. 

Su pontificado, que duró diez años y fué regido por él con dignidad y firmeza, comprende uno de los períodos más agitados por las vicisitudes políticas. 

Merece especial mención la celebración del Concilio nacional de Astorga, que tuvo lugar bajo este pontificado y cuyo objeto fué la reforma de la disciplina eclesiástica.

Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945


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EL CASO DE S.S. JUAN XXII, DIFAMADO POR LOS HEREJES DE AYER Y HOY

 

Hay un error bastante común y muy antiguo entre los armenios y los griegos cismáticos, y consiste en creer que los justos y santos que salen de este mundo no gozarán de la visión intuitiva de Dios hasta después de la resurrección y el juicio universal; y que mientras se verifica, gozan de tranquilidad con la esperanza de ser bienaventurados. Este error fue condenado en el concilio de Florencia celebrado el año de 1439, en el cual se decidió que las almas de los justos que no tienen nada que purgar, gozan de la visión beatífica inmediatamente después de su separación del cuerpo. El concilio de Trento (1545- 1563) confirmó esta misma doctrina.

La misma cuestión se había agitado con mucho calor en Francia en el siglo XIV. El Papa Juan XXII, natural de Francia, y que residió en Aviñón, propendía a la creencia de los griegos, porque le parecía fundada en muchos pasages de los Padres antiguos: aventuró la publicación de esta doctrina en algunos de sus sermones, y manifestó deseos de que se mirase como una opinión problemática; pero nada decidió jamás sobre esta materia como Sumo Pontífice, y cabeza de la Iglesia, ni dió decreto alguno sobre ella; y aun retractó a la hora de la muerte lo que había podido decir o pensar con poca exactitud sobre este asunto.

Todos estos hechos están sólidamente probados en la Historia de la Iglesia Galicana tomo 13, libro 38, año de 1333 y 1334, por las memorias que conservamos de aquellos tiempos, y por los documentos originales de la disputa.

Pero los protestantes, siempre obstinados en su propósito de calumniar a los Papas, sostienen que Juan XXII incurrió en la censura de casi toda la Iglesia Católica, que su opinión fue condenada unánimemente por todos los teólogos de París en el año de 1333; que si se retractó antes de morir, no por eso renunció enteramente su opinión; y que si se sometió al juicio de la Iglesia, solo fué por el temor de que le tuviesen por hereje después de su muerte. Mosheim Hist. Eccles. siglo xiv, parte. 2, cap. 2, §. 9. También se atrevió Calvino a acusarle de haber negado la inmortalidad del alma.

Para deshacer todas estas imputaciones basta que aleguemos dos o tres hechos innegables.

1º Es constante que desde el 28 de diciembre de 1333, hasta el 2 de enero de 1334, tuvo este Papa en Aviñón un consistorio en el cual protestó solemnemente que "sobre la cuestión de suspenderse la visión beatífica jamás había hablado sino por vía de conversación, y no con ánimo de definir nada, y que para él sería una verdadera satisfacción el que se le manifestasen las autoridades favorables a la opinión contraria. Que por lo demás si se le había escapado alguna cosa fuera de razón, estaba pronto a retractarla." Al día siguiente 3 de enero dictó esta misma declaración por ante notarios. Entonces aún no había recibido el decreto de los Doctores de París.

2º En la junta que celebraron estos Doctores en Vincennes a presencia del Rey y de muchos prelados hacia fines del mismo diciembre de 1333, declararon unánimemente la creencia católica, que en el día seguimos. Esta declaración fue confirmada en otra junta celebrada en París el 26 de diciembre, y se escribió, firmó y selló el 2 de enero de 1334. Los Doctores sin perjuicio del respeto debido al Papa dicen, que saben por testimonios fidedignos que todo lo que el Santo Padre aventuró sobre esta cuestión no fue en forma de aserto ni de opinión, sino solamente por vía de narración." Escribieron al Papa en los mismos términos, suplicándole se sirviese confirmar con su autoridad el sentir de ellos como doctrina de todo el pueblo cristiano.

La declaración que hizo Juan XXII el 3 de diciembre siguiente, conociéndose cercano a la muerte, ó más bien la profesión de fé, que hizo en presencia de los cardenales, es en un todo conforme a la de los Doctores de París, y está concebida en los términos más claros. No solo es temerario, sino también malicioso el no tenerla por sincera, y el sostener que este Papa no renunció del todo su propia opinión, y que obró así solo por el temor de que le tuviesen por hereje después de su fallecimiento. Benedicto XII, su sucesor y testigo de vista de su última voluntad, le hizo más justicia, publicándola en una bula del 17 de marzo de 1335. Las calumnias sembradas contra él en Francia y en Alemania por los partidarios de su enemigo declarado Luis de Barriere, ó por los fratricelos, sectarios rebeldes contra su autoridad, nada prueban ni merecen crédito de los hombres sensatos.

Finalmente aun cuando fuese cierto que este Papa sostuvo una opinión falsa, y que solo la retractó por el temor de escandalizar a la Iglesia, sería de desear que todos los heresiarcas y sectarios hubiesen hecho lo mismo; y de este modo no hubiera cismas, ni se habrian seguido los males y escándalos que han causado.




Diccionario Enciclopédico de Teología Bergier Tomo X AÑO 1788
Edición 1832-1835
Retrato añadido
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RELACIONADO

EL CASO DE S.S. SAN LIBERIO, DIFAMADO POR LOS HEREJES DE AYER Y HOY

S.S. MARTÍN III, PAPA Nº 31

MARÍN II o MARTÍN III (942-946)

Este papa (que en algunas listas figura con el nombre de Martín III), fué llamado a suceder a Esteban VIII. Poco o nada se sabe de su pontificado, que duró cerca de tres años.

Es elogiado por su conocimiento de las Sagradas Escrituras y de los Sagrados Cánones, por su actividad en el restablecimiento de la disciplina eclesiástica, por su magnanimidad hacia los pobres, y por su obra encaminada a arreglar las discordias entre los príncipes cristianos. 

Murió en el año 946.

Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945


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LA SANTA SEDE APLICA UNA REGLA PARA LAS CEREMONIAS DE ORDENACIÓN FUERA DE SU SENO


Sydney Fenn Smith S.J.
LA ENCICLOPEDIA CATÓLICA VOL.1, 1907

La Santa Sede no se entrega a pronunciamientos puramente teóricos sobre cuestiones como la de las órdenes anglicanas , sino que limita su intervención a los casos de dificultad práctica que se le presentan, como cuando personas o clases de personas que desean ejercer su ministerio en los altares de la Iglesia han pasado por ceremonias de ordenación fuera de su seno. 

E incluso al intervenir de esta manera, la Santa Sede es cautelosa con las decisiones doctrinales , pero aplica una regla de sentido común que puede dar seguridad práctica. 

  • Cuando juzga que las órdenes anteriores eran ciertamente válidas, permite su uso, suponiendo que el candidato sea aceptable; 

  • cuando juzga que las órdenes anteriores son ciertamente inválidas, las descarta por completo y ordena una reordenación según su propio rito; 

  • cuando juzga que la validez de las órdenes anteriores es dudosa , aunque la duda sea leve, prohíbe su uso hasta que se haya pasado primero por una ceremonia condicional de reordenación. 

https://archive.org/details/07470918.1.emory.edu/page/491/mode/2up

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S.S. ESTEBAN VIII o IX, PAPA Nº 130

 

ESTEBAN VIII o IX (939-942)

De origen romano, era sacerdote de la iglesia de San Silvestre y San Martín de los Montes, y debió su nombramiento a Alberico. 

Esteban IX, al igual que su predecesor, se interesó por la reconciliación de Alberico, príncipe de Roma, y de Hugo, rey de Italia, que se hacían una guerra cruel y prolongada. 

Se hizo partidario de Luis IV de Francia contra Hugo el Grande, hijo del rey Roberto y padre de Hugo Capeto. Envió a Francia, para apaciguar los ánimos, al obispo Dámaso, pero no obtuvo ningún resultado. 

Esteban murió en octubre de 942, siendo sucedido por Marín.

Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945


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SAN PEDRO PRINCIPIO DEL APOSTOLADO Y DEL EPISCOPADO

S.S. San Siricio

"Cuando nos reunimos muchos hermanos, nos reunimos junto a los restos del santo apóstol Pedro, 
por quien comenzó el apostolado y el episcopado..."

«Cum in unum plurimi fratres,  convenissemus ad sancti apostoli Petri reliquias, per quem et apostolatus et episcopatus sumpsit exordium ... » 

Migne, PL 13, 1155; I. D.
Mansi, Conciliorum amplissima collectio, 3, 669. 

P. Dino Staffa:  El papa Siricio, escribiendo al concilio de los obispos de África el 6 de enero del 386, empieza la carta con estas palabrasCum in unum plurimi fratres convenissemus ad sancti apostoli Petri reliquias, per quem et apostolatus et episcopatus sumpsit exordium” 51 ; con estas palabras —como lo demuestra el uso que de ellas se hizo después— no sólo se significa que San Pedro fue el primero en el apostolado y en el episcopado, según el orden del tiempo, del honor o del poder, sino que el mismo apostolado y episcopado de él derivan como de propia fuente. Con todo derecho por tanto estas palabras, que contienen un principio doctrinal de gran importancia, se insertaron después como fórmula habitual en las cartas de los Bomanos Pontífices.
(cf. M. MACARRONE, La doctrina del primado papal del siglo IV al VIII, Spoleto 1960, p.61.)


Il Papa S. Siricio, il 6 gennaio 386, scrive al Concilio dei Vescovi d'Africa una lettera che comincia così: "Essendoci riuniti in moltissimi fratelli davanti alle reliquie del Santo Apostolo Pietro, per mezzo del quale ebbe origine sia l'apostolato che l'episcopato..."

« Cum in unum plurimi fratres, convenissemus ad sancti apostoli Petri reliquias, per quem et apostolatus et episcopatus sumpsit exordium...» (MIGNE, PL 13, 1155; I. D. MANSI, Conciliorum amplissima collectio, 3, 669). Queste parole, come appare dall'uso che ne fu fatto, non significano soltanto che S. Pietro fu primo in ordine di tempo, di onore e di autorità, ma che da lui l'apostolato e l'episcopato hanno origine come dalla loro fonte; per questo il passato remoto del « sumpsit » diviene presente in documenti successivi e il testo, che enuncia un principio dottrinale della massima importanza, fu poi inserito, come una formula abituale, nelle Lettere dei Sommi Pontefici (cf. M. MACCARRONE, La dottrina del Primato Papale dal IV all'VIII secolo, Spoleto 1960, p. 61).

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S.S. LEÓN VII, PAPA Nº 129

LEÓN VII (936-939)

Fue elegido en el año 936. Flodoardo cuenta que sólo después de mucha resistencia aceptó el pontificado. 

Hombre de singular devoción, nos dejó cartas de gran sabiduría y celo, por las que se revelan, desgraciadamente, las tristes condiciones de la vida eclesiástica en Roma. 

Llamó a Roma a San Otón de Cluny para la reforma de la vida monástica, y para poner paz entre Hugo de Provenza y Alberico, paz que todos deseaban. 

Murió en el mes de julio del año 939 y fué sepultado en San Pedro. 

Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945


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NESTORIANO ES INCLUIDO EN EL MARTIROLOGIO DE LA GRAN BABILONIA POR BERGOGLIO

Bergoglio

DICASTERIUM AD CHRISTIANORUM UNITATEM FOVENDAM
Inclusión de Isaac de Nínive en el Martirologio de la Gran babilonia
https://press.vatican.va/content/dam/salastampa/it/bollettino/documentazione-linkata/NOTA%20INFORMATIVA%20ISACCO%20DI%20NINIVE%20(1).pdf

Citamos a la Gran Babilonia:

...La inclusión de Isaac el Sirio en el Martirologio Romano prueba que la santidad no se detuvo con las separaciones y existe más allá de los límites confesionales. Como declaró el Concilio Vaticano II: «Es justo y saludable reconocer las riquezas de Cristo y las virtudes en la vida de quienes dan testimonio de Cristo y, a veces, hasta el derramamiento de su sangre» (Unitátis Redintegrátio 4). Por su parte, San Juan Pablo II declaró que «La commúnio sanctórum habla con una voz más fuerte que los elementos de división» (Tértio Millénio Adveniénte 37) y que «Si nos ponemos ante Dios, nosotros los cristianos tenemos ya un Martirologio común» (Ut Unum Sint 84).

El reciente Sínodo sobre la Sinodalidad también recordó que «el ejemplo de los santos y testigos de la fe de otras Iglesias y Comuniones cristianas es un don que podemos recibir, insertando su memoria en nuestro calendario litúrgico» (Documento Final 122).

Es de esperar que la inclusión en el Martirologio Romano de Isaac de Nínive, un testimonio de la preciosa herencia cultural cristiana del Medio Oriente, contribuirá al redescubrimiento de su doctrina y a la unidad de todos los discípulos de Cristo.

CARTA OFICIAL DE LA GRAN BABILONIA
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Citamos a la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana:

S.S. Eugenio IV
CONCILIO DE FLORENCIA

"La Iglesia Romana cree firmemente, confiesa y predica
que ninguno que esté fuera de la Iglesia católica, no sólo pagano, sino aún judío o hereje o cismático, podrá alcanzar la vida eterna; por el contrario, que irán al fuego eterno que está preparado para el diablo y sus ángeles, a menos que antes de morir sean agregados a ella...
Y que por muchas limosnas que haga, aunque derrame su sangre por Cristo, nadie puede salvarse sino permaneciese en el seno y en la unidad de la Iglesia Católica"

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S.S. San Celestino I
CONCILIO DE EFESO, 431
contra los nestorianos

 De la Encarnación 
 [De la Carta II de San Cirilo Alejandrino a Nestorio, leída y aprobada en la sesión I]
ACOec. I, I 1, 25 s; cf. ibid. pars 2, 13; vol. II, 38; vol. III, 21; vol. V pars 1, 50; Msi IV 1138; Hrd I 1273; II 115; Hfl II 160, 185.

Dz:111a Pues, no decimos que la naturaleza del Verbo, transformada, se hizo carne; pero tampoco que se trasmutó en el hombre entero, compuesto de alma y cuerpo; sino, más bien, que habiendo unido consigo el Verbo, según hipóstasis o persona, la carne animada de alma racional, se hizo hombre de modo inefable e incomprensible y fué llamado hijo del hombre, no por sola voluntad o complacencia, pero tampoco por la asunción de la persona sola, y que las naturalezas que se juntan en verdadera unidad son distintas, pero que de ambas resulta un solo Cristo e Hijo; no como si la diferencia de las naturalezas se destruyera por la unión, sino porque la divinidad y la humanidad constituyen más bien para nosotros un solo Señor y Cristo e Hijo por la concurrencia inefable y misteriosa en la unidad... Porque no nació primeramente un hombre vulgar, de la santa Virgen, y luego descendió sobre El el Verbo; sino que, unido desde el seno materno, se dice que se sometió a nacimiento carnal, como quien hace suyo el nacimiento de la propia carne... De esta manera [los Santos Padres] no tuvieron inconveniente en llamar madre de Dios a la santa Virgen.

Anatematismos contra Nestorio

ACOec. I, I, 1, 40 ss; PL 48. 840 A ss; Msi IV 1081 D ss (gr.); H 312 ss; Hrd I 1291 E ss; cf. Hfl II 170 ss; Bar (Th) ad 439, 50 ss [7, 323 ss]. -- Nestorio fué condenado como «globalmente» y depuesto por el Concilio de Efeso, el 22 junio 431 [Msi IV 1211 C.]. -- Estos anatematismos que se añadieron a la Carta que ,San Cirilo y el Sínodo de Alejandría de 430 habían dado a Nestorio, los refirió y alabó el Concilio V [II de Constantinopla, como parte de las Actas del Concilio de Efeso; Msi IX 327 C s]. P. GALTIER, «Rech. de science rel.» 23 (1933) 45 ss, de. muestra que el Concilio de Efeso aprobó la Carta de San Cirilo puesta en 111 a, pero no ésta. Los anatematismos de Nestorio contra Cirilo, v. en Kch 796 ss.

  • Dz 113 Can. 1. Si alguno no confiesa que Dios es según verdad el Emmanuel, y que por eso la santa Virgen es madre de Dios (pues dio a luz carnalmente al Verbo de Dios hecho carne), sea anatema.
  • Dz 114 Can 2. Si alguno no confiesa que el Verbo de Dios Padre se unió a la carne según hipóstasis y que Cristo es uno con su propia carne, a saber, que el mismo es Dios al mismo tiempo que hombre, sea anatema.
  • Dz 115 Can. 3. Si alguno divide en el solo Cristo las hipóstasis después de la unión, uniéndolas sólo por la conexión de la dignidad o de la autoridad y potestad, y no más bien por la conjunción que resulta de la unión natural, sea anatema.
  • Dz 116 Can. 4. Si alguno distribuye entre dos, personas o hipóstasis las voces contenidas en los escritos apostólicos o evangélicos o dichas sobre Cristo por los Santos o por El mismo sobre sí mismo; y unas las acomoda al hombre propiamente entendido aparte del Verbo de Dios, y otras, como dignas de Dios, al solo Verbo de Dios Padre, sea anatema.
  • Dz 117 Can. 5. Si alguno se atreve a decir que Cristo es hombre teóforo o portador de Dios y no, más bien, Dios verdadero, como hijo único y natural, según el Verbo se hizo carne y tuvo parte de modo semejante a nosotros en la carne y en la sangre (He 2,14), sea anatema.
  • Dz 118 Can. 6. Si alguno se atreve a decir que el Verbo del Padre es Dios o Señor de Cristo y no confiesa más bien, que el mismo es juntamente Dios y hombre, puesto que el Verbo se hizo carne, según las Escrituras (Jn 1,14), sea anatema.
  • Dz 119 Can. 7. Si alguno dice que Jesús fué ayudado como hombre por el Verbo de Dios, y le fué atribuida la gloria del Unigénito, como si fuera otro distinto de El, sea anatema.
  • Dz 120 Can. 8. Si alguno se atreve a decir que el hombre asumido ha de ser coadorado con Dios Verbo y conglorificado y, juntamente con El, llamado Dios, como uno en el otro (pues la partícula «con» esto nos fuerza a entender siempre que se añade) y no, más bien, con una sola adoración honra al Emmanuel y una sola gloria le tributa según que el Verbo se hizo carne (Jn 1,14), sea anatema.
  • Dz 121 Can. 9. Si alguno dice que el solo Señor Jesucristo fué glorificado por el Espíritu, como si hubiera usado de la virtud de éste como ajena y de El hubiera recibido poder obrar contra los espíritus inmundos y hacer milagros en medio de los hombres, y no dice, más bien, que es su propio Espíritu aquel por quien obró los milagros, sea anatema.
  • Dz 122 Can. 10. La divina Escritura dice que Cristo se hizo nuestro Sumo Sacerdote y Apóstol de nuestra confesión (He 3,1) y que por nosotros se ofreció a sí mismo en olor de suavidad a Dios Padre (Ep 5,2). Si alguno, pues, dice que no fué el mismo Verbo de Dios quien se hizo nuestro Sumo Sacerdote y Apóstol, cuando se hizo carne y hombre entre nosotros, sino otro fuera de El, hombre propiamente nacido de mujer; o si alguno dice que también por sí mismo se ofreció como ofrenda y no, más bien, por nosotros solos (pues no tenía necesidad alguna de ofrenda el que no conoció el pecado), sea anatema.
  • Dz 123 Can. 11. Si alguno no confiesa que la carne del Señor es vivificante y propia del mismo Verbo de Dios Padre, sino de otro fuera de El, aunque unido a El por dignidad, o que sólo tiene la inhabitación divina; y no, más bien, vivificante, como hemos dicho, porque se hizo propia del Verbo, que tiene poder de vivificarle todo, sea anatema.
  • Dz 124 Can. 12. Si alguno no confiesa que el Verbo de Dios padeció en la carne y fué crucificado en la carne, y gustó de la muerte en la carne, y que fué hecho primogénito de entre los muertos (Col 1,18) según es vida y vivificador como Dios, sea anatema.
Dz 125 Determinó el santo Concilio que a nadie sea lícito presentar otra fórmula de fe o escribirla o componerla, fuera de la definida por los Santos Padres reunidos con el Espíritu Santo en Nicea...
...Si fueren sorprendidos algunos, obispos, clérigos o laicos profesando o enseñando lo que se contiene en la exposición presentada por el presbítero Carisio acerca de la encarnación del unigénito Hijo de Dios, o los dogmas abominables y perversos de Nestorio... queden sometidos a la sentencia de este santo y ecuménico Concilio...
Dz 127  Si algunos clérigos se apartaren también y se atrevieren a profesar en privado o en público las doctrinas de Nestorio o las de Celestio, también éstos, ha decretado el santo Concilio, sean depuestos.

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S.S. San Gelasio I
 De las dos naturalezas de Cristo 
 [Del tomo de Gelasio Necessarium, sobre las dos naturalezas en Cristo, 492]


Dz 168 Como quiera, digo, que acerca de la Encarnación de nuestro Señor que, si bien en modo alguno puede explicarse, debe, sin embargo, creerse piadosamente con esta confesión: los eutiquianos dicen que sólo hay una naturaleza, esto es, la divina; y no menos Nestorio recuerda una sola naturaleza, es decir, la humana; si contra los eutiquianos hemos de afirmar dos, porque ellos toman una sola; consiguientemente, contra Nestorio que dice también una sola, predicaremos sin duda alguna haber existido no una sola, sino dos unidas desde su principio. Contra Eutiques que se empeña en afirmar una sola, esto es, la divina, añadimos convenientemente la humana, de suerte que le mostramos que allí permanecen las dos naturalezas de que consta este misterio singular; y contra Nestorio, que habla también de una sola, es decir, de la humana, no menos hemos de añadir la divina. Para que, por modo igual,, contra la una sola de él, mantengamos con veraz definición que en la plenitud de este misterio existieron dos naturalezas con los efectos primordiales de su unión y a unos y a otros, que, por modo diverso, declaman cada uno la suya, los vencemos, no a uno de ellos afirmando sólo una naturaleza, sino a los dos, por la unida propiedad de las dos naturalezas, de la humana y de la divina, la cual desde su principio permanece sin confusión ni defecto alguno.
Porque, si bien es uno solo y el mismo Señor Jesucristo, y todo Dios hombre y todo el hombre Dios, y cuanto hay de humanidad Dios hombre se lo hace suyo y cuanto; hay de Dios, lo tiene el hombre Dios; sin embargo, para que permanezca este misterio y no pueda disolverse por ninguna parte, así todo el hombre permanece lo que Dios es, como todo Dios permanece cuanto el hombre es...

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S.S. San Martín I
CONCILIO DE LETRÁN, 649

Dz 271 Can. 18. Si alguno, de acuerdo con los Santos Padres, a una 271 voz con nosotros y con la misma fe, no rechaza y anatematiza, de alma y de boca, a todos los nefandísimos herejes con todos sus impíos escritos hasta el último ápice, a los que rechaza y anatematiza la Santa Iglesia de Dios, Católica y Apostólica, esto es, los cinco santos y universales Concilios, y a una voz con ellos todos los probados Padres de la Iglesia, esto es, a Sabelio, Arrio, Eunomio, Macedonio, Apolinar, Polemón, Eutiques, Dioscuro, Timoteo el Eluro, Severo, Teodosio, Coluto, Temistio, Pablo de Samosata, Diodoro, Teodoro, Nestorio, Teodulo el Persa, Orígenes, Dídimo, Evagrio, y en una palabra, a todos los demás herejes que han sido reprobados y rechazados por la Iglesia Católica, y cuyas doctrinas son engendros de la acción diabólica; con los cuales hay que condenar a los que sintieron de modo semejante a ellos obstinadamente, hasta el fin de su vida, o a los que aún sienten o se espera que sientan...


Ampliar información donde se condena tanto a Nestorio como a Teodoro de Mopsuesta y a Diodoro de Tarso:
Dz 168, 171s, 202, 216,s, 223, 224s, 226s, 299, 710 y 1462

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Nota: desconozco si Isaac de Nínive adjuró del Nestorianismo o no, pero es obvio que la Gran Babilonia lo tiene por cismático y hereje Nestoriano al citar: "La inclusión de Isaac el Sirio en el Martirologio Romano prueba que la santidad no se detuvo con las separaciones y existe más allá de los límites confesionales."

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P. John Peter Arendzen

LA ENCICLOPEDIA CATÓLICA Vol. 8, 1910

ISAAC DE NÍNIVE
Obispo nestoriano de esa ciudad en la segunda mitad del siglo VII, consagrado por el patriarca nestoriano Jorge (660-80). Originalmente monje del monasterio de Bethabe en Kurdistán , abdicó por razones desconocidas después de un episcopado de sólo cinco meses, y se retiró al monasterio de Rabban Shapur, donde murió a una edad avanzada, ciego por el estudio y la austeridad. Hacia el final de su vida pasó bajo una nube de sospechas, ya que su ortodoxia nestoriana comenzó a ser sospechosa. Fue autor de tres tesis, que encontraron poca aceptación entre los nestorianos . Daniel Bar Tubanita, obispo de Beth Garmai (unas 100 millas al sureste de Mosul ), se sintió ofendido por sus enseñanzas y se convirtió en su ardiente oponente. No se conoce el contenido preciso de estas tesis, pero eran de un carácter demasiado católico para ser compatibles con la herejía nestoriana. A partir de una oración suya que se conserva, dirigida a Cristo, es ciertamente difícil darse cuenta de que su autor fuera nestoriano . Ansiosos por reivindicar a un escritor tan grande, los monofisitas falsificaron su biografía, situando su vida a principios del siglo VII, haciéndolo monje del monasterio jacobita de Mar Mattai y afirmando que se retiró al desierto de Scete en Egipto. Desde que Chabot descubrió el "Libro de la Castidad" de Ishodenah en 1895, los detalles anteriores de la vida de Isaac están fuera de toda duda , y todos los relatos anteriores deben corregirse en consecuencia.

Isaac fue un escritor ascético fructífero y sus obras fueron durante siglos el principal alimento de la piedad siria . Sólo se ha publicado muy poco del original siríaco: dos capítulos sobre los "Grados del conocimiento" y las "Cualidades esenciales de las virtudes" de Zingerle ("Monum. Syriaca", I, 1869, pp. 97-101), y tres diálogos de Chabot al final de su tratado "De Isaaci vita" (véase más abajo). Bickell hizo una traducción alemana de unos seis capítulos directamente del siríaco ("Biblioth. der Kirchenvat.", Kempten, 1874). Chabot ofrece una lista completa de las obras de Isaac en "De Isaaci vita" y "Notes sur la litt. Syr." en la "Revue Semitique" (1896), p. 254. Las obras de Isaac fueron traducidas tempranamente al árabe, etíope y griego. La traducción griega fue realizada por dos monjes de San Saba, Patricio y Abraham, y publicada por Nicéforo Teodoces bajo el título Tou hosiou patros memon Isaak. . . ta eurethenta asketika (Leipzig, 1870). Esta publicación, sin embargo, no representa ninguna obra precisa de Isaac, sino que es más bien un corpus asceticum , que contiene tratados, cartas, coloquios, todo en uno. Se han publicado dos recensiones latinas del mismo: la titulada "Sermones beati Isaaci de Syria" (Venecia, 1506) y la otra en el "Max. biblioth. vet. Patrum", XIII (Lyon, 1677). Esta última recensión se reimprime en Gallandi , XII, y nuevamente en Migne , PG, LXXXVI, 1, 811-86, y lleva el título "De Contemptu Mundi". Se atribuye erróneamente a Isaac de Antioquía, con quien a menudo se confunde a Isaac de Nínive. El latín sólo ofrece la mitad del contenido del griego, que a su vez ha sufrido numerosas manipulaciones. La larga carta a Simeón de Cesarea publicada en la Nov. Patr. Biblioth. de Mai , VIII, 3, forma el último capítulo del griego de Teodoro. Marius Besson publicó apotegmas de Isaac en griego en Oriens Christ., I (1901), 46-60. La traducción árabe de este corpus asceticum es mucho más completa que la griega y está dividida en cuatro libros. Los escritos de Isaac poseen pasajes de singular belleza y elevación, y recuerdan al lector a Tomás de Kempis.


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LA SALVACIÓN DE LOS NO CATÓLICOS

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