Henri-Michel Sauvage S.J.
BOURG-FONTAINE O EL JANSENISMO DESCUBIERTO
Los Herejes, en todos tiempos, han mirado como un golpe de Partido, el atraerse a las mujeres: la Historia de la Iglesia nos instruye de un modo más que suficiente de la grande utilidad de que ellas han servido para la propagación de los errores. Los Novadores de nuestros días no han sido menos alentos que los pasados, en poner en obra este medio para la ejecución de su proyecto: es preciso confesar que, en sus artificios y manejos para atraerse las mujeres, no ha habido Hereje, que les haya aventajado. ¿Qué hacen pues? Me horrorizo de decirlo: me guardaría muy bien de manifestarlo si ellos mismos no hubieran revelado este misterio de iniquidad: las inician en las funciones sacerdotales: sí; entre los Jansenistas las mujeres suben al Altar, dicen Misa en hábito Sacerdotal.
Dios ha permitido que los mismos Jansenistas revelasen al público semejantes horrores, que sin esto no serían creíbles: es la Sobrina del célebre Abate Duguet, Madama Mol, buena Jansenista, quien habla de esto en estos términos en su Diario de las Convulsiones.
Citamos a Madama Mol:"Hace ya mucho tiempo que la Dansconia se hace famosa por el modo con que celebra los Misterios santos: modo tan admirable, decía no hace mucho un Sacerdote célebre Predicador.... que uno no puede cansarse en admirar la Dignidad y la Majestad con que ella celebra esta función."
Fin de la cita de Madama Mol.
La suerte de los Sacerdotes, es la de ayudar en Misa a estas nuevas Sacerdotisas.
Citamos a Madama Mol: "He sabido por una persona de crédito que unos Sacerdotes de los más respetables por su autoridad, asistían a la celebración de los Santos Misterios por la Danconia, le respondian como sus Escolanos y que al Memento le recomendaban a aquellos que juzgaban conveniente; y esta tal persona un dia fué testigo que a esta parte de la Liturgia, un Sacerdote le dijo: Ora pro Jacobo tuo, hablando de un jóven que se hallaba allí presente, y al cual habían dirigido a esta muchacha para moderar su conciencia."
Fin de la cita de Madama Mol.
Por lo demás, que nadie se imagine que esto no sea otra cosa más que un fanatismo de una cabeza atolondrada: los Jefes del Partido tienen noticia de estas sacrílegas profanaciones y las aprueban. Madama Mol ciertamente estaba bien al corriente de lo que se pasaba en su Secta: hablando de la hermana de un fabricante de gorros, en cuya casa se quiso crucificar a un convulso el día del Viernes Santo, dice de esta muchacha. "Ella padece Convulsiones y dice Misa todos los días, esto ha autorizado a muchas otras para hacer otro tanto, pues que lo hace con aprobación de los Doctores del Partido."
Fin de la cita de Madama Mol.
Hé aquí unas Sacerdotisas introducidas en la Iglesia por los Jansenistas, Sacerdotisas que celebran Misa, que dirigen conciencias. Se sabe sin poderse dudar que hay Sacerdotisas de esta clase en muchas villas del Reino (de Francia) cuando su número sea bastante crecido para poder bastar para las funciones del Ministerio, toda la potestad dada a los Sacerdotes y a los Curas de la Secta, con detrimento del Episcopado, con facilidad podrá pasar a estas Sacerdotisas, conservando no obstante a los Sacerdotes y Curas de la Secta el derecho de ayudar su Misa, y responder como sus Escolanos, o bien se dispensarán totalmente de Sacerdotes en la nueva Iglesia, como se dispensan ya de Obispos.
Nota: Los convulsionarios fueron un grupo de fanáticos jansenistas que apareció en el siglo XVIII y que comenzó en la tumba del jansenista abate París.
Los apelantes de la bula Unigénitus, bula de Su Santidad Clemente XI en 1713 que condenaba 101 proposiciones del famoso jansenista Pascasio Quesnel, los apelantes jansenistas querían tener milagros para apoyar su partido contra el Papa. Bien pronto pretendieron que Dios los había obrado en su favor con los espasmos y convulsiones que estos fanáticos hacían en el cementerio Saint-Médard en la tumba del Diácono París (1690-1727), famoso jansenista apelante.
BOURG-FONTAINE O EL EL JANSENISMO DESCUBIERTO. TOMO 2.
TRADUCCIÓN DEL FRANCÉS del original de Henri-Michel Sauvage S.J. (1704-1791)
Dedicada especialmente al Excelentísimo e Ilustrísimo Señor Doctor Don José Domingo Costa y Borrás Obispo de Barcelona.
REVISADA por el Ilustre Doctor Don José Ricart, Canónigo penitenciario de esta Santa Iglesia Catedral de Lérida.
CON APROBACIÓN DEL ORDINARIO.
LÉRIDA. IMPRENTA Y LIBRERÍA DE JOSÉ SOL. Año 1855.
La réalité du projet de Bourg-Fontaine, démontrée par l'éxécution II
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