Dentro de las tan variadas sectas autocefálicas
de la anomia thucista/lefebvrista, se esconden una multiplicidad de intereses
sombríos —y absolutamente ajenos a aquellos que imperan en la Esposa del Cordero
Inmaculado— con el velo o apariencia superficial de «catolicidad» y de «piedad»
con el cual seducen a sus cautivos. Entre estos intereses se desatacan, además
del elemento herético/cismático de la muy negra y acatólica «desobediencia
justificada» contra el Divino Fundamento del Romano Pontífice, la connotación masónica/ocultista de sus
pseudo pastores, sobre todo de su alto «clero». Dicha connotación, se
caracteriza por el proceder y el esquema
estructural idéntico que identifica a las sociedades secretas, a saber: juramento
de observancia incondicionada; miembros juramentados que de no guardar el mismo
se ven sometidos a un bagaje de penalidades extremas obligándoles lealtad; el
secreto absoluto de sus reuniones regulares y extraordinarias, así como el
catálogo de asuntos tratados en ellas; el ocultamiento de los miembros de su
organización y la conexión natural y obvia entre ellos; la negación abierta y
pública de la existencia de la sociedad secreta; el total desconocimiento de
sus máximos jerarcas, y un largo etcétera que vincula fortísimamente a estas
sociedades secretas que están detrás de las sectas thucistas/lefebvristas,
donde reina la anomia y la autocefalía.
Es tiempo de remitirse un poco al
comportamiento y las afiliaciones sectarias/ocultistas tanto de Roncalli,
Montini, Lefebvre y Thuc, quienes fundaron por un lado la pestilencia
luciferina de la Ramera Conciliar del Vaticano II, así como el lefebvrismo y el
thucismo hoy entrelazadas por estos vínculos que ellas mismas mantienen adrede encubiertos,
sin dejar de mencionar las combinaciones de las sectas en donde se aprecian ex
miembros del lefebvrismo devenidos al thucismo, siendo la máxima expresión de
la anomia todas estas, cabiéndoles muy oportuna y correctamente el mote de
franquicias de la Ramera Conciliar, emprendiendo el cumplimiento del Mysterium Iniquitatis
profetizado para este tiempo final.
Se especula que Roncalli estuvo al frente
durante su anti-pontificado del Priorato de Sión, una sociedad secreta
autodenominada como «católica», siendo en realidad una especie de secta que
intentaba amalgamar impíamente la fe católica con el israelismo británico asentado
en el gnosticismo. Esta organización de «alto nivel» afirmó dentro de sus filas
se encontraban «tradicionalistas», adeptos del Novus Ordo, y el mismísimo
Marcel Lefebvre, a quien personalmente se le acusó de dicha afiliación, SIN NEGARLA JAMÁS. La constitución de
este tipo de sociedades siempre tuvo por objeto lograr la conformación de una RESISTENCIA «CATÓLICA» CONTROLADA
frente a las tantas consecuencias de la usurpación de la Romana Sede en 1958 y
la Gran Apostasía Final del conciliábulo del Vaticano II, manteniendo a raya dentro
de tan aterrador engaño a la porción de los fieles que iban a sublevarse frente
a semejante perversidad, manteniendo supervisado a este sector con el
movimiento «tradicionalista» en sus tantas facetas, ofreciendo a los fieles un
bien aparente que gira en torno a todo aquello que descartó la apostasía conciliar,
pero que en el fondo es el más negro sacrilegio del cisma sustentado por laicos
disfrazados que hacen las veces de clérigos sostenidos a su vez por un culto
ilícito, que prefieren hasta el día de
hoy por sobre guardar la integridad de la Fe Católica y Divina.
Por parte del destructor universal de Montini, además
de acarrear y heredar un legado familiar de posible afiliación a sociedades secretas, para luego volcar, aprobar y mandar a observar todos los principios
masónicos que hoy sustentan a la estructura de la Ramera. De Thuc, basta con
mencionar que su desequilibrado comportamiento (intentando consagrar rosa
cruces, homosexuales, veterocatólicos, etc.); su marcado ultra modernismo al
invitar a que paganos y herejes de cuanto credo exista participen del
conciliábulo; su defensa a la causa de la implementación de sacerdotisas al
clero; y su claro desprecio y usurpación de la jurisdicción y facultades
papales, son suficientes para formar convicción de que sus postulados están hermanados
a lo que se enseña en estas sociedades secretas.
Retomando a lo acontecido más aquí en nuestros
días, se destaparon una serie de acusaciones que giran en torno a hechos
escandalosos dirigidos a la anómica, jansenista y ocultista «Sociedad
Sacerdotal Trento» efectuadas por uno de sus ex miembros, el pseudo sacerdote
Hernán Vergara, quien estuvo por VARIAS DÉCADAS AFILIADO A TAL SOCIEDAD para
recién ahora darse con que este movimiento es marcadamente masónico y
anticristiano, cuestión que refleja la paupérrima y acatólica formación del
pseudo seminario mexicano. Mientras este falso sotanado usurpador hace creer a
los incautos que no forma parte de la resistencia controlada anómico/cismática,
sus ex jerarcas, los falsos obispos Dávila Gándara y Pivarunas —el mismo que
fue formado desde temprana edad en el seminario veterocatólico de
Schuckardt— GUARDAN PLENO SILENCIO sobre el catálogo de acusaciones que
se les imputa a sus sectas interconectadas que comandan. Sorprende, a su vez,
las variadas y múltiples acusaciones que día a día se amontonan en su contra, y
van desde su esquema masónico, pasando por supuestos abusos sexuales contra niños, hasta supuestos maltratos físicos y psicológicos a fieles y pseudo clérigos y/o «seminaristas»,
denuncias frente a las cuales sus miembros jerarquizados recurren a la amenaza
de «excomunión» (facultad que no disponen y es usurpada) para con sus
acusadores, imputándoles la culpabilidad de agredir y contribuir con la
destrucción de su secta que ellos le llaman «iglesia», recurriendo a sus
órdenes nulliter para acallar las conciencias de los familiares de sus
víctimas, hasta el punto de convenir acuerdos dinerarios. Todo lo antedicho
es MONEDA CORRIENTE TAMBIEN EN LA RAMERA CONCILIAR Y EN TODO TIPO DE
SECTAS INCLUYENDO LA LEFEBVRISTA, y quien diga lo contrario, es
por su crasa ignorancia en el asunto.
Es momento de recordar el deber de todo
católico de repeler vigorosamente los ataques de estas sinagogas de satanás
exhibiendo las NUMEROSAS CONDENAS que recaen en cabeza de quienes se adhieren y
sustentan de diversos modos este tipo de organizaciones secretas, decretadas
por los Romanos Pontífices canónicamente electos —por lo menos— desde tiempos
de Su Santidad Clemente XII y tan reiteradas en adelante a perpetuidad, quienes
golpearon con condena y exterminaron con espada tan nefasto y pútrido
movimiento, que no solo recae en la masonería, sino en TODO TIPO DE
ORGANIZACIÓN QUE SE ASEMEJE POR EL NOMBRE QUE SE LLAMEN, como el caso de las
estructuras detrás del thucismo y el lefebvrismo. Sociedades donde se respira
iniquidad, se conspira, predica y pondera la sedición y el desprecio por la
Suprema, Plena y Divina Autoridad del Romano Pontífice, que intentan apropiarse
de los Derechos de la Santa Sede arrogándoselos a ellos mismos; de cuyo funesto
esquema y accionar clandestino devienen en males amargos que afligen a sus
incautos, del cual Cristo Señor Nuestro predijo de lobos con piel de oveja que
se hacen pasar por auténticos pastores, cuando son simplemente un manojo de
laicos disfrazados en cuyas cabezas recae la indignación de Dios Todo Poderoso
y de sus bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo; que con sus artificios
cismáticos pretenden derribar la Doctrina Divinamente revelada que les anatema,
para transformar la Comunidad Cristiana en discordia fatal contra el
Magisterio, mostrándose con impunidad frente a quienes salen horrorizados y
necesitados de respuestas de la apostasía de la Ramera Conciliar; que exigen a
sus jerarcas el observar un juramento estricto donde se promete NO REVELAR NADA
y severos castigos para quienes lo violen; organizaciones impías y criminales
que huyen del día y de la luz, porque quien hace el mal, como señala el
Apóstol, ODIA LA LUZ; mientras que en las la Esposa del Cordero a los fieles
NADA SE LES ESCONDE EN LO SECRETO, dado que a ojos de todos están la
Disciplina, es decir, LAS REGLAS QUE CLARAMENTE NOS GOBIERNAN; velando estos
intrusos secretistas por la imposición de un NUEVO ORDEN DE LAS COSAS donde todo impera menos la Suprema
Autoridad del Romano Pontífice cuando no les convenga; intrusos que aparentan
buenas intenciones rente a los incautos, cuando realmente están movidos por su
ambición miserable, quienes en vez de rescatarlos del error, más profundamente
le sumergen en él conduciéndolos a la perdición segura.
Finalmente, siendo la Fe Católica principio y fuente de los Bienes Supremos, SOBRE LA CUAL NADA PUEDE PREVALECER, destaco un punto terminante y trascendental tan pertinazmente ignorado por este tipo de sectas, que corresponde a la definición solemne del Concilio Vaticano en lo relativo a que al Romano Pontífice se le debe total obediencia tanto en materia de Doctrina (Fe y Costumbres) como de Disciplina, de la Constitución Dogmática Pastor Æternus. Que Nuestro Señor Jesucristo reprenda la furia de estos depravados pseudo clérigos cabezas de sectas, mientras que aquellos que se encuentran bajo su engaño, se conviertan con la ayuda de su Gracia, para romper de una vez por todas aquella dura barrera formada en razón de su DEBILIDAD DE ÁNIMO Y NO POR MALOS INSTINTOS, debilidad que les configura sentimientos a modo de recursos que forjan su falta de voluntad para no cumplir con la voluntad Divina, maquillando disimuladamente tal desacato en una «desobediencia justificada» que atenta abiertamente contra el dogma inalterable, y de una vez y para siempre conformen, como todo cristiano, su propia Voluntad a la de Dios Santísimo, con piadosa resignación, sirviéndole a la Sacrosanta Trinidad en las condiciones que Esta providencialmente nos impuso, y no en las que consideramos como buenas o justas. No os dejéis de ver y edificar a partir de la Verdadera Luz que yace en la Pluma Divina del Romano Pontífice, en su Doctrina y Disciplina, en su Magisterio y Sagrados Cánones, y dejad urgentísimamente de ser guiados por los ciegos y engañosos principios del naturalismo puro o sentido común, LOCA IMPIEDAD, recordándoles que el Santo Remedio para esta perversión que encarnan estas sociedades secretas está dispuesto con su Autoridad Suprema en las siguientes líneas, y es justamente aquello que sus miembros desprecian abiertamente, la Disciplina:
«Pero, para aquellos que desean salvarse, no hay término
medio: luchar sin cesar o perderse. Por lo tanto, vuestros esfuerzos deben
tender a despertar el coraje de las almas débiles y lánguidas, y a conservarlo
entre las almas fuertes, y así también, poniendo fin a todas las disensiones,
debéis procurar que, bajo vuestra guía y vuestros auspicios, todos se lancen
vigorosamente a la lucha con el mismo espíritu y la misma disciplina.»
—SU SANTIDAD LEÓN XIII, Inimica Vis, Encíclica/Epístola para excitar una viril resistencia contra la secta de los masones.
NOTA BENE: La gran mayoría de los párrafos sexto y séptimo
son extracciones literales tomadas del Magisterio Pontificio correspondientes a
Multiplices Inter Machinationes, Custodi di quella Fede e Inimica Vis.
***