GREGORIO XI (1370-1378)
PEDRO ROGER DE BEAUFORT
Pedro Roger de Beaufort, pariente de Clemente VI, fue nombrado cardenal a los 17 años y elegido papa a los 36.
Dirigió sus esfuerzos a pacificar a los príncipes de Europa, principalmente a los de Inglaterra y Francia, que sostenían una guerra encarnizada. Envió misioneros a Moldavia y Bosnia, y para dar fin a las luchas que recrudecían en Roma y en los Estados pontificios, decidió trasladar, a pesar de la oposición de la corte y de de los cardenales franceses, la sede papal de Aviñón a Roma, donde entró solemnemente el 17 de enero de 1377. Fijó su residencia en el Vaticano, ya que el palacio lateranense amenazaba ruina. A este regreso cooperó eficazmente Santa Catalina de Sena, la cual en sus cartas describía a Gregorio XI el triste estado de Roma y la decadencia de las costumbres en el clero. Sin embargo, Gregorio pronto tuvo que refugiarse en Anagni, temiendo graves tumultos en Roma por la matanza de Cesena, ordenada por el cardenal de Ginebra, a quien con poco acierto había elegido como legado suyo. Logró hacer un tratado de paz con los florentinos, por el que se interesó vivamente Santa Catalina de Sena. Volvió a Roma el 7 de noviembre de 1377; viendo desmejorar su salud pensó regresar a Francia, pero murió el 27 de marzo de 1378. Pocos días antes de morir, como si presintiese los desórdenes que habían de producirse, ordenó que después de su muerte se procediera en seguida a la elección del nuevo papa, sin esperar a los cardenales que habían querido permanecer en Aviñón.
Fue hombre de costumbres rígidas, combatió las herejías de los albigenses y valdenses, que persistían todavía, e instigó a los doctores de Inglaterra contra la naciente herejía de Wicleff.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
***