La devoción al Sagrado Corazón es semilla de salvación,
signo de bienaventurada predestinación,
germen de gloriosa inmortalidad.
1. La devoción al sagrado Corazón de Jesús es semilla de salvación: Si quis introïerit salvabitur, dijo el Salvador del mundo durante su misión en la tierra. Pero esta entrada a la salvación se nos abre hoy por el camino del Sagrado Corazón, ya que en él encontramos los medios para cumplir los deberes que nos merecerían la gracia de llegar allí. Adhirámonos, pues, a esta piadosa práctica, para que nos resulte familiar y su uso frecuente se convierta para nosotros en semilla fecunda de salvación eterna.
2. Una señal de predestinación. Qui me amat me sequetur, dijo la Verdad infalible, amar a Jesucristo, ¿qué es sino la certeza de verlo un día cara a cara en la felicidad eterna? ¡Y bien! de este mundo podremos
Pregustad esta bienaventuranza mediante la devoción al Sagrado Corazón de Jesucristo, que, siendo el primero y modelo de los predestinados, marca con el sello glorioso de su divina semejanza a todos los que invocan su adorable Corazón y ponen en práctica su divina inspiraciones.
3. Una semilla de gloriosa inmortalidad. Donde yo esté, allí estará también mi discípulo, repetía constantemente Jesucristo a sus apóstoles, y en su persona a todos los cristianos. Pero ¿dónde está este divino Salvador desde que dejó la tierra? Está a la diestra de su Padre, en el seno de la gloria, rodeado de todos los esplendores de los santos. ¡Y bien! es allí donde nos llama, y nos hace llegar felices hasta allí por el camino de su corazón coronado de espinas en la cruz, pero sumergidos en un torrente de delicias puras en el cielo. Si queremos, pues, alcanzar la gloriosa inmortalidad, apeguémonos a la devoción del Sagrado Corazón de Jesús, y desde este mundo nos sentiremos predestinados allí, en el amor. antes de nutrir la preciosa semilla en nuestra alma.
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