S.S.Pío IX
Graves Ac Diuturnae
Les encanta engañar a los incautos y a los inocentes y llevarlos al error mediante el engaño y la hipocresía. En repetidas ocasiones afirman abiertamente que no rechazan en lo más mínimo a la Iglesia católica y su cabeza visible, sino que son celosos por la pureza de la doctrina católica declarando que son los herederos de la antigua fe y los únicos católicos verdaderos. Pero, de hecho, se niegan a reconocer todas las prerrogativas divinas del vicario de Cristo en la tierra
y no se someten a su magisterio supremo.
...Deben rehuir totalmente sus celebraciones religiosas, sus edificios y sus sillas de pestilencia que han establecido impunemente
para transmitir las sagradas enseñanzas.
No deben tener tratos o reuniones con sacerdotes usurpadores y apóstatas de la fe que se atreven a ejercer los deberes de un ministro eclesiástico sin poseer una misión legítima o jurisdicción alguna. Deben evitarlos como extraños y ladrones que vienen solo para robar, matar y destruir.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 23 de marzo de 1875, vigésimo noveno año de Nuestro Pontificado.
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