VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

MEDITACIONES DE SANTO TOMÁS DE AQUINO (I)


MEDITACIONES
DE SANTO TOMÁS DE AQUINO.


Primera parte - Sobre la vía purgativa.


1ª meditación - Del deseo que hay que tener de avanzar y adquirir la perfección.


La primera y más necesaria preparación que debe traer para hacer los ejercicios de manera útil, es tener un deseo muy grande de avanzar y adquirir la perfección a la que debemos esforzarnos. Ésta es la única cuestión que nos concierne, como dice San Pablo (1); todo lo demás está fuera de nosotros y no es capaz de hacernos felices; solo hay esto, trabajar para salvarnos y ganar el cielo, que debemos estimar o considerar como un negocio. David, dice Santo Tomás, llama a su alma mi única, “unicam meam” (2), ¿por qué? porque es sólo a ella a quien debemos amar, sólo por ella debemos trabajar. Todo lo demás, incluso si se trata de un imperio, o incluso del mundo entero, debe considerarse sólo como diversión.
¡Pobre de mí! Jesucristo dijo una vez a sus apóstoles: "¿De qué le serviría a un hombre ganar el universo perdiéndose a sí mismo? » (3). ¡Pues bien! ¿No sería una extraña locura perderse para ganar lo que nos resultaría inútil si alguna vez nos hubiésemos perdido eternamente? — Consideremos, pues, las tres razones por las que estamos obligados a trabajar, con todo el ardor y aplicación posibles, hacia nuestra perfección.

I. Porque sólo por esto hemos sido creado, sólo por esto Dios nos dio el ser y la razón;

II. Porque sólo para esto Dios nos ha puesto en la Iglesia, donde recibimos toda la plenitud de las gracias necesarias;

III. Porque sólo por eso Dios nos ha puesto en un estado de vida en el que nuestro deber es trabajar sólidamente por la adquisición de la santidad.

(l) Ut vestrum negotium agatis. I ad Thess, 4, 11.
(2) Ps. 34, 47.
(3) Quid enim prodest homini si mundum universum lucretur, animae vero suae detrimentum patiatur? Matth, 16, 26.


Continuará...