VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

NO ALCANZAN LA SALVACIÓN LOS CONTUMACES CONTRA LA AUTORIDAD...


S.S.Pío IX
Quanto conficiamur

Por tanto, amados Hijos Nuestros y Venerables Hermanos, conviene que hoy aquí volvamos a mencionar para condenarle el gravísimo error, en que miserablemente están incurriendo algunos con opinar, que el vivir ciertos hombres en el error y apartados de la verdadera fé, y de la unidad católica no les impide alcanzar la bienaventuranza. Esta sentencia es abiertamente contraria a la doctrina católica. Ciertamente, para Nos y para vosotros es constante, que los afectados por ignorancia invencible acerca de nuestra Religión santísima, si por otra parte observan puntualmente la ley natural y sus preceptos, esculpidos por Dios en todos los corazones, y si dispuestos a obedecerle llevan una vida honrada y recta, pueden, mediante la virtud de la luz divina y de la gracia, alcanzar la vida eterna, como quiera que Dios, supremo inspector, escrutador y conocedor de todas las mentes, de todas las almas, de todos los pensamientos, y de todos los actos, no consentiría. en su suma bondad y clemencia, que sea castigado con eternos suplicios quien no tenga el reato de una culpa voluntaria. 

Pero no menos notorio es el dogma católico, de que nadie puede salvarse fuera de la Iglesia Católica, y de que los contumaces contra la autoridad y definiciones de la misma Iglesia, pertinazmente apartados de su unidad y del Romano Pontífice, sucesor de Pedro, a quien fue por el Salvador encargada la guarda de la viña, no pueden alcanzar la eterna salvación. 

Sobre este punto son clarísimas las palabras de Nuestro Señor Jesucristo :  si no oyere a la Iglesia, tenlo como un gentil y un publicano. Quien a vosotros oye, a mí me oye; y quien a vosotros desprecia, a mí me desprecia. Y el que a mi me desprecia, desprecia a Aquel que me envió.  —  El que no creyere, será condenado.  El que no cree, ya ha sido juzgado.  — El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo  no recoge, esparce.  a esta clase de hombres, el Apóstol Pablo los llama pervertidos y condenados por su propio juicio, y el Príncipe de los Apóstoles los llama falsos doctores, que introducen sectas  de perdición y niegan a Dios, atrayendo sobre sí mismos apresurada ruina. 




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