14 de septiembre de 1951
14 de septiembre de 1951
Diácono de Roma, fué elegido Papa con la autorización del emperador, en 858.
Se hizo coronar solemnemente, y parece que fué él el primero en dar una gran solemnidad a la ceremonia, que se fué repitiendo luego fielmente en la elección de cada papa.
En Occidente, Nicolás I mantuvo la autoridad suprema de la Santa Sede sobre los obispos de Francia y de otros países.
Afirmó con gran energía el derecho de la Iglesia a juzgar al rey, y en la cuestión del divorcio de Lotario II, rey de Lorena, mostrándose enérgico defensor de la fe y de la moral, obligó a aquel príncipe a tomar de nuevo a su legitima consorte Teotberga.
Defendió enérgicamente a Ignacio, patriarca de Constantinopla, que injustamente había sido depuesto por Miguel III, quien lo substituyó por el seglar Focio.
En un concilio de Roma del año 863 Focio fué condenado; mas nada se logró, porque éste, protegido por el emperador, continuó en su cargo y persiguió a los fieles y a Ignacio.
Bajo el reinado de Basilio, Focio fué echado e Ignacio restituído en la sede (867); el Papa no llegó a saberlo, pues mientras tanto pasó a mejor vida.
Tuvo que imponerse a Juan, arzobispo de Rávena, que abusando de su poder tiranizaba a los obispos y al clero que estaban bajo su autoridad.
Tuvo el consuelo de ver difundir el Evangelio en Bulgaria, Moravia y cerca de los Cazaros por obra especialmente de los Santos Cirilo y Metodio.
Nicolás I fué justamente llamado el grande por su fortaleza de espíritu, por su celo y virtud y por el fervor con que abrazó la defensa de los derechos de la verdad y de la justicia.
Murió el 3 de noviembre de 867 y fué sepultado en San Pedro.
Quedaron de él muchas cartas (cerca de cien), importantísimas para la historia.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
BENEDICTO III (855-858)
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
Verbum Dei. Comentario a la Sagrada Escritura.
B. ORCHARD, E. F. SUTCLIFFE
R. C. FULLER Y R. RUSSELL. Editorial HERDER (1957),
Imprimatur de 1956.
SAN LEÓN IV (847-855)
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
Cristo, Rey Eterno, antes de prometer a Pedro, hijo de Juan, el gobierno de la Iglesia, habiendo preguntado a los discípulos que pensaban de El los hombres y los mismos Apóstoles, alabó con singular encomio aquella fe, que había de vencer los asaltos y las tempestades infernales, y que Pedro, iluminado de la luz del Padre Celestial, había expresado con estas palabras: «Tú eres el Cristo, Hijo del Dios vivo» . Esta fe, que produce las coronas de los Apóstoles, las palmas de los mártires y los lirios de las Vírgenes, y que es virtud de Dios para la salvación de todo creyente, ha sido eficazmente defendida y espléndidamente ilustrada de un modo particular por tres Concilios Ecuménicos, el de Nicea, el de Éfeso y el de Calcedonia.[...]
Calcedonia era una ciudad de Bitinia, junto al Bósforo de Tracia, frente a Constantinopla, situada en la opuesta orilla. Allí en la amplia basílica suburbana de Santa Eufemia Virgen y Mártir, el día 8 de octubre, saliendo de Nicea, donde se había dado comienzo a la reunión, se juntaron los Padres, todos de países orientales, excepto dos africanos prófugos de su patria.
Puesto en medio el Libro de los Evangelios, delante tomaban asiento, a los pies del altar, 19 representantes del Emperador y del Senado. Hicieron las veces de Legados Pontificios los piadosísimos personajes Pascasio, obispo de Lilibeo de Cicilia, Lucencio, obispo de Ascoli, Bonifacio y Basilio, sacerdotes, a los cuales se juntó Juliano, obispo de Cos, para ayudarles en su importante tarea. Los Legados del Sumo Pontífice ocupaban el primer puesto entre los obispos; están los primeros en la lista, son los primeros en hablar, los primeros en firmar las actas y, en fuerza de su autoridad delegada, confirman o rechazan los votos de los demás, como ocurrió abiertamente en la condena de Dióscoro, que los Legados del Sumo Pontífice ratificaron con esas palabras: «El Santísimo y beatísimo Arzobispo de la grande y antigua Roma, León, por medio de nosotros y este Santo Sínodo, juntamente con el beatísimo y dignísimo de alabanza Pedro Apóstol, que es la piedra y la base de la Iglesia Católica y el fundamento de la fe ortodoxa, le ha despojado (a Dióscoro) de la dignidad episcopal, y le ha privado de todo ministerio sacerdotal».
Consta por otra parte claramente que no sólo los Legados Pontificios han ejercitado la autoridad de presidir, sino que también les fue reconocido por todos los Padres del Concilio sin alguna oposición el derecho y el honor de la presidencia, como se deduce de la carta sinodal enviada a León: «Tú en verdad, así escriben, presidías como la cabeza a los miembros, demostrando benevolencia en los que tenían tu puesto».[...]
En la cuarta sesión del sacro Sínodo, pidieron los representantes imperiales que se compusiese una nueva fórmula de fe; pero el Legado Pontificio Pascasino, interpretando el sentir de todos, respondió que no era necesario, bastando los símbolos de la fe y los cánones ya en uso en la Iglesia, entre los que hay que contar primeramente la Carta de León a Flaviano: «Luego en tercer lugar (esto, es, después de los Símbolos Niceno y Constantinopolitano y de su exposición hecha por Cirilo en el Concilio Efesino) los escritos enviados por el Beatísimo y Apostólico León, Papa de la Iglesia Universal, contra tu herejía de Nestorio y de Eutiques, ya han indicado cuál es la verdadera fe. De igual manera el Santo Concilio tiene y sigue la misma fe».
Conviene recordar aquí que esta importantísima Carta de San León a Flaviano, acerca de la Encarnación del Verbo, fue leída en la tercera sesión del Concilio, y apenas calló la voz del lector, todos los Padres gritaron unánimemente: Esta es la fe de los Padres, ésta la fe de los Apóstoles. Todos creemos así, los ortodoxos creen así. Sea excomulgado quien no cree así. Pedro ha hablado por boca de León.
SERGIO II (844-847)
Nacido en Roma, fue educado bajo la vigilancia del papa León III. Ordenado sacerdote por Pascual I, fue nombrado arcipreste de la Iglesia Romana por Gregorio IV, a cuya muerte fue llamado a sucederle (10 de febrero de 844), a pesar de que un tal Juan, diácono, al frente de algunos revoltosos se había adueñado del palacio de Letrán. La consagración de Sergio se realizó sin ninguna intervención o consentimiento imperial, por lo cual Lotario consideró lesionados sus derechos y ordenó a su hijo Luis, creado por él rey de Italia, que fuese a Roma. Sergio, prudentemente, recibió con grandes honores a Luis, y después de asegurarse de las intenciones pacíficas del rey, lo introdujo en San Pedro, donde el domingo siguiente (15 de junio de 844) lo coronó rey de Italia. Mas la buena armonía duró poco, pues a las pretensiones de Lotario, que quería que la coronación del Papa fuese hecha en presencia de los mensajeros imperiales, Sergio opuso una rotunda negativa, como también se opuso a que los romanos prestaran juramento de fidelidad a Luis, permitiendo solamente que lo hicieran al emperador Lotario. Luis salió de Roma no muy contento, y dejó que su soldadesca devastase los alrededores de la ciudad.
En 846 los sarracenos desembarcaban en Ostia y se acercaban a Roma: las murallas fueron defendidas; pero no se pudo impedir que cayeran en manos de los bárbaros las basílicas de San Pedro y San Pablo, en donde hicieron estragos.
Sergio murió abatido por el dolor el 27 de enero del año 847 y fue sepultado en San Pedro.
Gregorovio llama a Sergio "hombre de fuerte espíritu y papa sin ventura".
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
Epist. 194 ad Sixtum, cap. 6, núm. 27: lib. de grat et lib. arb. cap. 3, núm. 5: libro de corrept et grat cap. 7, núm. 11.
SAN GREGORIO IV (827-844)
Hijo del romano Juan, era sacerdote de la basílica de San Marcos.
Su elección fue la primera que se hizo según la constitución de Lotario, y así empezaba la funesta intromisión de la autoridad civil en la elección del Pontífice, explicable quizás por los tumultos que con tanta facilidad se producían a cada vacante de la Santa Sede.
Su pontificado no fue tranquilo. Los sarracenos y los moros se adentraban en el Mediterráneo amenazando Italia; Gregorio, temiendo por la seguridad de Roma, se puso a reedificar Ostia y empezó las murallas transtiberianas, que fueron terminadas por León VI.
Más importantes eran, sin embargo, los acontecimientos en Francia, donde Pipino de Aquitania, Luis de Baviera y Lotario de Italia se habían rebelado contra su padre, Ludovico Pío.
Gregorio fue a Francia para arreglar las cosas; pero después de tratados y convenios nada pudo concluir y su acción no fue afortunada como la de otros Pontífices; tuvo que volver a Roma, y allí, libre de toda influencia, dejó oír su voz en defensa de Ludovico, que había sido depuesto por sus hijos.
Gregorio instituyó la fiesta de Todos los Santos, fijando para ella el primer día del mes de noviembre; se hizo benemérito de Roma con la restauración del agua trajana, cuidó la agricultura, dando impulso al saneamiento de la campiña romana y fundando la colonia agrícola del Dragón, cerca de Ostia.
Murió el 25 de enero del año 844.
Durante su pontificado empezó la conversión de Dinamarca y Suecia, y se descubrió en España el cuerpo del apóstol Santiago.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
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VALENTIN (827)
El pontificado del sucesor inmediato de Eugenio II no duró más que un mes y diez días. Era el nuevo papa Valentín, romano, de la familia de los Leonzi. Era arcediano de Roma, y su antecesor le tenía en gran estima por ser hombre virtuoso, justo y moderado.
Su elección se hizo libremente y sin la intervención imperial.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
EUGENIO II (824-827)
Eugenio, arcipreste de Santa Sabina de Roma, fue elegido papa el 5 de junio del año 825, pero su elección fue turbada por el antipapa Zizimo, quien tenía la protección de los patricios.
Ludovico Pio envió a Roma a Lotario con el encargo de hacer cesar el cisma, y Zizimo fue obligado a retirarse. Para prevenir otros escándalos del mismo género, Lotario, de acuerdo con Eugenio, estableció decretos que regulaban las relaciones entre la Iglesia y el imperio: es la célebre "Constitución de Lotario", que consta de nueve artículos. Sin embargo, este documento no es aceptado por todos los historiadores.
Eugenio mantuvo firmes los derechos de la Iglesia contra los manejos de Miguel el Tartamudo, y tuvo el dolor de ver cómo se propagaba la herejía iconoclasta en Francia y en Italia por obra del obispo de Turín, Claudio.
Reunió un concilio en Roma, donde fueron promulgados 38 cánones disciplinares. Los más importantes fueron algunos sobre el matrimonio; la promesa hecha a las iglesias catedrales y a las parroquiales de abrir escuelas donde se enseñaran las letras, las artes liberales y se explicaran las Sagradas Escrituras; la observancia de la vida común en los cabildos de las catedrales y la disciplina en los monasterios. Murió en el verano del año 827.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
Abbé Nicolás Sylvestre Bergier
Cuando se aparecieron por primera vez en la lid los pretendidos reformadores, si se hubiese principiado preguntándoles por las pruebas de su extraordinaria misión, se hubieran visto ciertamente muy embarazados. Verdaderamente ellos no eran enviados por ningún pastor legítimo, ni por ninguna sociedad cristiana. Debian por lo tanto probar con verdaderos milagros una misión sobrenatural y extraordinaria, como la probaran Moisés, Jesucristo y los apóstoles; mas estos todo lo fueron menos taumaturgos.
Diccionario enciclopédico de teología Tomo 2 página 763
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SAN PASCUAL I (817-824)
Nacido en Roma, hijo de Bonoso. Prelado veneradísimo por sus grandes virtudes, fue elegido papa, a pesar suyo, el 25 de enero del año 817.
Hizo reconstruir las iglesias de Santa Cecilia y Santa Práxedes en Domnica, adornándolas con preciosos mosaicos; en Roma coronó al emperador Lotario I (823) y trató de poner paz entre las facciones que ensangrentaban la capital.
Excomulgó a León V, emperador de Oriente, que había hecho germinar nuevamente la herejía de los iconoclastas y ahogado en sangre la reacción que había provocado.
Confirmó los privilegios de la iglesia de Rávena e hizo predicar el Evangelio en el Norte por Ebón, arzobispo de Reims, y por Artigario, que fue más tarde arzobispo de Cambrai.
En el concilio de Aquisgrán hizo introducir excelentes reformas para clero, especialmente para asegurar la libertad en las elecciones eclesiásticas.
Proveyó también a la reforma de los monasterios, aprovechándose particularmente de la obra de San Benito de Aniano, que aparece como el primer reformador de la Orden Benedictina.
Murió en la primavera del año 824.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
ESTEBAN IV O V (816-817)
Hijo de Marino y perteneciente a una de las más nobles familias de Roma, fue promovido al subdiaconado por León III.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
S.S. Vigilo
Hemos recibido con mucho gusto las cartas que tu caridad nos ha dirigido, llenas de consultas católicas y de solicitud, bendiciendo la clemencia de nuestro Dios, porque se digna proveer de semejantes pastores a las ovejas que se encuentran en lo último del mundo, mediante los cuales puedan abundar los pastos saludables, y guardarse de la rapacidad del inicuo lobo, para no caer en los lazos que las tiende.
De modo que es cierto, que la gracia de la prometida bienaventuranza os asiste, toda vez que busquéis la perfección de las celestes doctrinas con preguntas tan laudables: pues esta escrito: Bienaventurados los que escudriñan los testimonios de Dios, los que de todo corazón le buscan.
Por lo cual, hermano carísimo, tratando con toda reflexión de lo propuesto en tu consulta, confiamos en que esto proviene también de que tú deseas observar la regla de la fe católica, como la enseña la Sede Apostólica.
Y aunque el sonido de aquellos, difundido por todo el orbe, y sus palabras extendidas hasta lo último de la tierra, hayan manifestado que los corazones de tu caridad son fieles a Cristo; sin embargo, por si algunas de estas cosas aun no han llegado con toda claridad a la iglesia que con auxilio de Dios gobiernas, recurres a la misma fuente de la que había manado aquella agua saludable; lo que hemos acogido con la debida caridad, porque quisisteis con confianza que se afirmara por nuestra respuesta lo que entre aquellos dijisteis era dudoso.
Por lo cual, saludando en el Señor a tu caridad, hemos creído deber enterarte de cuanto observa la autoridad de la sede apostólica acerca de la disciplina de la Iglesia Católica, formando también para ello algunos capítulos de santas reglas.
EPISTOLA DEL PAPA VIGILIO AL OBISPO PROFUTUROVIGILIO
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SAN LEON III (795-816)
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945