7 de octubre del Año del Señor
SAN MARCOS,
Papa y Confesor
Papa y Confesor
Es más fácil que pase un camello
por el ojo de una aguja,
que un rico entre en el reino de los cielos.
(Mateo, 19, 24).
San Marcos ocupó la cátedra de San Pedro sólo ocho meses y veinte días. Edificó dos iglesias, una en el recinto de Roma cerca del Capitolio, otra en la vía Ardeatina. Fue enterrado en el cementerio de Santa Balbina, que habían embellecido por respeto a los mártires que en él descansaban. El Papa San Dámaso, en el epitafio en verso que le hizo, alaba su desinterés y su amor por la oración. Murió en el año 336.
ORACIÓN
Pastor eterno, considerad con benevolencia a vuestro rebaño, y guardadlo con constante protección, por vuestro bienaventurado Sumo Pontífice Marcos, a quien habéis constituido Pastor de toda la Iglesia. Por J. C. N. S. Amén.
MEDITACIÓN SOBRE EL PELIGRO DE LAS RIQUEZAS
I. Con tanta frecuencia nos ha hablado Jesucristo sobre la desgracia de los ricos y los peligros a que está expuesta su salvación, que no es lícita la duda a este respecto. Además, basta su ejemplo por sí solo para convencernos de que la pobreza es el camino más seguro para llegar al Cielo. Él fue pobre, tuvo discípulos pobres, nos recomendó la pobreza; y sin embargo nosotros amamos las riquezas. Meditemos lo que nos ha dicho en el Evangelio acerca de esto, y amaremos la pobreza, y temblaremos si somos ricos.
II. La razón por la cual es difícil ser rico y santo a la vez es porque las riquezas nos proporcionan los medios para cometer toda clase de pecados; además, de tal modo ocupan nuestro espíritu, que no nos dejan tiempo para pensar en nuestra salvación. En una palabra. la sed de riquezas es la fuente de todos los males corno es la ruina de todas las virtudes.
III. ¿Deberán. pues, los ricos desesperar de entrar al cielo? No; pero si desean ir a él, es preciso que empleen sus riquezas según la voluntad de Dios; que no adhieran a ellas su corazón. y que piensen seriamente en los tesoros que Dios les ha preparado en el reino de los Cielos. Se salvarán si emplean como es debido los bienes que les ha dado en la tierra y si los confían en manos de los pobres para llevarlos al cielo. Si se ama las riquezas, deberá colocárselas allí donde no pueden perecer. (San Juan Crisóstomo).
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.
SAN MARCOS
Papa y Confesor
n. Roma, Italia;
† hacia el año 336 en Roma, Italia
Es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja,
que un rico entre en el reino de los cielos. (Mateo 19,24)
que un rico entre en el reino de los cielos. (Mateo 19,24)
+ La fiesta del santísimo Rosario de la bienaventurada Virgen María, y también la conmemoración de santa María de la Victoria, que el Sumo Pontífice san Pío V ordenó se celebrase cada año por la insigne victoria naval conseguida en este día por los Cristianos, con el auxilio de la misma santísima Madre de Dios, contra los turcos.
+ En Roma, en la vía Ardeatina, el tránsito de san Marcos, Papa y Confesor.
+ En la provincia llamada Augusta del Eufrates, los santos Mártires Sergio y Baco, nobles Romanos, en el imperio de Maximiano. A Baco azotaron con duros nervios, hasta que, despedazado todo el cuerpo, expiró confesando a Cristo; a Sergio pusieron un calzado erizado de clavos, mas permaneciendo inconmovible en la fe, por sentencia del Juez fue degollado. Del nombre de san Sergio el sitio donde está sepultado, se llamó Sergiópolis, y por los insignes milagros es venerado con numerosa concurrencia de los fieles.
+ En Roma, los santos Mártires Marcelo y Apuleyo, los cuales, primero siguieron a Simón Mago; mas, viendo las maravillas que por el Apóstol Pedro obraba el Señor, ambos, dejando a Simón, se aplicaron a la doctrina Apostólica, y después del martirio de los Apóstoles, en tiempo del Consular Aureliano, reportaron la corona del martirio, y fueron sepultados no lejos de la Ciudad.
+ Igualmente en Augusta del Eufrates, santa Julia, Virgen, la cual, en tiempo del Presidente Marciano, consumó el martirio.
+ En Padua, santa Justina, Virgen y Mártir, que, bautizada por san Prosdócimo, discípulo de san Pedro, y perseverando constante en la fe de Cristo, traspasada con un cuchillo de orden del Presidente Máximo, pasó al Señor.
+ En Bourges de Aquitania, san Augusto, Presbítero y Confesor.
+ En una aldea de Reims, san Helano, Presbítero.
+ En Suecia, la Traslación del cuerpo de santa Brígida, Viuda.
+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.