VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

SAN SIMÓN y SAN JUDAS, Apóstoles


28 de octubre del Año del Señor
SAN SIMÓN y SAN JUDAS, 
Apóstoles

Como vosotros no sois del mundo, sino
que os entresaqué yo del mundo,
por eso el mundo os aborrece.
(Juan, 15, 19).


San Simón, de Caná en Galilea, y San Judas Tadeo, hijos de María de Cleofás y primos de Jesús, fueron a predicar el Evangelio, uno a Egipto, el otro a Mesopotamia. Después de treinta años de trabajos apostólicos, fueron llamados a Persia, en donde convirtieron a gran número de paganos. Las imágenes del sol y de la luna se quebraron cuando ellos lo ordenaron, y los demonios salieron de sus templos y emprendieron la fuga bajo la forma de negros etíopes. Los paganos, excitados por dos magos, se arrojaron sobre los santos apóstoles y los masacraron. Los instigadores del crimen perecieron fulminados por un rayo.


ORACIÓN

Oh Dios, que os servisteis de los bienaventurados apóstoles Simón y Judas Tadeo para conducirnos al conocimiento de vuestro santo Nombre, haced que celebremos su gloria eterna avanzando en la virtud, y que avancemos en la virtud celebrando su gloria. Por J. C. N. S. Amén.


MEDITACIÓN SOBRE SAN SIMÓN
y SAN JUDAS TADEO

I. Dios llama a su servicio a los que Él ama; los separa del mundo, como hizo con estos dos apóstoles, hijos de María de Cleofás, prima de la Santísima Virgen. Jesús amaba particularmente a estos dos hermanos, gracias, sin duda, a la intercesión de María en su favor. Dios sólo es quien nos llama a su servicio, mas, ¡cuántas almas deben su vocación a la Santísima Virgen! Renunciemos al mundo, y seremos más grandes que sus honores y que toda su gloria. (San Cipriano).

II. El mundo persiguió a estos dos apóstoles y les dio muerte, porque disipaban sus tinieblas con la luz del Evangelio. Hombres apostólicos: la persecución será siempre vuestra parte. Vosotros aborrecéis al mundo, no os asombréis de que él os pague con la misma moneda. Regocijaos, porque cuanto más disgustéis a los hombres, más agradaréis al Señor. El mundo ama sólo a los que se le parecen.

III. Las amenazas, las calumnias, los tormentos y la muerte no fueron suficientes para detener el celo de los dos ilustres hermanos. El mundo se esforzará por hacer fracasar todo lo que emprendáis por amor a Dios; pero no os dejéis abatir: avanzad, Dios os hará triunfar contra todos los obstáculos. No busquemos agradar a los hombres, alegrémonos más bien de disgustar a aquellos a quienes Dios mismo ha disgustado. (San Paulino).

*Así es, mis queridos hermanos. Este es el sino de los cristianos y los verdaderos discípulos de Cristo Jesús: disgustar al mundo y afear su maldad e hipocresía. Los mundanos odian a quienes somos de Dios porque nosotros no amamos los desórdenes y vicios que ellos idolatran, sino que los denunciamos como graves transgresiones de la ley de Dios, y tampoco queremos acomodarnos a la malicia del siglo, sino que buscamos la soledad y el silencio para conversar con el Señor. Como el mundo y quienes le pertenecen no han creído en el Hijo de Dios ni le han recibido, no pueden recibir la luz que viene de lo alto, la cual es dada solo a quienes creen en Él (Juan 1,1-13). Las tinieblas de la incredulidad y la ignorancia espiritual han cubierto el mundo entero, y sólo la luz del Verbo puede disipar tales tinieblas, por lo que cada alma fiel es hoy un auténtico templo vivo del Espíritu Santo Paráclito Consolador, de ahí que haya que guardar y custodiar celosamente el tesoro escondido de la Santa Fe Católica, Apostólica y Romana que profesamos en medio de un mundo devenido apóstata y paganizado como en los tiempos antiguos. Que San Simón y San Judas nos enseñen a ser sencillos como palomas y prudentes como las serpientes, pues los días son malos y estamos rodeados de lobos por todas partes, a veces disfrazados de falsos hermanos. Velemos y oremos, pues, para no caer en la tentación de amoldarnos al mundo y sus falsas corrientes de impiedad y pecado.

Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.

*Comentario de Un discípulo amado de N.S.J.C.


28 de Octubre del Año del Señor.
SAN SIMÓN y SAN JUDAS TADEO*
Apóstoles

*Patrono de hospitales y trabajadores de hospital. Se invoca su intercesión en las causas perdidas e imposibles.

Como vosotros no sois del mundo, sino que os entresaqué yo del mundo, por eso el mundo os aborrece. (Juan 15, 19)

+ En Persia, el triunfo de los santos Apóstoles Simón Cananeo, y Tadeo, llamado también Judas. Simón predicó el Evangelio en Egipto, y Tadeo en Mesopotamia; después, habiendo entrado juntos en Persia y sometido a Cristo una gran multitud de aquellas gentes, consumaron el martirio.
+ En Roma, los santos Mártires Anastasia la mayor, Virgen, y Cirilo. Anastasia, en la persecución de Valeriano, siendo Prefecto Probo, fue aprisionada, abofeteada, atormentada con fuego y con azotes; mas, permaneciendo inmoble en la confesión de Cristo, le cercenaron los pechos, le arrancaron las uñas, le rompieron los dientes, le cortaron los pies y las manos, y últimamente la cabeza, y engalanada con tantas joyas de suplicios, voló al Esposo. Cirilo, por ofrecerle un vaso de agua que le había pedido, recibió en recompensa el martirio.
+ También en Roma, santa Cirila, Virgen, que era hija de santa Trifonia, y en el imperio de Claudio fue por Cristo degollada.
+ En Como, san Fidel, Mártir, en tiempo del Emperador Maximiano.
+ En Maguncia, san Ferrucio, Mártir.
+ En Melde de Francia, san Farón, Obispo y Confesor.
+ En Verceli, san Honorato, Obispo.

+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

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