VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

CONTRA ELLA NO PREVALECERÁN LAS PUERTAS DEL INFIERNO

Jaime Balmes y Urpiá
1810-1848

Los padecimientos de innumerables mártires, los destierros, la proscripción de tantos ilustres sacerdotes que nos cuenta la historia de los tiempos de herejía, las duras contrariedades experimentadas en los siglos de barbarie de parte de aquellos hombres indómitos que, aun después de largos siglos, conservan mucho de la fiereza selvática de la época de la irrupción; el cisma de Oriente y Occidente, el Protestantismo, la incredulidad: he aquí las pruebas terribles a que se ha visto sujeta la Iglesia. Los sufrimientos, pues, que padece ahora no son más que la repetición de los que experimentará en otros siglos, con sólo aquellas diferencias que consigo trae el diverso espíritu y las varias circunstancias de los tiempos.

Si se juzga de los infortunios de la Iglesia por las impresiones del momento; si sólo se atiende a la inmerecida contradicción que se le hace, y a la injusticia y atropellamiento de que es víctima, el ánimo se abate y la tristeza se apodera del corazón; pero cuando se ele- va la mente sobre la región de las pasiones, cuando se da una mirada a lo pasado y a lo venidero, recordando la historia y las profecías, cuando se reflexiona que la Iglesia no es una institución humana, sino divina, que tiene prometida la asistencia de Jesucristo hasta la consumación de los siglos, cuando se sabe de seguro que contra ella no prevalecerán las puertas del infierno, entonces el espíritu se alienta y el corazón se consuela, los tiempos parecen menos tristes, los presagios son menos funestos...

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