VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

SAN GALO, Abad


16 de octubre del Año del Señor
SAN GALO,
Abad

Por cuanto eres tibio, y ni frío ni caliente,
estoy para vomitarte de mi boca.
(Apocalipsis, 3, 16).

San Galo, discípulo de San Colombano, a quien acompañó de Irlanda a Francia, habiéndose retirado a una gruta, encontró en ella a un oso al cual ordenó le trajese leña y que se fuese después: el animal obedeció. Libró a la hija del duque Gunzo de un demonio que la atormentaba. Este duque le ofreció un obispado que el santo rehusó. Aceptó sin embargo otros presentes y los distribuyó entre los pobres. Fundó el célebre monasterio de San Galo, en Suiza, y murió en el año 641 ó 645.


ORACIÓN

Haced, os lo suplicamos, Señor, que la intercesión del santo abad Galo nos haga agradables a vuestra Majestad, a fin de que obtengamos, por sus ruegos, las gracias que no podemos esperar de nuestros méritos. Por J. C. N. S. Amén.


MEDITACIÓN SOBRE LA TIBIEZA ESPIRITUAL

I. Llámase tibio a quien sirve a Dios con negligencia; no comete pecado mortal porque teme el infierno, pero no se esfuerza por evitar los pecados veniales. El alma tibia cumple su deber con negligencia, va repitiendo que se contenta con el último lugar del Paraíso; en una palabra, hace solamente aquello que no puede omitir sin pecar gravemente. ¿No es, acaso, el estado en que tú te encuentras? ¿Qué cuidado pones en ejecutar todas tus acciones para agradar a Dios? ¿Por ventura evitas hasta las faltas más pequeñas?

II. Dios amenaza al tibio con vomitarlo de su boca. Las ofensas que recibe de los malos le son menos sensibles que las que recibe de un hombre que hace profesión de ser su amigo y su hijo. Este hombre puede hacer el bien y no lo hace. Escucha lo que dice San Ambrosio: Más le valiera al alma tibia no haber recibido la fe que descuidarla.

III. Tú, que estás en este estado, fuiste fervoroso o siempre permaneciste en esta funesta tibieza. Si has sido fervoroso, confesarás que es más agradable darse generosamente a Dios, que querer dividir el corazón entre Dios y el mundo. En efecto, en este estado de tibieza, no recibirás ningún consuelo del cielo, y el temor al infierno te impide gozar de los placeres de la tierra. Si siempre has sido tibio, ¡ah, por caridad! gusta el placer que se halla dándose por entero a Dios. El que te ha redimido todo entero exige que te des a Él por entero. (San Agustín).

*Así es, mis queridos hermanos y hermanas. La tibieza espiritual se encuentra muy extendida, desgraciadamente, y son muchos los que se llaman Católicos cuya conducta es muy reprochable, pues no les mueve el fervor y el celo por la Verdad, sino tan sólo un sentimentalismo lacrimógeno y estéril, que no es sino orgullo mal disimulado. Las almas tibias son las que se escandalizan hipócritamente cuando otros defienden la honra y gloria de Dios contra todos sus enemigos, tratando de disminuir el fervor y la convicción que mueven a esos pocos valientes o acusándoles falsamente de querer mirarse al ombligo, cuando la realidad es muy distinta. Son los tibios quienes más daño hacen, pues se comportan como falsos hermanos y arrastran a los pequeños a una especie de ataque de escrúpulos infundados ante prácticamente cualquier cosa, con lo que al final no son pocos quienes abandonan y caen en la más funesta apostasía por culpa del desánimo que los tibios les infundieron. Además, al tibio le mueve su orgullo secreto, aunque él jamás lo confiese, de ahí que se llene la boca hablando de que él no ambiciona nada y que sólo quiere cumplir mediocremente con sus deberes para evitar el castigo de Dios, pero rara vez será capaz de obrar sin negligencia y con verdadero fervor desinteresado. Por tanto, seamos muy esforzados y transparentes, huyendo de la tibieza y el conformismo culpable, teniendo siempre la santa aspiración de agradar a Dios y promover Su reino en cualquier circunstancia en que nos hallemos, con el mayor fervor posible, pues Dios no se deja vencer en generosidad para quienes lo dan todo por Él.

Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo IV, Patron Saints Index.

*Comentario de Un discípulo amado de N.S.J.C.


16 de Octubre del Año del Señor.
SAN GALO
Abad
n. Irlanda;
† hacia el año 641 en Bregenz, Suiza
Patrono de las aves de corral; gansos; pájaros.

Por cuanto eres tibio, y ni frío ni caliente, estoy para vomitarte de mi boca. (Apocalipsis 3, 16)

+ Santa Eduvigis, Viuda, Duquesa de Polonia, que el día de ayer durmió en el Señor.
+ En el monasterio de Der, en Francia, san Bercario, Abad y Mártir.
+ En África, doscientos setenta santos Mártires, juntamente coronados.
+ Allí también, los santos Martiniano y Saturiano, con otros dos hermanos suyos; los cuales en la persecución Vandálica y reinado de Gensérico Arriano, siendo esclavos de un Vándalo y convertidos a la fe de Cristo por su consierva santa Máxima Virgen, perseverando firmes en la fe católica, fueron todos, por orden de su amo hereje, primeramente apaleados con varas nudosas hasta descubrírseles los huesos. Mas como sufridos mucho tiempo estos tormentos, los encontrasen siempre al siguiente día sanos, los arrojaron al destierro; y habiendo allí convertido muchos bárbaros a la fe de Cristo y conseguido del Romano Pontífice les enviase un Presbítero y otros Clérigos para bautizarlos; por último, atados por los pies a un tiro de cuatro caballos lanzados a la carrera, fueron todos juntos arrastrados por escabrosos matorrales hasta expirar. Máxima, después de superados muchos combates, milagrosamente librada, se encerró en un monasterio, donde Madre de gran número de Vírgenes, descansó con santo fin.
+ Igualmente los santos Saturnino, Nereo y otros trescientos sesenta y cinco Mártires.
+ En Colonia, san Elifio, Mártir, en tiempo de Juliano Apóstata.
+ En territorio de Bourges, san Ambrosio, Obispo de Cahors.
+ En Maguncia, san Lullo, Obispo, y Confesor.
+ En Tréveris, san Florentino, Obispo.
+ En Arbón de Alemania, san Galo, Abad, que fue discípulo de san Columbano.
+ En Muro de Lucania, san Gerardo Magella, Confesor, Lego profeso de la Congregación del santísimo Redentor, el cual, esclarecido en milagros, fue puesto en el catálogo de los Santos por el Sumo Pontífice San Pío X.

+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

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