SANTO TOMÁS DE AQUINO,
SUMA TEOLÓGICA, IIA-IIAE. PREGUNTA 11, PUNTO 2, SOLUCIÓN 3.
https://hjg.com.ar/sumat/c/c11.html#a2
«En caso de desacuerdo entre doctores, el juicio no recae sólo en la Escritura,
SINO EN EL PAPA POR LA PROMESA HECHA A SAN PEDRO.
Como afirma San Agustín y consta en el Decreto, si algunos defienden su manera de pensar, aunque falsa y perversa, pero sin pertinaz animosidad, sino enseñando con cauta solicitud la verdad y dispuestos a corregirse cuando la encuentran, en modo alguno se les puede tener por herejes. Efectivamente, no han hecho una elección en contradicción con la enseñanza de la Iglesia. En ese sentido parece que se han dado disensiones entre algunos doctores, o sobre aspectos que de una manera u otra no afectan a la fe, o también sobre aspectos que concernían a la fe, pero que aún no estaban definidos por la Iglesia. Pero, UNA VEZ QUE QUEDARAN DEFINIDOS POR LA AUTORIDAD DE LA IGLESIA UNIVERSAL, si alguien impugnara con pertinacia esa ordenación, sería tenido por hereje. Y esa autoridad de la Iglesia RADICA DE MANERA PRINCIPAL EN EL PAPA, ya que se lee en el Decreto: Cuantas veces se ventile una cuestión de fe, pienso que todos nuestros hermanos y obispos no deben SOMETERLA SINO A PEDRO, es decir, a la autoridad de su nombre. Con esa clase de autoridad no defienden su manera de pensar ni San Jerónimo ni San Agustín ni ninguno de los santos doctores. Por eso escribe San Jerónimo: Esta es, beatísimo Papa, la fe que aprendimos en la Iglesia. Y si en ella hemos sustentado algo con menos pericia o menos cautela, deseamos que sea enmendado por ti, QUE POSEES LA SEDE Y LA FE DE PEDRO. Más si esta nuestra confesión se ve aprobada por el juicio de tu apostolado, quien pretenda culparme a mí, dará con ello prueba de que es imperito o malvado, e incluso no católico, sino hereje.»
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