Finalmente considera que el amor de Dios por ti ha ido mucho más lejos. En medio de la Iglesia y de la Religión, la mayoría vive como si no tuvieran Dios, o —lo que es infinitamente más execrable—contrariamente a las leyes de Dios, no por ignorancia, sino por desprecio de sus beneficios y de su amor (1). Sin embargo, gracias a la elección de Dios, estás en un estado superior, donde se hace una profesión pública de virtud y santidad; es decir, en un estado de vida tan feliz que basta con volverse fiel a sus deberes para adquirir la santidad consumada. Quiera Dios, clama Santo Tomás, que sepáis cual es su amor hacia vosotros, en este estado no ¡sólo de gracia, sino también de santidad! Veríais entonces que os ama con tanto ardor, veríais que entra en una solicitud tan profunda por vosotros que parece, por decirlo así, olvidarse de todas los demás criaturas (2). David una vez proclamó esta verdad cuando dijo: “Non fecit taliter omni nationi”: ¡No es así como Dios ha amado al resto del mundo (3)! Pero ¡cuántas almas habrían aprovechado mejor las gracias que se nos han proporcionado, y que condenarán nuestra ingratitud y nuestra infidelidad!
(1) Sine Deo, aut, quod execrabilius est, contra Deum, non ignorantiam habentes,sed contemptum. D.Bern. Serm de Ingrat. —(2)Sentiret ita se amari et Deum tanto amore circa se occupari quasi omnium creaturarum sit oblitus. D Th. Op. 67. — (3)Ps 147, 20.
Continuará...