Pierre François Lagache
Yo el infrascrito Sacerdote de la antigua diócesis de san Omer, natural y vecino de la ciudad de Hesdin, próximo a los 80 años de mi edad: deseando arreglar mi conciencia, y reparar los pecados que he cometido delante de Dios y de los hombres, por haber prestado el juramento prescrito por la Asamblea nacional el 27 de noviembre de 1790, y haber contraído dos matrimonios, uno puramente civil, y el otro civil y religioso; creo de mi obligación hacer libremente las declaraciones siguientes:
Confieso que hay en la Iglesia católica una jerarquía establecida por Dios, cuyas relaciones y orden no pueden ser alterados por los hombres.
Creo y confieso que el Papa tiene la verdadera primacía de orden, honor y jurisdicción en toda la Iglesia que la autoridad de los Obispos no depende en modo alguno de los votos de los presbíteros: que es necesario haber recibido la misión de los legítimos superiores para ejercer las funciones propias de cura de almas, y que todo ministro que no la recibe de ellos, no puede serlo de la palabra de Dios, ni de los Sacramentos.
Creo y confieso que el sacerdocio es indeleble; que los votos monásticos y religiosos no son contrarios a la libertad natural, y que el matrimonio legítimamente contraído es indisoluble.
Siendo indispensable creer estas verdades para conseguir la salvación, y no pudiendo esto conseguirse sosteniendo principios contrarios a esta sana doctrina, me retracto libre y voluntariamente del juramento que tuve la desgracia de hacer simplemente a consecuencia del precitado injusto decreto.
Creo y confieso que la pretendida constitución civil del clero, publicada por la misma Asamblea está formada sobre principios heréticos, siendo por consiguiente herética y contraria a los dogmas católicos, en muchos de sus decretos, y en otros sacrílega, cismática y trastornadora de los derechos de la primacía de la santa Sede, contraria a la antigua y moderna disciplina de la Iglesia, y con tendencia manifiesta y evidente de abolir la santísima Religión católica. Abjuro todos los errores contenidos en aquella constitución, y me someto con todo mi corazón y espíritu al juicio pronunciado por la Santa Sede, obedecido y aceptado por todos los legítimos Obispos de la Francia.
Creo y confieso: que todas las elecciones hechas en diferentes distritos, conforme a los decretos de dicha Asamblea, son ilegítimas, sacrílegas y nulas, y que los elegidos así para las Iglesias catedrales, vacantes, ocupadas ó de nueva é ilegítima erección, no han recibido jurisdicción alguna espiritual ni eclesiástica para el gobierno de las almas.
Creo y confieso: que las órdenes conferidas por los Obispos intrusos son sacrílegas, no pudiéndose recibir de ellos sin sacrilegio manifiesto; que las delegaciones y autoridad recibida de ellos, son nulas, y no han podido ejercerse por ninguno de los que las recibieron, sin hacerse reos de una escandalosa intrusión, y que todos los actos consecuentes son absolutamente nulos.
Renuncio de toda mi voluntad al carácter de Cura que he pretendido tener en las parroquias donde lo he ejercido, y tenido la desgracia de usurparlo; y pido perdón a Dios, a los Pastores legítimos, y a los fieles, de los escándalos que les he dado, ejerciendo las funciones sagradas sacrílegamente sin misión canónica, y por las dos uniones ilegítimas y públicas que he tenido la temeridad de contraer, violando los votos hechos cuando recibí las sagradas órdenes.
Reconozco que la Iglesia católica apostólica, romana, en cuyo seno quiero vivir y morir, es la madre y señora de todas las demás Iglesias, y prometo y juro verdadera obediencia al Pontífice romano, sucesor de san Pedro y vicario de Jesucristo.
Prometo igualmente verdadera obediencia al señor Obispo de Arras, mi único y legítimo Prelado, protestando que me someto a la penitencia que tuviere a bien imponerme, si Dios me concede vida para espiar los delitos referidos.
Así Dios me ayude, y sus santos Evangelios.
Fecho en Hesdin el 24 de noviembre de 1836, en presencia de Mrs. Dusautóir, Vicario de la parroquia, y Viollete, presidente de la fábrica. Siguen las firmas. Pedro Francisco, Lagache.-Dusautoir, Vicario de la parroquia de Hesdin.-Viollete, Vicario general, Cura Dean de Hesdin.
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Mr. Lagache murió diez días después de su retractación, con sentimientos del más vivo arrepentimiento habiendo recibido los santos sacramentos de la Iglesia, e indulgencia plenaria in articulo mortis. — La pieza anterior fue remitida al Obispo de Arras por Mr. Pruvost, Cura Dean de Hesdin, gran Vicario de la diócesis, y está certificada como auténtica por el venerable Prelado. (L'Ami de la Religion.)
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