SAN GREGORIO IV (827-844)
Hijo del romano Juan, era sacerdote de la basílica de San Marcos.
Su elección fue la primera que se hizo según la constitución de Lotario, y así empezaba la funesta intromisión de la autoridad civil en la elección del Pontífice, explicable quizás por los tumultos que con tanta facilidad se producían a cada vacante de la Santa Sede.
Su pontificado no fue tranquilo. Los sarracenos y los moros se adentraban en el Mediterráneo amenazando Italia; Gregorio, temiendo por la seguridad de Roma, se puso a reedificar Ostia y empezó las murallas transtiberianas, que fueron terminadas por León VI.
Más importantes eran, sin embargo, los acontecimientos en Francia, donde Pipino de Aquitania, Luis de Baviera y Lotario de Italia se habían rebelado contra su padre, Ludovico Pío.
Gregorio fue a Francia para arreglar las cosas; pero después de tratados y convenios nada pudo concluir y su acción no fue afortunada como la de otros Pontífices; tuvo que volver a Roma, y allí, libre de toda influencia, dejó oír su voz en defensa de Ludovico, que había sido depuesto por sus hijos.
Gregorio instituyó la fiesta de Todos los Santos, fijando para ella el primer día del mes de noviembre; se hizo benemérito de Roma con la restauración del agua trajana, cuidó la agricultura, dando impulso al saneamiento de la campiña romana y fundando la colonia agrícola del Dragón, cerca de Ostia.
Murió el 25 de enero del año 844.
Durante su pontificado empezó la conversión de Dinamarca y Suecia, y se descubrió en España el cuerpo del apóstol Santiago.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945