ADRIANO I (771-795)
Adriano, ordenado de subdiácono por San Pablo I y de diácono por Esteban III, era hijo de Teodoro, duque de Roma y cónsul imperial, de la noble familia de los Colonna.
Fue elegido en el año 771.
Es el papa que supo guiar, a favor de la Santa Sede y de Italia, a Carlomagno.
Carlomagno fue a Italia y puso fin con las batallas de Pavía y de Verona al reino de los longobardos; Desiderio fue enviado al monasterio de Corbeya, y Adelchio huyó a Constantinopla.
En Roma, acogió con honores al rey vencedor, el cual a ruegos del papa confirmó las donaciones de Pipino, añadiéndoles el exarcado de Rávena y luego Sabina, que fue quitada al rebelde Rodgando en una segunda incursión del emperador en Italia.
Bajo Adriano I los sajones se convirtieron a la fe; se dió fin, en el concilio de Nicea de 787, a la herejía de los iconoclastas; se condenó la herejía de los adopcionistas (los cuales sostenían que Jesucristo, como hombre e hijo de María, era simple hijo adoptivo de Dios), que había surgido en España, y se reconocieron como válidos los matrimonios contraídos entre esclavos, a pesar de la oposición de los dueños.
Reorganizó la jerarquía en Germania; restauró y embelleció Roma. Durante las inundaciones producidas por el Tiber en 784, distribuyó con magnanimidad sus riquezas entre el pueblo y protegió a los pobres y enfermos.
Murió en la Navidad del año 795, siendo llorado por todos.
Carlomagno hizo esculpir su lápida, que se conserva en el atrio de San Pedro.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
