De origen romano, bajo el reinado de Sergio I fue subdiácono, tesorero y bibliotecario de la Iglesia.
Se interesó especialmente por la conversión de Alemania, adonde envió a San Bonifacio.
Restableció el monasterio de Monte Casino e hizo restaurar muchas iglesias de Roma.
Tuvo que sostener una dura lucha con León el Isáurico, feroz destructor de imágenes y fautor de la herejía de los iconoclastas. Después de mandarles varias cartas de exhortación, finalmente, en un sínodo romano del año 729, al que asistió el arzobispo de Toledo, sin derecho, fugitivo de España, condenó la herejía. El emperador respondió con la violencia e intentó varias veces hacerlo asesinar; estas tentativas resultaron siempre infructuosas gracias a la excelente guardia que los romanos prestaban al papa, quien a pesar de todo se opuso a la elección de un nuevo emperador que substituyera a León. Viendo empeorar las cosas, reunió otro concilio en 731, condenando nuevamente la herejía y excomulgando al emperador.
Este papa fue amenazado también por los longobardos, y se dice que cuando Liutprando se presentó con su ejército ante las puertas de Roma, Gregorio le fue al encuentro y le persuadió con su elocuencia a que depusiera las armas.
Quedaron de Gregorio II quince Cartas de gran importancia histórica.
fue sepultado en la basílica de San Pedro.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
