Concilio de Éfeso
22 de junio y el 16 de julio del año 431
Si alguno rehusa confesar, que el Emmanuel es verdadero Dios y que, por lo tanto, la Santísima Virgen es Madre de Dios, pues dió a luz según la carne al Verbo de Dios encarnado, sea anatema.
II Concilio de Constantinopla
5 de mayo y el 2 de junio de 553
Canon 5: Si alguno no llama en su verdadera acepción, sólo en sentido impropio, Madre de Dios a la santa, gloriosa y siempre Virgen María; o bien, si así la llamare sólo en un sentido relativo, creyendo que es puramente un hombre el que nació de ella y no el Verbo de Dios que se encarnó en ella, de suerte que según él, el nacimiento del hombre sea atribuído al Verbo, porque éste unió a sí al hombre que acababa de nacer; o bien, si calumniase al Concilio de Calcedonia, como si hubiese llamado a la Virgen Madre de Dios en el mismo sentido blasfematorio que el impío Teodoro; y también, si alguno llamare a la Virgen Madre del hombre o Madre de Cristo, pero como si Cristo no fuese Dios; en fin, si no la confesare Madre de Dios en la significación propia y verdadera de la palabra, porque el Verbo de Dios nació del Padre antes de todos los siglos, tomó carne en ella en los últimos días y que así fue como el santo Concilio de Calcedonia la reconoció piadosamente por Madre de Dios, sea anatema.
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