Cardenal obispo de Porto, fué partidario de Arnolfo, rey de Germania, y fué excomulgado por Juan VIII; mas en 883 fué rehabilitado por el papa Marín.
Asumió el pontificado en momentos muy difíciles y, política y religiosamente, en una Roma dominada por facciones.
Su acción política no fué siempre feliz y su unión con el partido germánico le atrajo profundos odios.
Con su pontificado empieza el llamado siglo de hierro de la Iglesia. Este siglo fué descrito por Baronio y por la mayoría de los historiadores eclesiásticos, como una época en la que entró la desolación en la Iglesia por obra de papas indignos. Pero estos escritores observan también, que Dios permitió tales acontecimientos para que se viese que la Iglesia no está basada sobre fundamento humano, sino sobre un fundamento divino, que es Cristo mismo. Sin embargo, no faltaron en medio de tanta obscuridad rayos de luz: hubo papas dignos de tal nombre y tuvo efecto una consoladora difusión del Evangelio en los pueblos paganos.
Formoso coronó emperador a Arnolfo, y en Francia promovió un acuerdo entre Eudes Carlos el Simple.
En Oriente concedió la absolución de los obispos, secuaces de Focio en el cisma, que se habían arrepentido.
Convocó un sínodo para la reforma de las costumbres.
Murió el 4 de abril de 896, presa de horribles dolores, no sin la sospecha de que se hubiesen utilizado medios violentos contra él.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945