SAN LEON III (795-816)
De origen romano, hijo de Arupio fue cardenal presbítero de la iglesia de Santa Susana.
El primer acto de este Pontífice fue el envío de las llaves de San Pedro y del gonfalón de Roma a Carlomagno, quien por su parte le, envió el Missus Dominicus Angiberto con ricos presentes.
Pocos años después, los parientes de Adriano I, Pascual y Campul, urdieron una conjuración contra él, y durante la procesión de las Rogaciones le acometieron, dejándole en el suelo medio muerto; a duras penas pudo refugiarse en el monasterio de los santos Esteban y Silvestre, y luego, ayudado por Viniqui, duque de Espoleto, que había acudido en su defensa, se guareció en aquella ciudad.
Marchó después a Paderbon (Sajonia) cerca de Carlomagno, que lo hizo conducir honorablemente a Roma, adonde el mismo emperador se había de trasladar una vez arregladas las cosas en Sajonia (799). En la basílica de San Pedro, el 25 de diciembre del año 800, León III coronó y consagró a Carlomagno, emperador de Occidente, y a sus hijos Luis y Pipino, reyes de Aquitania e Italia respectivamente.
Así empieza una nueva época para la historia, beneficiosa y gloriosa para la Iglesia en un principio, luego portadora de desdichas cuando los emperadores de Occidente querrán entrometerse en las cosas de la Iglesia.
Aprovechándose de la muerte de Carlomagno, gran defensor de León, en el año 815 se urdió una nueva conspiración contra el Pontífice que fue prontamente reprimida con severos castigos. A causa de los tumultos que en aquella ocasión se produjeron, el emperador Luis envió a Roma a su sobrino Bernardo, sucesor de Pipino en el reino de Italia, y éste, con la ayuda del duque (de Espoleto, puso fin a la sedición castigando inflexiblemente a los culpables.
En un concilio celebrado en San Pedro, León condenó nuevamente el adopcionismo; aprobó la adición de la frase "qui ex Patre Filioque procedit" al símbolo niceno, que fue propuesta por el sinodo de Aquisgrán en el año 809 para poner fin a la cuestión de la procesión del Espiritu Santo, y declaró nulas las actas del conciliábulo de Constantinopla del año 809.
Fue intrépido defensor de la fe, de gran energía, docto, como lo demuestran sus numerosas cartas, devotísimo, generoso con los pobres. Restauró muchas iglesias de Roma, entre ellas la de Letrán, cuyo triclinio decoró con mosaicos famosos y que son una magnífica ilustración de la suprema potestad del Pontífice romano y de la armonía que debe reinar entre los dos poderes: el espiritual y el temporal. Los últimos días de su vida fueron amargados por Martín, arzobispo de Rávena, que profanaba simoníacamente aquella iglesia. Murió el 11 de junio del año 816.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
***
