VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

EL QUE QUIERA NEGAR AL SOBERANO PONTÍFICE LA SUPREMA AUTORIDAD EN ESTA ASIGNACIÓN....

S.S.Pío VI
Super soliditate

La verdad de lo que enseña S. Agustín, que la primacía de la cátedra apostólica siempre ha estado en vigor en la silla de Roma, y que esta primacía del apostolado eleva al Soberano pontífice sobre cualquier otro obispo; esta verdad apoyada en pruebas tan evidentes, descuella sobre todo en que el sucesor de S. Pedro, preside de derecho divino a todo el rebaño de Jesucristo, de modo que recibe con el episcopado la potestad del gobierno universal; mientras que los otros obispos cada uno posee una porción particular del rebaño, no de derecho divino sino de derecho eclesiástico, la que le es asignada no por boca de Jesucristo, sino por su ordenación jerárquica necesaria para que puedan ejercer sobre esta porción del rebaño una potestad ordinaria de jurisdicción. 

El que quiera negar al soberano pontífice la suprema autoridad en esta asignación, es necesario que combata la sucesión legitima de tantos obispos como en el mundo entero, rigen las Iglesias, o fundadas originariamente por la autoridad apostólica o divididas y reunidas por ella, que han recibido del romano pontífice la misión para gobernarlas; de modo que no se podría sin trastornar la Iglesia y el mismo régimen episcopal, atentar a esta grande y admirable Reunión de potestad conferida por una divina disposición a la cátedra de S. Pedro, a fin de que como dice S. Leon, S. Pedro rija verdaderamente toda la Iglesia que Jesucristo rigió principalmente; porque si Jesucristo quiso que hubiese alguna cosa de común a Pedro y a los demás obispos, todo lo que no ha negado a estos, se lo ha dado únicamente por Pedro. 

[...]

No hay más que un solo Dios, un solo Cristo, una sola Iglesia, y una sola cátedra fundada sobre Pedro por medio del Señor dice S. Cipriano, que reconoce que la cátedra de Pedro es la Iglesia principal donde ha tomado origen la unidad sacerdotal, y donde no puede llegar la perfidias.