CALIXTO III (1455-1458)
ALFONSO BORGIA
Natural de Játiva, fue hecho papa al morir Nicolás V, el 8 de abril de 1455, a la edad de setenta y ocho años.
Había sido profesor de Derecho en la Universidad de Lérida, y secretario del rey de Aragón Alfonso V; además, había contribuído activamente a la extinción del cisma en España en tiempos de Martín V, que lo nombró obispo de Valencia. Eugenio IV lo creó cardenal.
Aunque de avanzada edad, tomó con ánimo juvenil el gobierno de la Iglesia; y ante el grave peligro que la amenazaba, más que a los pacíficos estudios de las artes y de la ciencia atendió a la defensa común contra los turcos.
Con la bula de 5 de mayo de 1455 proclamó la Cruzada; él mismo preparó el dinero necesario para la empresa, sin ahorrar los tesoros de su casa ni el oro y la plata de las iglesias; en Roma no hizo ejecutar trabajos públicos, sino obras de fortificación, y atendió a la construcción de una potente nave de guerra.
Los príncipes se contentaron con hacer vanas promesas; su voz fue escuchada sólo por el pueblo, el cual, bajo el mando de Juan Hunyadie y de Fray Juan de Capistrano, el 21 de julio de 1455 alcanzó la magnífica victoria de Belgrado contra el aguerrido ejército musulmán.
Entretanto, los países cristianos no sólo no mandaban socorros, sino que surgieron muchos enemigos del papa por los diezmos impuestos para la Cruzada.
Murió Hunyadie, y Jorge Castriota, llamado Skanderberg, obtenía en Tomorwiza (Albania) una nueva victoria en 1457, mientras el cardenal Scarampo, al frente de la flota pontificia, lograba la de Metelino.
Quiso reunir un congreso de embajadores de las potencias en Roma, para unirse contra los turcos, los cuales, repuestos ya, habían invadido Morea, Atica y Atenas, pero no obtuvo ningún resultado.
Quiso que fuese revisado el proceso de Santa Juana de Arco y reivindicó su ortodoxia y su gloria.
Murió el 6 de agosto de 1458, en la fiesta de la Transfiguración, instituída por él en conmemoración de la victoria de Belgrado.
Una grave mancha deshonró su pontificado, de por sí tan glorioso: el nepotismo llevado al exceso, el favor dado a las familias, ligadas a él por razones de parentesco, Milá, Lanzol y Borgia. Su sobrino Rodrigo Borgia, a quien creó cardenal y vicecanciller de la Iglesia, había de dejar un tristísimo recuerdo en la historia bajo el nombre de Alejandro VI.
Dejó 18 grandes volúmenes de los Actos de su pontificado y fue autor de una Bula en la que se ensalza la tradición de la Virgen del Pilar.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
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