URBANO IV (1261-1264)
JAIME PANTALEÓN
JAIME PANTALEÓN
Hijo de un zapatero remendón, nació en Troyes (Champaña) y ocupó, por merecimientos propios, altos cargos de la jerarquía eclesiástica; fué arcediano de Laón y de Lieja, y más tarde legado pontificio en Pomerania, Livonia y Prusia. Alejandro IV lo nombró patriarca de Jerusalén.
Fué elegido papa, en Viterbo, por ocho cardenales, y continuó las luchas de sus predecesores.
El Pontífice se encontró ante dos graves problemas: librar la Italia meridional de las vejaciones de Manfredo, y socorrer los lugares santos.
Para el primer fin tomó contra Manfredo medidas de gran energía, y, después de vencer los escrúpulos de San Luis, llamó al reino de Sicilia a Carlos de Anjou, proclamando luego una cruzada contra Manfredo. Pero antes de llegar los socorros pedidos a Francia, Urbano, viéndose acosado por la soldadesca de Manfredo, tuvo que huir a Orvieto y luego a Perusa.
Tampoco en Oriente era tranquila la situación; Miguel Paleólogo reconquistaba Constantinopla y ponía fin al imperio latino, arrojando de aquel país a Baldovino; y en Palestina el Sultán de Egipto destruía las iglesias de Belén, de Nazaret, del Tabor y amenazaba San Juan de Acre, última fortaleza de los Cruzados. Nada pudo obtener de los reyes para Constantinopla, pero, en cambio, recibió dinero para la defensa de los lugares santos.
Fué nombrado árbitro en la lucha para la sucesión del Imperio entre Alfonso de Castilla y Ricardo de Cornualles; pero no pudo dar un juicio definitivo por haberle sorprendido la muerte, en Perusa, el 2 de octubre de 1264.
Para el primer fin tomó contra Manfredo medidas de gran energía, y, después de vencer los escrúpulos de San Luis, llamó al reino de Sicilia a Carlos de Anjou, proclamando luego una cruzada contra Manfredo. Pero antes de llegar los socorros pedidos a Francia, Urbano, viéndose acosado por la soldadesca de Manfredo, tuvo que huir a Orvieto y luego a Perusa.
Tampoco en Oriente era tranquila la situación; Miguel Paleólogo reconquistaba Constantinopla y ponía fin al imperio latino, arrojando de aquel país a Baldovino; y en Palestina el Sultán de Egipto destruía las iglesias de Belén, de Nazaret, del Tabor y amenazaba San Juan de Acre, última fortaleza de los Cruzados. Nada pudo obtener de los reyes para Constantinopla, pero, en cambio, recibió dinero para la defensa de los lugares santos.
Fué nombrado árbitro en la lucha para la sucesión del Imperio entre Alfonso de Castilla y Ricardo de Cornualles; pero no pudo dar un juicio definitivo por haberle sorprendido la muerte, en Perusa, el 2 de octubre de 1264.
Urbano IV decretó la última reforma de la Inquisición: "Absolución de los arrepentidos sinceramente; encuesta sobre los pertinaces con testimonios controlados por un notario público o por dos personas dignas de crédito; revelación de los nombres de los testigos a personas religiosas y prudentes para consultarlas antes de a sentencia".
Instituyó la fiesta del Corpus Christi e hizo componer su oficio a Santo Tomás de Aquino.
Durante su pontificado ocurrió el célebre milagro de Bolsena. En 1263 un sacerdote alemán, mientras celebraba la Santa misa en la iglesia de Santa Cristina, fué asaltado por una fuerte duda sobre la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Al partir la hostia consagrada, la vió convertida en carne y salir de ella gran cantidad de gotas de sangre que mancharon los sagrados lienzos y algunas cayeron sobre las gradas del altar. La fama del milagro se difundió rápidamente, y Urbano quiso que el corporal fuese llevado a Orvieto, donde a la sazón se hallaba, y lo hizo colocar en la magnífica basílica mandada construir por él y en la que se venera todavía.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
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