S.S. San Pío X
Il grave dolore
27 de mayo de 1914
Pero, como nada vale nuestro trabajo si no es bendecido por el cielo, rogamos a Nuestro Señor Jesucristo, que estrechó y selló con su sangre la fraternidad universal del género humano y reunió a todos aquellos que habían de creer en Él como en una sola familia, que coordine para nuestro trabajo las inteligencias y las voluntades de todos con tal perfección de concordia, que todos los hijos de la Iglesia sean una sola cosa entre sí, como son una sola cosa Él y el Padre.
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