Aunque viejo y paralítico, gobernó con energía y prudencia; confirió la dignidad de senador romano a su hermano Pandolfo, que se mostró digno de esta confianza y ejerció el cargo con justicia.
Se le debe la fundación en París, cerca de la Sorbona, del Colegio de estudios para las Misiones con la ayuda de las lenguas orientales.
Aprobó definitivamente las Órdenes de los Carmelitas Descalzos y de los Ermitaños de San Agustín.
Durante su pontificado se difundió en España y Alemania la secta de los "Frailes apostólicos" que predicaba un misticismo falso y exagerado.
Honorio murió el 3 de abril de 1287 y fué sepultado en el Vaticano; pero más tarde Pablo III trasladó sus restos a la iglesia de Araceli, junto a la tumba de su madre.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945