El cardenal octogenario Angel Corrario, de origen veneciano y patriarca latino de Constantinopla, fué el sucesor de Inocencio VII en la cátedra de San Pedro.
También él manifestó el propósito de renunciar si Luna lo hacía; le hicieron esta proposición, pero Luna obró astutamente y la tentativa fracasó.
Entonces los cardenales de ambas partes se reunieron en Livorno (julio de 1408), y después de recibir el asentimiento de la mayor parte de los príncipes convocaron un concilio en Pisa. Este se reunió el día de la Anunciación del año 1409, con el propósito formal de invitar a los dos pontífices rivales a abdicar, y, en caso de que se negaran, elegir un nuevo papa. Gregorio XII, por medio de su legado Carlos Malatesta, propuso otra ciudad que no fuese Pisa, entonces sujeta a Florencia que le era enemiga, mas no fué atendido. Sus razones no fueron acogidas, y sus defensores o no escuchados o acallados violentamente. En la sesión XV fué publicada la sentencia de deposición de Gregorio y Benedicto, y se procedió al nombramiento del nuevo papa. Fué elegido Pedro Filargo, de Creta, arzobispo de Milán, que había sido excomulgado por Gregorio por haberse adherido a la causa del antipapa. Tomó el nombre de Alejandro V.
El concilio de Pisa no fué ecuménico, ni por la convocación, ni por la celebración, ni por la promulgación; antes bien, no fué siquiera concilio legítimo, pues no había sido convocado por el papa, ni presidido y aprobado por él. El resultado que de él se sacó fué una mayor confusión, pues el mundo se halló dividido en tres partidos y con tres pontífices.
Gregorio XII, en el sínodo de Cividale (julio de 1409), después de haberse declarado pronto a la renuncia bajo ciertas condiciones, excomulgó a los dos pontífices intrusos y se refugió en Rímini, cerca de Malatesta, para sustraerse a las asechanzas de que estaba rodeado.
En el concilio de Constanza de 1415, después de la deposición de Juan XXIII y de haber declarado que convocaba aquel concilio como papa legítimo, presentó por medio de Malatesta la espontánea renuncia al papado. El concilio le nombró cardenal obispo de Porto, legado estable en la Marca de Ancona y le reconoció la dignidad inmediata después del papa. Más, veinte días antes del nombramiento del nuevo Pontífice, Gregorio murió en Recanati a la edad de 90 años, el 18 de octubre de 1417.
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El 27 de junio de 1409 fué elegido en Pisa por los cardenales de las dos partes, Pedro Filargo, de Creta, monje franciscano y cardenal arzobispo de Milán, que fue coronado el 7 de julio y tomó el nombre de Alejandro V. Su elección no puso fin al cisma. Fué apoyado por el cardenal Baltasar Cossa, que se sirvió de él como de un fácil instrumento. Alejandro V murió en Bolonia después de un pontificado de diez meses, sospechándose que fué envenenado por el tal Cossa. Durante su pontificado excomulgó y depuso a Ladislao, rey de Nápoles, y concedió extraordinarios privilegios a los monjes franciscanos.
La legitimidad de Alejandro como papa es negada por la mayoría de los historiadores, y no lo fué realmente, a pesar de que su retrato figure en la serie de los papas en la basílica de San Pablo.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945
Hijo de una noble familia napolitana, había sido corsario durante su juventud. Ambicioso y audaz en sumo grado, entró en las órdenes y al poco tiempo fué nombrado arcediano de Bolonia, y luego cardenal y legado pontificio en la Romagna. Elegido papa en 1410, sucedió a Alejandro V.
La elección de este hombre fué la más triste consecuencia del malhadado cisma pisano. De espíritu mundano, dedicado sólo a intereses materiales, era más hombre de espada que de báculo. San Antonio dice de él: "Hombre experto en las cosas temporales, inútil e incapaz en las espirituales." Favoreció a Luis de Anjou contra Ladislao de Nápoles; pero habiendo este último logrado la victoria, le reconoció como rey de Nápoles. Ladislao, no bastante satisfecho, ocupó Roma y obligó al Pontífice a refugiarse en Florencia. Juan, para precaverse contra él, se procuró el apoyo del emperador Segismundo, a quien prometió convocar un concilio general que pusiese fin al cisma, y la amistad del duque de Austria, al que confirió el grado de general de las tropas de la Iglesia.
El concilio general fue convocado en Constanza (1414), y a él asistió el mismo Pontífice; más, asustado por las acusaciones que le lanzaron de simonía y de costumbres livianas, huyó a Sciaffusa protegido por el duque Federico de Austria. Al ser detenido poco después, fué depuesto por el concilio (1415), que eligió a Martín, y encerrado en el castillo de Gottlieben. Trasladado más tarde a Heidelberg Juan XXIII obtuvo la libertad. Marchó a Florencia, donde ratificó su renuncia a la tiara, siendo acogido benignamente por el nuevo papa, que le nombró decano del Sacro Colegio.
Murió en Florencia, el 22 de noviembre de 1419.
También este papa es considerado ilegítimo, como Alejandro V.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
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