VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

CAMBIAD ESTA DISCIPLINA Y OS ENCONTRÁIS CON EL PRIMADO DEL SUMO PONTIFICE

P. Jaime Balmes y Urpiá
1848
DEL CLERO CATÓLICO

Es muy importante no perder de vista que el dogma y la disciplina, si bien son cosas distintas, sin embargo se enlazan en tantos puntos que difícilmente se toca mucho en esta sin que se resienta también aquel.

La elección y confirmación de los obispos es asunto de disciplina, pero de seguro que no se puede tocar en ello sin conmover el dogma. En efecto: cambiad esta disciplina, seguid los consejos de los que pretenden que aquí no se interesa el dogma, y veréis cómo os encontráis desde luego con el primado del Sumo Pontífice, uno de los dogmas fundamentales del Catolicismo.

El asunto de las dispensas pertenece también a la disciplina, pero de tal suerte, que se liga también íntimamente con el dogma que acabamos de indicar.

1848
DEL CLERO CATÓLICO
Obras completas 1925 volumen IV página 179-180
Estudios apologéticos

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RELACIONADO

P. Jaime Balmes y Urpiá
1843
ESTUDIOS APOLOGÉTICOS

Vano fuera hablar de necesidades extremas [para confirmar Obispos sin permiso del Papa], vano recordar la antigua disciplina, vanos todos los preámbulos de los decretos en que se prescribiese la sumisión a los intrusos, vanas todas las pláticas y pastorales y discursos de éstos para convencer de su legitimidad; mil y mil plumas demostrarían la infracción de los sagrados cánones, la subversión de la disciplina, el quebrantamiento de la unidad; mil y mil lenguas se emplearían pública u ocultamente en combatir el funesto error, y el pueblo español, católico por ideas, por costumbres, por hábitos; este pueblo dotado por la Providencia de un admirable tino para discernir al lobo aun cuando se cubra con la piel de oveja; el pueblo, repetimos, dirigiéndose a los falsos pastores, les diría: «Nosotros no sabemos de estas cosas tanto como vosotros; pero lo que no podemos ignorar es que no os hemos visto entrar por la puerta, y quien por ella no entra es un ladrón, según la enseñanza del divino Maestro.»

1843
ESTUDIOS APOLOGÉTICOS

Obras completas 1925 volumen IX página 370-373

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