VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

LA CONCIENCIA RECTA ES LA MISMA LEY NATURAL

14, 43.

 Fr. Bernardo Pacheco

¿Estamos obligados a seguir la conciencia recta 
por precepto natural? 

Que sí; porque por precepto natural estamos obligados a conformarnos con la conciencia recta. 
Y se prueba: 
La conciencia recta es la misma ley natural, que dicta lo que debemos hacer, y lo que debemos omitir: luego por precepto natural, impreso en nuestros corazones, estamos obligados a seguir, y conformarnos con la conciencia recta.

La consecuencia es clara: El antecedente enseña S. Thom. 1. 2. q.71. art. 6. ad 4. en estas palabras: ius naturale, quod continetur primo quidem in lege aeterna, secundario vero in naturali iudicatorio rationis humanae : Atqui, el dictamen de la razón es la conciencia: luego la conciencia no es otra cosa que la ley natural, que dicta lo que bic & nunc se ha de obrar, y lo que se ha de omitir.


Suma moral
Tomo 1
Bernardo Pacheco
1766
https://www.google.es/books/edition/Suma_moral_escrita_en_breve_compendio/dhFOgA6rBg0C?hl=es&gbpv=1

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Antonio de San José (O.C.D.)
Compendio Moral Salmaticense

P. ¿Estamos por precepto natural obligados a seguir la conciencia recta

R. Que lo estamos; porque ella es la misma ley natural que nos dicta lo que debemos hacer, u omitir. Por lo mismo se infiere legítimamente, que la conciencia propia obliga más fuertemente, que toda otra ley humana.


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LECCIONES DE MORAL CRISTIANA
Con licencia
1827

¿Cuál es la guía de la conciencia?
La ley de Dios
¿Cuál es la norma de la conciencia? 
La virtud
¿Es sospechoso el dictamen de la conciencia ?
No, cuando la conciencia es recta

LECCIÓN IV
Conciencia
  • P. ¿Qué es conciencia? R. El íntimo testimonio del alma que aprueba o desaprueba nuestros afectos, deseos, palabras y obras.
  • P. ¿Cuál es la guía de la conciencia? R. La ley de Dios.
  • P. ¿Cuál es la norma de la conciencia? R. La virtud.
  • P. ¿Es sospechoso el dictamen de la conciencia ? R. No, cuando la conciencia es recta, porque entonces no examina nuestra conducta a placer de las pasiones, sino comparandola con la ley.
  • P. ¿Cabe error en la conciencia? R. Si.
  • P. ¿De donde puede nacer el error de la conciencia? R. De ignorancia de la ley, de ceguedad de algún afecto desordenado, ó de equivocación inculpable...
  • P. ¿Cuándo hay culpa en el error de la conciencia? R. Cuando proviene de ignorancia de lo que debemos saber, ó del desenfreno de alguna pasión que debemos reprimir.
  • P. ¿De qué errores debemos preservar la conciencia? R. De los nocivos a la rectitud de nuestras acciones,
  • P. ¿Por qué? R. Porque de cualquiera de estos errores se sigue el quebrantamiento de la ley.
  • P.¿Contribuye la conciencia a la dignidad del hombre? R. Sí: porque le hace juez de la misma conducta suya que ha de ser residenciada por Dios.
  • P. ¿A qué obliga al hombre la dignidad á que le exalta este juicio? R. A imitar respeto de su conducta, la rectitud del juicio de Dios.
  • P. ¿Cómo imita la conciencia esta rectitud? R. 1. Dejándose guiar de la ley natural que no es contraria a la verdad, ni complicada, ni oscura, ni necesita de comentarios para ser entendida. 2. Armándose contra la ignorancia, y contra las pasiones que derraman tinieblas en el entendimiento, y debilitan los buenos afectos del corazón.
  • P. ¿Cuál es el engaño más temible de la conciencia ? R. El que nos presenta la mentira como verdad, y el vicio como virtud.
  • P. ¿Por qué? R. Porque tienen difícil cura los males que se cometen socolor del bien.
  • P. Son perniciosas a la sociedad esta clase de conciencias? R. Si porque de ellas han nacido ordinariamente las guerras del fanatismo que han trastornado y aun asolado reinos enteros.
  • P. ¿Cómo se precave este estrago? R. Promoviendo los padres de familia y los demás superiores la sólida y piadosa instrucción de sus hijos y súbditos.
  • P. ¿Por qué se cree segura la conciencia del malo? R. Porque cree que no se descubrirá su desorden.
  • P. ¿Cómo se cura este engaño? R. Creyendo que los más escondidos senos de la conciencia están patentes a los ojos del Supremo Juez, y lo han de estar á la faz del mundo en el último juicio.
  • P. ¿A quien habla con fruto la conciencia? R. Al que examina sus obras comparándolas con la ley, y desea proceder en todo con rectitud sin dar oídos á sus pasiones.
  • P. ¿Por qué? R. Porque este es juez imparcial de sí mismo, que se avergüenza y se arrepiente si alguna vez obra mal, y precave los estragos del remordimiento.





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