VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

DEL OBISPO TITULAR

S.S.Benedicto XIV
De synodo dioecesana libri tredecim
Tomo I Libro II Capítulo Séptimo

A quienes han investigado a fondo, les es conocido que muchas Sedes Episcopales, antaño florecientísimas, ahora oprimidas bajo el yugo de los infieles, conservan únicamente una catedralidad habitual. Es igualmente notorio que, para que la memoria de su antigua dignidad no sea completamente olvidada, los Sumos Pontífices suelen crear ocasionalmente a algunos Obispos con el título de dichas Sedes. Estos, aunque son verdaderos Obispos - ya que en su consagración recibieron el carácter episcopal y la potestad inherente a este - , sin embargo, están totalmente desprovistos del uso de la potestad y del ejercicio de la jurisdicción, si es que alguna recibieron en la ordenación.

Además de la causa recién insinuada, otras razones muy justas impulsan a los Romanos Pontífices a promover a algunos Obispos al mero título de las mencionadas Catedrales. 

La principal de estas es que les asistan en el desempeño del ministerio Apostólico y que se sirvan de su obra en aquello que solo a los Obispos corresponde encomendar. O bien, para que, como Sufragáneos, cumplan las funciones pastorales en alguna diócesis, debido a cuya amplitud el propio Obispo diocesano parezca necesitar de un ministerio ajeno. Todo esto lo han anotado correctamente Thomassin en De vet. et nov. Eccles. discipl. part. 1. lib. 1. cap.27, Fagnanus en Cap. Episcopalia num.45. et 53. de privileg. y en Cap. Ex parte num.47. et seq. de Clericis non residentibus, Frances en De Eccles. Cathedral. cap.32. a num.79. ad 90.

De lo cual se deduce evidentemente que Joannes Georgius Bertsch, o fue engañado, o ciertamente quiso engañar a otros, cuando en part. 1. elementor. Juris Canonici lib. 1. tit. 27. escribió que los Obispos Titulares son llamados por los Pontífices, en broma, portátiles, asalariados, advenedizos, ficticios, inventados. En efecto, los buenos Católicos los veneran en sumo grado, tanto por el carácter episcopal que tienen impreso, como por las causas por las cuales son promovidos por el Sumo Pontífice a aquella eximia dignidad, superior a cualquier otra en la Iglesia. Finalmente, porque, previo un proceso sobre su vida, costumbres y demás cualidades y méritos de la persona, son propuestos por el Papa en Consistorio, exactamente del mismo modo que se observa con otros Obispos no Titulares, a quienes se les encomienda la cura y el gobierno de las Iglesias.

Tampoco es algo absurdo o de reciente institución que el Romano Pontífice promueva a algunos al Episcopado sin entregarles la administración actual de ninguna Iglesia especial. Y, para omitir otros antiquísimos ejemplos de esto, recopilados por Thomassin en el lugar citado, Epifanio en haeresi 27. num.6., al que se adhieren muchos otros en Petrus Constant. Epist. Roman. Pontif. tom.1. pag.3. et 6., estima que Lino y Clemente fueron ordenados Obispos por el Apóstol Pedro de tal manera que no estuvieron ligados a ninguna Iglesia en ese momento, sino únicamente para asistir a Pedro, según fuera necesario, en el gobierno de la Iglesia.

Casi de la misma manera, a finales del siglo II, Cayo, de Presbítero Romano, fue ordenado Obispo sin que se le encomendara el cuidado de ninguna Iglesia, afirma Franciscus Blanchinus en tom. 2. Anastasii in not. ad Vitam S. Eleutherii pag. 142., donde defiende contra Pagius que solía ser costumbre de los Romanos Pontífices ordenar a menudo este tipo de Obispos, a quienes llama Obispos de las Gentes. Esto se debe a que, dada la oportunidad, eran enviados a las gentes que solicitaban ser instruidas en la religión Cristiana, aunque muchos de ellos, retenidos en Roma, fueron promovidos posteriormente al Episcopado Romano.

Y la furia de los incrédulos es la causa, por grande que sea el tiempo que transcurra, de que no perjudique el derecho de las Iglesias. Por lo tanto, si se pueden encontrar, deben buscarse otros ejemplos de este hecho.

II. Obligaciones y Sugerencias de los Obispos Titulares

Ahora bien, puesto que los Obispos Titulares carecen de la administración actual de las Iglesias a cuyo título son promovidos y consagrados, no están obligados por la ley dictada por Sixto V sobre la visita de los sagrados umbrales de los Apóstoles y la presentación de la relación del estado de sus Iglesias, según fue declarado en 1594 por Clemente VIII y consta en lib.8. decretor. sacrae Congregationis Concilii pag. 100. Sin embargo, como son dignos de alabanza si sugieren a la Sede Apostólica el modo que consideren oportuno para obtener la conversión de los infieles que viven en las diócesis cuyo título ostentan, como advierte Fagnanus en Cap. Ego, num.85. de jurejuran., por lo tanto, se duda si pueden convocar un Sínodo de los Sacerdotes que quizás hayan llegado de aquellas regiones, para que, instruidos por estos, consigan mejor lo que pueda conducir al fin predicho.

III. Ejemplo del Sínodo Diocesano de Burgos

En el primer libro, c.5. nu.2., se narra que en la ciudad de Burgos, con licencia del Ordinario, un Obispo Titular celebró un Sínodo Diocesano con algunos de sus Sacerdotes. Pero tal ejemplo no viene al caso, porque aquel Obispo Titular había administrado la Iglesia de la que tenía el título, de la cual, después de ser expulsado, se vio obligado a exiliarse. En estas circunstancias, ciertamente urge el rescripto de Juan VIII en Can. Porro 16. q. 3., donde se refiere a los paganos.
IV. El Arzobispo Nazareno: Un Caso Mixto

Con Palestina ocupada por las armas de los turcos en el año 1190, y por ende la ciudad de Nazaret sometida a la cautividad, al Arzobispo Nazareno se le asignó una Sede honoraria en Italia, en una noble ciudad de Apulia llamada Barulo, diócesis de Trani. No lejos de los muros de la ciudad, se erigió la Iglesia de Santa María en Metropolitana, con título, dignidad y derecho Arzobispal, encomendada al Prelado Nazareno. Después de cierto tiempo, otras Parroquiales fueron sujetas al mencionado Arzobispo; y luego dos Catedrales, la de Canne y la de Monte Verde, le fueron perpetuamente adscritas. La misma Metropolitana, por injuria del tiempo y de las guerras, fue después arrasada, y en su lugar se sustituyó la Iglesia de San Bartolomé, situada dentro de la ciudad; todo esto lo narra Ughellio en Italia sacr. tom. 7.

Así pues, en el presente estado de cosas, el Arzobispo Nazareno, con respecto a la ciudad de Nazaret, es meramente Titular. Pero, si consideramos el lugar en que reside y ejerce plena jurisdicción episcopal, no es ni puede ser considerado meramente Titular. Por lo tanto, aunque en este lugar pueda convocar un Sínodo Diocesano, como de hecho ha hecho en varias ocasiones, no podemos inferir de ello que un Obispo Titular tenga licencia para celebrar un Sínodo.

V. El Obispo de Belén: Un Ejemplo No Aplicable

Quizás algunos aduzcan como ejemplo al Obispo de Belén. Expulsados también los Cristianos de Tierra Santa, Reginerius, Obispo de Belén, siguió a Guido, Conde de Nivernais, que regresaba a las Galias, quien le atribuyó algunas tierras en su Condado o Ducado de Nivernais, en las que ejercería el derecho episcopal. Más información sobre este Obispo se encuentra en tom.2. Galliae Christianae edit. Parisien. an.1656. pag. 297. y en las historias de los Arzobispados y Obispados de Galia, escritas por Beaunier tom. 2. p.855. y en Oriente Christiano Patris le Quien tom.3. pag.642. et pag.1275.

Sin embargo, sea lo que fuere en el pasado, este Obispo de Belén hoy ejerce jurisdicción solo sobre la Iglesia de Santa María de Belén, así llamada, cerca de Clamecy, en el Ducado de Nivernais, diócesis de Auxerre. El Episcopado es conferido por el Sumo Pontífice a súplica del Duque de Nivernais, con el consentimiento del Rey Cristianísimo. Por lo tanto, o se habla del mencionado Obispo de Belén para el tiempo en que ejercía jurisdicción en las tierras del Ducado de Nivernais; y, aunque entonces pudiera convocar un Sínodo, nadie deja de ver que tal ejemplo no viene al caso. O se habla del mismo Obispo, considerado en el estado en que ahora es manifiesto que carece de clero y pueblo; y puesto que carece de estos, no puede celebrar un Sínodo.

VI. Conclusión sobre la Facultad Sinodal de los Obispos Titulares

Por lo tanto, debe concluirse que los Obispos Titulares, con excepción de aquellos que o bien fueron expulsados de sus Iglesias en regiones de Infieles que actualmente administraban, o bien obtienen lugares específicos en tierras Cristianas donde ejercen actualmente verdadera jurisdicción Episcopal, no poseen ninguna facultad para celebrar un Sínodo Diocesano.

***


CAPVT SEPTIMVM: De Episcopo Titulari.

Muibus exploratum est, plerasque olim florentissimas Episcopales Sedes,nunc Infi delium jugo pressas,habitualem dumtaxat retine re Cathedralitatem. Notissimum pariter est, ne antiquae illarum dignitatis memoria penitus obli teretur,solere summos Pontifices, nonnullos quan doque Episcopos ad earumdem titulum creare: qui, etsi veri Episcopi sint, ut qui in consecra tione Episcopalem characterem, et potestatem huic adnexam receperunt ; sunt tamen potestatis usu, et jurisdictionis, si quam in Ordinatione acceperunt, actu et exercitio penitus spoliati. Praeter autem nuper insinuatam,aliae justissimae causae urgent Romanos Pontifices, ut ad nudum praedictarum Cathedralium titulum aliquos pro moveant Episcopos ; quarum praecipua est, ut sibi assistant in Apostolico obeundo ministerio, utque eorumdem opera in iis utatur,quae nonni si Episcopis decet committere ; vel ut tamquam Suffraganei Pastoralia expleant munia in aliqua dioecesi, propter cujus amplitudinem proprius dioecesis Episcopus alieno ministerio indigere videatur:quae recte adnotarunt Thomassin.de vet. et nov. Eccles. discipl. part. 1. lib. 1. cap.27. Fa gnanus in Cap. Episcopalia num.45.et 53. de pri vileg. et in Cap.Ex parte num.47. et seq. de Cle ricis non residentibus, Frances de Eccles. Cathe dral. cap.32. a num.79.ad 90. Ex quibus eviden ter desumitur, Joannem Georgium Bertsch, aut deceptum,aut certe alios decipere voluisse,quum part. 1. elementor. Juris Canonici lib. 1. tit. 27. scripsit a Pontificiis Titulares Episcopos, per jocum, appellari portatiles, conductitios, adven titios, fictitios,commentitios. Probi siquidem Ca tholici eos summopere venerantur, cum propter Episcopalem, quem impressum habent, characte rem; tum propter causas, quarum intuitu ad e ximiam illam dignitatem, qua nulla est in Eccle sia praestantior, a summo Pontifice promoven tur: tum denique quia, praevio processu super vita, moribus, ceterisque qualitatibus, ac me ritis personae, proponuntur a Papa in Consisto rio, eo plane modo, qui servatur cum aliis E piscopis non Titularibus, quibus Ecclesiarum cura et regimen actu committitur. Neque abso num, aut recens institutum est, ut Romanus Pontifex aliquos ad Episcopatum promoveat, quin ullius specialis Ecclesiae actualem admini strationem illis tradat. Atque,ut cetera praeter camus hujus rei vetustissima exempla, congesta a Thomassino cit.loc.existimat Epiphanius haeresi 27. num.6.cui alii plures adstipulantur apud Pe trum Constant. Epist. Roman.Pontif. tom.1.pag.3. et 6. Linum, et Clementem, ita ab Apostolo Petro fuisse Episcopos ordinatos, ut nulli tunc Ecclesiae fuerint alligati, sed unice ut Petro, prout opus esset, in Ecclesiae regimine adessent. Eodem fere modo, in fine secundi seculi, Ca jum ex Romano Presbytero Episcopum ordina nullius Ecclesiae cura illi commissa, asse rit Franciscus Blanchinus tom. 2. Anastasii in not. ad Vitam S. Eleutherii pag. 142. ubi contra Pa gium defendit, saepius a Romanis Pontificibus ordinari consuevisse ejusmodi Episcopos, quos vocat Episcopos Gentium ; eo quod, data oppor tunitate, ad gentes mitterentur, quae in Chri stiana religione institui exposcerent, etsi plu res ex iis Romae retenti, ad Romanum Episco patum fuerint postea promoti. et Incredulorum furor in causa est, quantalibet praetereant tempora, juri non praejudicant Ec clesiarum. Alia propterea, si inveniri possint, disquirenda sunt hujus rei exemplatum,

II.
Jam vero quum Episcopi Titulares actuali careant administratione Ecclesiarum, ad quarum titulum sunt promoti et consecrati, non obstrin guntur lege lata a Sixto V. de sacris Apostolo rum liminibus visitandis, exhibendaque relatione status suarum Ecclesiarum,prout anno 1594. de claratum fuit a Clemente VIII. et constat ex lib.8. decretor.sacrae Congregationis Concilii pag. 100. Attamen, quia laude digni sunt, si Sedi Apostolicae modum suggerant, quem opportu num existiment ad obtinendam conversionem In fidelium degentium in dioecesibus,quarum exor nantur titulo, uti animadvertit Fagnanus in Cap. Ego, num.85. de jurejuran. idcirco dubitatur, an cogere possint Synodum ex Sacerdotibus, qui forte ex illis regionibus advenerint, ut ab istis instructi, quae ad predictum finem conducere possunt, melins assequantur.


III.
In primo libro c.5. nu.2. narratum est, in civitate Burgensi, cum Ordinarii licentia, a quodam Episcopo Titulari Dioecesanam Synodum cum nonnullis suis Sacerdotibus fuisse celebra tam. At ejusmodi exemplum non facit ad rem: quoniam ille Episcopus Titularis administraverat Ecclesiam, cujus habebat titulum, a qua po stea expulsus, cogebatur exulare: in quibus cir cumstantiis urget profecto rescriptum Joannis VIII. in Can. Porro 16. q. 3. vbi Paganorum,

IV.
Turcarum armis anno 1190. occupata Palaestina, et proinde civitate Nazaret in captivi tatem subacta, Archiepiscopo Nazaraeno honora ria Sedes in Italia assignata est, in nobili Apu liae oppido, quod dicitur Barulum,dioecesis Tra nensis, et non procul ab oppidi moenibus Eccle sia Beatae Mariae in Metropolitanam erecta, cum titulo, dignitate, et jure Archiepiscopali, Naza raeno Praesuli commissa fuit. Post aliquod tem poris intervallum, aliae Parochiales praefato Ar chiepiscopo subjectae sunt ; et subinde duae Ca thedrales, Cannensis videlicet, et Montis Viridis, fuerunt eidem perpetuo addictae. Ipsaque postea Metropolitana, temporis, et bellorum injuria, solo aequata, in ejus locum suffecta est Ecclesia S.Bartholomaei, intra oppidum sita ; quae omnia narrantur ab Ughellio in Italia sacr. tom. 7. Ita que in praesenti rerum statu Archiepiscopus Na zaraenus, habito respectu ad civitatem Nazareth, est mere Titularis; sed, si locum spectemus, in quo residet, plenamque Episcopalem jurisdictio nem exercet, mere Titularis neque est, neque dici potest; ac proinde, quamvis in hoc loco Dioecesanam Synodum cogere valeat, sicuti re ipsa saepius coegit, non possumus inde inferre, licere Episcopo Titulari Synodum celebrare.

V.
Erunt fortasse,qui in exemplum adducant Episcopum Bethlehemiticum. Expulsis pariter Christianis e Terra Sancta, Reginerius Episco pus Bethlehemiticus sectatus est Guidonem Co mitem Nivernensem, in Gallias redeuntem, qui eidem in suo Comitatu, seu Ducatu Nivernensi nonnullas attribuit terras, in quibus jus Episco pale exerceret. Plura de hoc Episcopo habentur tom.2. Galliae Christianae edit.Parisien.an.1656. pag. 297. et in historiis Archiepiscopatuum, et Episcopatuum Galliae,conscriptis a Beaunier tom. 2. p.855.et in Oriente Christiano Patris le Quien tom.3.pag.642. et pag.1275. Verum, quidquid olim fuerit, Episcopus iste Bethlehemiticus ho die jurisdictionem tantum exercet in Ecclesiam Beatae Mariae de Bethlehem nuncupatae, prope Clameciacum in Ducatu Nivernensi dioecesis Antissiodorensis; et Episcopatus confertur a sum mo Pontifice ad supplicationem Ducis Niver nensis, de consensu Regis Christianissimi. Por ro, vel sermo est de praedicto Episcopo Bethlehemitico, pro tempore, quo jurisdictionem ex ercebat in terris Ducatus Nivernensis; et,quam vis tunc posset Synodum indicere, ejusmodi ta men exemplum non esse ad rem, nemo non vi det: aut sermo est de eodem Episcopo, consi derato in statu,in nunc manifestum est, nullam ro, et populo careat ne est ; et quum is Cleab eo posse Synodum fieri.

VI.
Quare concludendum est, Episcopos Ti tulares, iis exceptis, qui aut a suis Ecclesiis in regionibus Infidelium, quas actu administrarunt, expulsi sunt, aut in terris Christianorum certa loca obtinent, in quibus veram jurisdictionem Episcopalem actu exercent, nulla potiri faculta te Synodum Dioecesanam celebrandi.