A. Unidad de Doctrina.
Pruebas. I. De la Escritura. Cristo encomendó a Sus Apóstoles que "enseñen a todas las naciones... todo lo que Yo les he mandado." También prometió estar con ellos "todos los días, hasta la consumación del mundo(consumación de los siglos, consummationem sæculi)" y enviar sobre ellos el Espíritu de Verdad para que permanezca con ellos para siempre, y les recuerde todo lo que Él les había enseñado. Por consiguiente, la Iglesia debe enseñar todas las doctrinas que le fueron confiadas; debe enseñarlas a todas las naciones y en todo momento, incluso hasta la consumación del mundo (consumación de los siglos, consummationem sæculi), una misión que se hace posible por la presencia constante del Espíritu Santo, el Espíritu de Verdad. Pero al proclamar así todas las doctrinas de Cristo, a todas las personas y en todo momento, la Iglesia goza de la más perfecta unidad: sus doctrinas son las mismas en todo momento y en todos los lugares. No puede enseñar doctrinas contradictorias en diferentes lugares o en diferentes momentos; ni siquiera puede enseñar una parte de sus doctrinas en un lugar o en una época, y otra parte en otro lugar u otra época. Debe enseñar todas las verdades en todo momento y en todos los lugares.
San Pablo amonesta a los Gálatas en términos muy enfáticos que hay una sola doctrina que debe ser recibida por todos: "Si aun nosotros, o un ángel del cielo, les predicara un evangelio diferente del que les hemos predicado, sea anatema... Como antes lo he dicho, ahora mismo lo repito: Si alguien les predica un evangelio diferente del que han recibido, sea anatema." Estas palabras de San Pablo prueban que las doctrinas de la Iglesia no pueden sufrir ningún cambio porque no provienen del hombre, sino "por la revelación de Jesucristo." San Judas también exhorta a los fieles a "luchar ardientemente por la fe que ha sido una vez entregada a los santos." Es una fe entregada de una vez por todas, incapaz de mejora, adición o cambio de cualquier tipo; es la fe en la que, como dice San Pablo, deben "permanecer firmes y guardar las tradiciones que han aprendido, sea por palabra, sea por carta nuestra... un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo."