En el siglo XVII había un proverbio común en Flandes, y en Francia, que decía "miente como un Jansenista", ya que estos impíos defendían el Dogma de fe, definido infaliblemente por la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, que el Romano Pontífice tiene el Primado no solo de honor sino de verdadera autoridad y jurisdicción en toda la Iglesia, y sobre todas las Iglesias particulares y sobre todos los Cristianos, así lo confesaban y proclamaban a voz en grito, para evitar ser llamados herejes y cismáticos, mientras la realidad era lo contrario, al Papa sólo le concedían el poder exhortar, amonestar y rogar; así como sus propios actos de desobediencia pertinaz, engaños sofísticos, manipulaciones, etc, les delataban.
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Hoy podemos decir con aquellos: "mientes como un Thucista", "mientes como un Lefebvrista sedevacantista" "mientes como un congregacionalista sedevacantista", "mientes como un tradicionalista", porque mientras proclaman a los siete vientos el Primado de Pedro, dándose golpes de pecho y enarbolando la ortodoxia, a la par se lo quitan, para como los jansenistas dejar llevarse por sus propias libertades, como si pudieran.
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