No entienden en Evangelio.
2da de Corintios 4,2-4.
Antes bien, hemos desechado los vergonzosos disimulos, no procediendo con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino recomendándonos por la manifestación de la verdad a la conciencia de todo hombre en presencia de Dios. Si todavía nuestro Evangelio aparece cubierto con un velo, ello es para los que se pierden; para los incrédulos, en los cuales el dios de este siglo ha segado los entendimientos a fin de que no resplandezca para ellos la luz del Evangelio de la gloria de Cristo, el cuál es la imagen de Dios.
Gálatas 4,16.
¿De modo que me he hecho enemigo vuestro por deciros la verdad?
Proverbios 4,24.
Evita la perversidad de la lengua, y aleja de ti la maledicencia en el hablar.
Defender la mentira
San juan 8,44.
Vosotros sois hijos del diablo, y queréis cumplir los deseos de vuestro padre. Él fue homicida desde el principio, y no permaneció en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando profiere la mentira, habla de lo propio, porque él es mentiroso y padre de la mentira
San Lucas 6,45.
El hombre bueno saca el bien del buen tesoro que tiene en su corazón; mas el hombre malo, de su propia maldad saca el mal; porque la boca habla de lo que rebosa el corazón.
En favor de la verdad
Efesios 4,15.
Sino que, andando en la verdad por el amor, en todo crezcamos hacia adentro de Aquel que es la cabeza, Cristo.
1ra de San Pedro 3,15.
Antes bien, santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones, y estar siempre prontos a dar respuesta a todo el que os pidiere razón de la esperanza en que vivís.
2da de Timoteo 2,15.
Empéñate en presentarte ante Dios como hombre probado, como obrero que no se averguenza y que con rectitud dispensa la palabra de la verdad.
San Mateo 5,37.
Diréis solamente ; Sí, si; No, no. Todo lo que excede a esto, viene del Maligno
2da de Corintios 10, 3-6.
Pues aunque caminamos en carne, no militamos según la carne, porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios, para derribar fortalezas, aplastando razonamientos y toda altanería que se levante contra el conocimiento de Dios. Así cautivamos todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estamos dispuestos a vengar toda desobediencia, cuando vuestra desobediencia halla llegado a perfección.
San Agustín
La razón nos avisa desde afuera, mientras la verdad nos ilumina interiormente
Contra los académicos, 120, 2 8
Prediquemos siempre la verdad, sobre todo cuando las circunstancias lo exigen imperiosamente, y que lo entiendan los que puedan, no sea que por callar, a causa de loa que no pueden entenderlo, no solamente se les escamotee la verdad a quienes puedan entenderla y aun prevenirse contra la falsedad, pero también se les induzca al error..
El don de la perseverancia, 16,40.
Suma Teológica de Santo Tomas de Aquino
Parte 1-2
Cuestión 64
Sobre el medio de las virtudes
ARTICULO 2
El medio de la virtud moral, ¿ es el medio de la cosa o el medio de la razón?
Solución. El medio de la razón puede entenderse de dos modos. Uno, en cuanto que el medio existe en el acto mismo de la razón, como si el mismo acto de razón se redujese al medio. Y en este sentido, como la virtud moral no perfecciona el acto de la razón, sino el acto de la facultad apetitiva, el medio de la virtud moral no es el medio de la razón. De otro modo puede entenderse el medio de la razón aquello que establece la razón en una determinada materia. Y en este sentido todo medio de la virtud moral es el medio de la razón, porque, según queda dicho (a.1), se dice que la virtud moral consiste en el medio por la conformidad a la razón recta.
San Agustín.
“Es menester que hablemos conforme a regla cierta, no sea que la licencia en las palabras engendre también impía opinión sobre las cosas que con las palabras son significadas”
De Civitate Dei X, 23.
2da de Timoteo 4,3-4.
Porque vendrá el tiempo en que no soportarán más la sana doctrina, antes bien con prúrito de oír se amontonarán maestros con arreglos a sus concupiscencias. Apartarán de la verdad el oído, pero se volverán a las fábulas.
Colosenses 2,8.
Mirad, pues, no haya alguno que os cautive por medio de la filosofía y de vana falacia, fundadas en la tradición de los hombres sobre los elementos del mundo, y no sobre Cristo.
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