1813
"Se sigue que el Papa puede, en virtud de su primado, reservarse el conocimiento de ciertos casos y negocios, como lo ha decidido el Concilio de Trento, y limitar respecto de ellos la jurisdicción de los obispos; de suerte que todo lo que estos obrasen fuera de los límites que les están prescritos, o por los decretos del soberano pontífice, o por las leyes y usos de la Iglesia, sería absolutamente nulo por defecto de potestad, que no podría suplirse por nin
Estos obispos serían intrusos y cismáticos, como también los que adhiriesen a ellos
Se sigue que el tachar estas reservas de abusos y de usurpaciones es insultar a la Santa Silla a quien ellas pertenecen; es insultar a la Iglesia universal, que siendo asistida del Espíritu Santo, ora juzgue de la doctrina, ora disponga de su gobierno, no puede jamás sancionar leyes injustas y abusivas; es, en fin, preparar los caminos para un cisma que pronto se verificaría.
Se sigue que ninguna iglesia ni concilio particular tiene facultad para mudar la disciplina eclesiástica en estos puntos a pretexto de abusos, pues que ningún inferior puede reformar a su superior.
Se sigue que semejante empresa trastornaría todo el régimen de la Iglesia, separando las iglesias particulares de la dependencia del soberano pontífice, dejando a su arbitrio la disciplina e instituyendo otros tantos papas cuantos fuesen los metropolitanos, para hacer revivir los antiguos puntos de disciplina que cada cual, según su capricho, juzgase a propósito, sin que hubiese un centro de unidad que pudiese contener los progresos de las divisiones y de los
Se sigue, en fin, que en el corazón de todos los fieles, y principalmente de los primeros pastores, debe estar altamente impreso el sentimiento de amor y profundo respeto hacia el jefe común de todos. El desprecio de los soberanos pontífices no nace sino del desprecio del episcopado y de
Pey de l'Autorité des deux puissances, tom. 2. cap. 2. art. 5.