Anómicos defienden que durante la vacante de la Sede Petrina, el presbiterianismo (el falso clero vagabundo, goliardos y otras especies) y el episcopalismo (falsos Obispos) son la "verdad católica," independientemente de que ambas sean irreconciliables entre ellas y sean inasumibles por ser contrarias al Catolicismo.
El Sedevacantismo congregacionalista es una apestosa miasma de iniquidad nacida de las entrañas jansenistas más putrefactas de la Babilonia la Grande, cloaca de todas las herejías.
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