Frente a las acusaciones de herejía proferidas por los sectarios neojansenistas thucistas contra Su Santidad Pío XII, por permitir discusiones entre los doctos en la hipótesis del evolucionismo, citamos al Rev. Bertrand Louis Conway en el año 1929 bajo el Pontificado de Su Santidad Pío XI respondiendo a la pregunta ¿Puede un católico creer en la evolución? Respondiendo sí, bajo el imprimatur del Cardenal Patrick Joseph Hayes.
The Question Box
1929
IMPRIMATUR
Cardenal Patrick Joseph Hayes
¿Puede un católico creer en la evolución?
La Iglesia no ha hablado oficialmente acerca de la evolución. Los católicos, pues, somos libres para aceptar la evolución, bien como mera hipótesis científica, bien como especulación filosófica.
«Tomada como hipótesis científica —dice el P. Wasmann—, la evolución considera a las actuales especies animales y plantas, no como formas creadas directamente por Dios, sino como el resultado final de los cambios múltiples que experimentaron especies que existieron en períodos geológicos anteriores. Tampoco estudia la evolución el origen de la vida, sino que se contenta con investigar las relaciones genéticas que median entre las especies sistemáticas, géneros y familias, y se esfuerza por catalogarlas ordenadamente según su antigüedad. Es una de tantas teorías, y se basa en varias hipótesis que concuerdan entre sí y ofrecen una explicación muy probable sobre el origen de las especies orgánicas. Sería pueril negar la teoría de la evolución solo porque las especies no evolucionan a nuestra vista.»
Se trata, pues, de una hipótesis, y los sabios son libres para discutir los múltiples problemas que ha creado.
¿No es cierto que la evolución y la Biblia se contradicen?
Como la Biblia no es un libro de texto para estudiar ciencias, debe ser descartada como árbitro supremo que decida la cuestión en este punto. Oigamos a León XIII en su Encíclica Providentissimus Deus:
«Los escritores sagrados no se propusieron enseñarnos la esencia y la naturaleza de las cosas creadas, pues el saberlas o ignorarlas no tiene nada que ver con la salvación eterna. Como no intentaron escudriñar los secretos de la Naturaleza, nos hablaron de las cosas usando los términos que entonces estaban en boga y que aun hoy día son usados en gran parte por nuestros sabios. En el lenguaje ordinario se habla de las cosas según las perciben los sentidos.»
La narración que la Biblia hace de la Creación fue escrita para hombres de todas las edades, sin pararse a examinar las hipótesis de los sabios venideros.
¿Se pueden conciliar las enseñanzas de la evolución con las de la Iglesia en lo que se refiere a la vida?
La evolución no está en pugna con lo que los católicos opinamos sobre la vida. Dice el Padre von Hammerstein:
«Si el Creador, en vez de crear las especies animales en la forma que actualmente tienen, hizo que llegasen a ella por evolución lenta de unas especies en otras, no por eso han sufrido mengua ni su sabiduría ni su poder. Por tanto, aunque la evolución resultase cierta dentro de ciertos límites, la necesidad de un Creador se haría sentir lo mismo, pues siempre se necesitaría una primera Causa de la evolución de las especies orgánicas. Es como si un jugador de billar quisiera enviar cien bolas en diferentes y determinadas direcciones. ¿Cuál sería más de admirar, que golpe tras golpe fuese enviando las cien a la meta, o golpeando una, las demás, por choques sucesivos, llegasen exactamente al sitio prefijado?»
¿No es cierto que la evolución ha demostrado que venimos del animal?
Aquilatando, pues, conceptos, decimos que el alma no pudo venir por evolución, porque es un ser simple, espiritual, esencialmente distinta del alma de los brutos. Por tanto, solo puede venir al mundo por vía de creación. El cuerpo pudo venir por evolución de alguno de los organismos animales existentes. Pero, ¿vino de hecho? Ni la Zoología ni la Paleontología lo prueban. Y nadie ignora lo desprestigiada que está la teoría del mono y cómo se la va abandonando por ridícula. El Génesis dice que Dios creó al hombre del lodo de la tierra (Génesis, II, 7).
En conclusión, aunque en absoluto la evolución de que hablamos no sería intrínsecamente imposible y aunque la Iglesia no ha pronunciado el fallo definitivo, sin embargo, parece estar en contradicción con el sentir de los católicos en general.
Bibliografía:
Frank, Evolution in the Light of Facts; Gerard, The Old Riddle and the Newest Answer; Guibert, Whence and How of the Universe; LeBuffe, Human Evolution and Science; McWilliams, A Catechism on Evolution; O’Toole, The Case Against Evolution; Raschab, Neo-Scholastic Philosophy; Wasmann, The Problem of Evolution; Modern Biology and the Theory of Evolution; Windle, Evolution and Catholicity; The Evolutionary Problem as it is To-day. A. Q. 1893, 495, 762; 1894, 472—C. B. July, 1901; Jan., 1902.—C. G. Oct., 1926.—C. W. xl. 1453 cxii. 205.— M. Aug., 1926.
https://archive.org/details/pio-xii-magisterio/194%20-%20Humani%20Generis%20in%20Rebus%20-%20Pio%20XII/mode/2up
DESMINTIENDO LAS FALSAS ACUSACIONES DE HEREJÍA DE CIERTOS THUCISTAS Y LEFEBVRISTAS
Nota: Es importante aclarar que el autor de este blog no es evolucionista. Sin embargo, esto no impide defender que la Santa Madre Iglesia siempre ha permitido tales debates intelectuales, siempre dentro de los límites doctrinales que ella misma establece.
Estas entradas de blog están dedicadas a defender el Magisterio de Su Santidad Pío XII de las gravísimas acusaciones planteadas por los Thucistas.
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