Cardenal Arzobispo de Santiago de Compostela
CARTA A SUS DIOCESANOS 25 DE FEBRERO DE 1869
He dicho que es un acto muy agradable a Dios, porque lo es declararse en defensa de la verdad; y es una verdad que solo la Religión Católica agrada a Dios, y aborrece las religiones falsas, como son las de los protestantes, judíos y mahometanos.
Pedir, pues, que se conserve la unidad católica, que tantos siglos hace posee afortunadamente nuestra España, y la libertad de nuestra Iglesia, es pedir una cosa santa y buena; es pedir una cosa provechosa a nuestra nación; porque cualquiera conoce que la diversidad de religiones trae consigo la discordia en las familias, las contiendas y los odios, y otros males de más trascendencia.
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