Sixto V (1585-1590), la lucha contra el bandolerismo en los Estados Pontificios fue una de las prioridades centrales de su gobierno. Al asumir el papado, los territorios bajo su control se encontraban sumidos en la inseguridad: el número de bandidos en Roma y alrededores se estimaba entre doce y veintisiete mil, un fenómeno que aterrorizaba no solo a la ciudad, sino a toda Italia.
Sixto V emprendió una represión implacable para erradicar este flagelo. No sólo persiguió a los bandidos con severidad sino que fue más allá, doblegando la influencia de los barones locales que fomentaban la delincuencia y logrando la colaboración de los estados vecinos para enfrentar el problema de manera coordinada. La determinación de Sixto V se resume en la frase pronunciada al ser elegido: “no he venido a traer la paz, sino la espada”.
En poco más de dos años tras su ascenso, los Estados Pontificios se convirtieron en el territorio más seguro de Europa. El bandolerismo fue extirpado gracias a sus castigos severos y sus acciones decididas.
Esta política impactó de manera directa en la vida cotidiana: los peregrinos, por ejemplo, pudieron volver a circular con seguridad por los caminos que conducían a Roma, lo que dio un nuevo impulso a la vida religiosa y social del papado.
Esta política impactó de manera directa en la vida cotidiana: los peregrinos, por ejemplo, pudieron volver a circular con seguridad por los caminos que conducían a Roma, lo que dio un nuevo impulso a la vida religiosa y social del papado.
S.S. Sixto V
Sixto V, nombre que adoptó el nuevo Pontífice en memoria de Sixto IV, que había pertenecido a su instituto, se aplicó desde luego a restablecer el orden en los Estados de la Iglesia, a extirpar el bandolerismo que había tomado aterrador incremento en los últimos tiempos del anterior pontificado, y a hacer que se cumpliesen con estricta severidad las leyes; y este Papa, en quien resplandecían los más brillantes atributos de un gran soberano, logró que antes de expirar el primer año de pontificado fuese el estado de la Iglesia el país más seguro y tranquilo de Europa en aquel tiempo. Restableció una perfecta moralidad en la administración, y aunque en sus leyes se descubre en general la benignidad y la dulzura, en su ejecución fue siempre inexorable.
Cardenal Joseph Hergenröther
HISTORIA DE LA IGLESIA
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Era un gobernante nato y especialmente apto para contener la oleada de desorden y anarquía que había estallado hacia el final del reinado de Gregorio XIII . Tras obtener la cooperación de los estados vecinos, exterminó, a menudo con excesiva crueldad, el sistema de bandidaje que había alcanzado proporciones inmensas y aterrorizaba a toda Italia .
Se ha estimado de diversas maneras que el número de bandidos en Roma y sus alrededores a la muerte de Gregorio XIII oscilaba entre doce y veintisiete mil, y en poco más de dos años después de la ascensión de Sixto V, los Estados Pontificios se habían convertido en el país más seguro de Europa.
Se ha estimado de diversas maneras que el número de bandidos en Roma y sus alrededores a la muerte de Gregorio XIII oscilaba entre doce y veintisiete mil, y en poco más de dos años después de la ascensión de Sixto V, los Estados Pontificios se habían convertido en el país más seguro de Europa.