QUOD ALIQUANTUM
S.S.PíO VI
1791
...los Romanos Pontífices nunca permitieron que su autoridad permaneciera inactiva. De hecho, San Gregorio Magno envió al subdiácono Giovanni como su delegado a Génova, para que allí, donde se encontraban muchos milaneses, pudiera examinar sus opiniones y opiniones sobre la persona de Costanzo: si los encontraba perseverantes e inclinados para él, lo haría consagrado obispo de Milán por sus propios obispos con el consentimiento de la Autoridad Pontificia. Además, en una de sus cartas a varios obispos dálmatas, ordenó con la autoridad del Beato Pedro, Príncipe de los Apóstoles, que no debían, sin su consentimiento y permiso, pretender imponer las manos a nadie en la ciudad de Salona, ni para ordenar a cualquiera a su obispo de otra manera que él prescribió; si alguna vez se atrevían a transgredir, serían privados de la participación del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, y el que había sido ordenado por ellos no sería considerado Obispo.