"Ha sido escrito que el Señor puso su tabernáculo en el sol; es que el sol es el pontífice de la luz, como el pontífice es el sol de la conciencia. (...)
El galardón del Pontificado no es, pues, un trono, no es un cetro, no es una corona, no es un dominio terrenal más o menos extenso: nada de esto; estas cosas son florones, añadiduras de su galardón.
Pero la esencia del galardón del Pontificado es el ser el depósito, el guarda de los juicios del Señor.
El esplendor y la dulzura de este galardón no lo ve el hereje : Nec videt hunc splendorem hæreticus, nec sentit dulcedinem.
No, no le sienten sino los que saben elevarse hasta un punto en el que manifiestamente ven que el Pontificado es el cielo, el firmamento, el día, el tabernáculo, el sol, el esposo y el calor que anuncia, y propaga y testifica la gloria de Dios."
Comentario al Salmo XVIII
"El Salterio de Pío IX",
homenaje a S.S. Pío IX.
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