5 de julio del Año del Señor
SANTA CIRILA,
Virgen y Mártir
Al que escandalizare a alguno de estos pequeñitos
que creen en mí, mucho mejor le fuera que le ataran
al cuello una piedra y lo echaran al mar.
(Marcos, 9, 41).
Admira la fe y la caridad de Santa Cirila. El temor aun de parecer que sacrificaba en honor de los ídolos, siendo así motivo de escándalo para los demás, la hizo mantener con mano firme e inmóvil carbones encendidos mezclados con incienso. Este ejemplo de heroica firmeza convirtió a un gran número de paganos que, también ellos, soportaron los más crueles tormentos por el nombre de Jesucristo.
ORACIÓN
Que la bienaventurada Cirila, Virgen y mártir, implore por nosotros vuestra misericordia, oh Dios nuestro, ella que siempre os fue agradable por el mérito de su castidad y por su valentía en confesar vuestro santo Nombre. Por J. C. N. S. Amén.
MEDITACIÓN SOBRE EL ESCÁNDALO
I. No seas, para el prójimo, motivo de escándalo, de lo contrario serás culpable del pecado de tu hermano. Por tu vida escandalosa, precipitas al infierno a un alma redimida al precio de la sangre de Jesucristo. Examina bien tus acciones y tus palabras; y si has escandalizado a tu hermano, esfuérzate por reparar el mal causado y por darle buen ejemplo en lo futuro.
II. Evita las acciones indiferentes que pudieran ser motivo de escándalo para las almas débiles. Si comiendo carne, escandalizo a mi hermano, decía San Pablo, nunca la comeré. No descuides tus prácticas de piedad porque los malos se escandalicen de ellas: ¡si el sol se pone no es por temor de incomodar a las lechuzas! Oh mi amable Jesús, habéis muerto en la cruz, sabíais, sin embargo, que la cruz sería motivo de escándalo para los judíos. Es preferible ocasionar un escándalo antes que ocultar la verdad. (Tertuliano).
III. No te escandalices fácilmente del mal, verdadero o aparente, que ves. Excusa los defectos ajenos en cuanto puedas; excusa la intención, si el acto es evidentemente malo. Desvía la vista de los malos ejemplos que te den; ¿Por qué imitas siempre lo que hay de malo en los demás? Los sabios y los insensatos contribuirán, si tú quieres, a tu formación. El sabio y el insensato sirven para formar al hombre prudente: aquél le enseña lo que debe hacer, éste lo que debe evitar. (San Euquerio).
*Así es, mis queridos hermanos. Nos escandalizamos falsamente por los defectos ajenos, rasgándonos las vestiduras hipócritamente, pero de nuestras propias faltas apenas nos acordamos, disculpándonos una y otra vez mientras reincidimos en los mismos yerros. ¿Cómo creéis que nos tratará Dios ante tanta indulgencia propia pero demasiada severidad con el prójimo? Aprendamos a excusar las faltas ajenas, pues nosotros no somos mejores que ellos, y si Dios no nos sostuviera con Su Gracia, caeríamos en pecados mucho mayores que los de quienes nos rodean. Pidamos al Señor y a Su Santísima Madre que nos preserven del pecado mortal y venial, y trabajemos por corregir nuestras imperfecciones, que las tenemos y en abundancia. En cuanto al prójimo, démosle el buen ejemplo de las obras hechas por puro amor de Dios, sin buscar un sórdido interés ni calcular mezquinamente el coste de nuestro esfuerzo. A todos demos muestras de cuán grande es nuestra Fe, que no se arredra ante nada ni nadie, y confesemos que somos discípulos de Jesús y siervos de S.S. Pío XII en medio de un mundo que ha perdido la luz y la sal al haber apostatado vilmente tras abrazar la espantosa apostasía suscitada por el Anticristo. Estamos llamados a ser los últimos testigos de la Santa Fe Católica, Apostólica y Romana en este último acto de la historia que nos ha tocado vivir. Sepamos estar a la altura de la enorme responsabilidad que Dios ha puesto sobre nuestros hombros, pues Él nos ayuda siempre con Su Gracia si nosotros cooperamos fielmente.
Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. – Tomo III, Patron Saints Index.
*Comentario de Un discípulo amado de N.S.J.C.
SANTA CIRILA,
Virgen y Mártir
† martirizada alrededor del año 300
Al que escandalizare a alguno de estos pequeñitos que creen en mí, mucho mejor le fuera que le ataran al cuello una piedra y lo echaran al mar. (Marcos 9, 41)
+ En Roma, santa Zoé, Mártir, mujer del santo Mártir Nicóstrato; la cual, en tiempo del Emperador Diocleciano, orando delante del sepulcro de san Pedro Apóstol, fue apresada por los perseguidores y encerrada en una oscurísima cárcel; después, colgada de un árbol por el cuello y los cabellos, y haciéndole debajo una horrible humareda, en la confesión del Señor entregó su espíritu.
+ En Jerusalén, san Atanasio, Diácono, que, por defender el santo Concilio de Calcedonia, fue preso por los herejes, los cuales, después de hacerle probar todo género de tormentos, le acabaron la vida con el hierro.
+ En Siria, el triunfo de san Domicio, Mártir, que con sus milagros dispensa, muchos beneficios a las gentes de aquella tierra.
+ En Sicilia, los santos Mártires Agatón y Trifina.
+ En Tomis de Escitia, los santos Mártires Marino, Teódoto y Sédofa.
+ En Cirene de Libia, santa Cirila, Mártir, la cual, en la persecución de Diocleciano, retuvo mucho tiempo en la mano los carbones encendidos con incienso, porque no pareciese que al arrojar los carbones ofrecía incienso a los ídolos; después, horriblemente despedazada, hermoseada con su propia sangre, voló al Esposo.
+ En Cremona de Lombardía, san Antonio-María Zacaría, Confesor, que fue Fundador de los Clérigos Regulares de san Pablo y de las Vírgenes Angélicas; e insigne en todas las virtudes y en milagros, fue canonizado por el Papa León XIII. Su cuerpo se venera en Milán, en la Iglesia de san Bernabé.
+ Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.