VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

TODOS LO ATESTIGUAN: LA PRIMACÍA DE SAN PEDRO. Y POR ENCIMA DE TODOS, LA DECISIÓN RECAÍA EN EL ELEGIDO POR N.S.J.C.: PEDRO.



"El primado de San Pedro - 

Si en los apóstoles podemos ver los principios de una jerarquía revestida de autoridad, más aún podemos descubrir en San Pedro los primeros rasgos del papado. San Lucas tuvo conocimiento de que nuestro Señor había constituído a Pedro en jefe, cf. Le 22, 31-32, y en testigo principal, Le 24, 34, cf. 1 Cor.15, 5, y nos le muestra realizando sus funciones inmediatamente después de la ascensión. 


Él dispone la elección de San Matías, Él tiene la palabra en pentecostés y días sucesivos, ~él es el maestro principal. Él obra el primer milagro y sigue siendo el principal taumaturgo, 5, 15; cf. 9, 38. Él ejerce la autoridad en el caso de Ananías y Safira. 


En las primeras persecuciones por el sanedrín él es el agitador, a quien Herodes tiene que arrestar. Cuando está encarcelado, la oración especial de la Iglesia muestra la estima en que es tenido, 12, 5, 12 y 14. 


Durante el primer período, la Iglesia de Jerusalén constituía la Iglesia entera de Dios y poseía los elementos esenciales de su organización, los apóstoles con San Pedro a la cabeza. A medida que se van evangelizando nuevas regiones, vemos que San Pedro es considerado autoridad también respecto de ellas. 


Una vez que el Evangelio fué predicado a Samaria, San Pedro y San Juan fueron delegados para vincular a 

los nuevos convertidos con la Iglesia madre, 8, 14. «La palabra "delegar" no debe engañarnos, como tampoco la conducta, democrática en el sentido antiguo de la palabra, de la comunidad primitiva. La autoridad no abdica por el hecho de mostrarse dispuesta a escuchar a la Iglesia, y Pedro, el delegado de la Iglesia de Jerusalén y del colegio apostólico -que son una sola y misma cosa- sigue siendo cabeza. 


Hay en este pasaje matices de sentido que nosotros los occidentales interpretamos torcidamente. Pero también, y sobre todo, el mismo Espíritu que dió a Pedro el primer puesto constituyéndole cabeza, 819d inspiró a la Iglesia y a los doce a volver a poner en sus manos la responsabilidad de las decisiones. Ya sea por propia iniciativa o porque 

es delegado, Pedro goza siempre de plenos poderes», CERFAUX, La Communauté Apostolique (1943) 71. La Iglesia se ha extendido a Samaria. Las responsabilidades de San Pedro aumentan, y hace una visita pastoral a la Iglesia en Judea y Samaria, 9, 31-32. 


La más importante decisión tomada en los tiempos apostólicos e fué la de admitir a los gentiles a participar de las nuevas bendiciones mesiánicas, sin tener que observar la circuncisión y la ley mosaica. 


Esto puso en claro la independencia de la nueva religión. Fué San Pedro solo, especialmente iluminado, quien decidió, y fué de gran importancia para la narración de San Lucas mostrar de quién habla emanado. Con el crecimiento de la gran iglesia gentil en Antioqufa, se ve un nuevo desarrollo. La iglesia de Jerusalén, con su amor al templo y a la ley, resulta arcaica. 


Pero San Pedro ha salido para Antioquía y luego para Roma. «Cuando el barco penetra en el mar de los gentiles, Pedro lleva el timón», L. CERFAUX, ibid. Sin embargo, el crecimiento de las iglesias gentiles lleva a intentar deshacer la decisión de San Pedro en el caso de Cornelio. Más tarde, en el concilio de Jerusalén, lo reafirma, y el mismo Santiago explica cómo Dios le escogió especialmente para recibir a los primeros gentiles. San Pedro aparece por encima del debate, con la decisión tomada ya dentro de su espíritu, y su declaración autorizada acerca del punto principal en discusión es aceptada. 



Todos son guiados por el Espíritu: San Pablo, defensor de la libertad; Santiago, defensor de la ley, y San Pedro, pastor verdadero, reconciliándolos. Acerca de 15, 19, véase como La disputa de Antioquía, no habiendo tenido efectos duraderos, es omitida por San Lucas por respeto -como podemos suponer con seguridad- al príncipe de los apóstoles, signo visible de la unidad de la Iglesia que tanto amaba San Lucas."

B. ORCHARD, E. F. SUTCLIFFE, R. C. FULLER, R. RUSSELL

VERBUM DEI,

COMENTARIO A LA SAGRADA ESCRITURA 

TOMO CUARTO  

NUEVO TESTAMENTO: 

HECHOS A APOCALIPSIS 

Página 25 y ss.