S.S.León XIII
Satis Cognitum
Satis Cognitum
Pedro, porque es la piedra sobre la cual había de fundar su Iglesia». De este oráculo se deduce con evidencia que por yoluntad y orden de Dios, la Iglesia está establecida sobre el bienaventurado Pedro, como un edificio sobre su cimiento. Ahora bien, la naturaleza y la virtud propia del cimiento es dar cohesión al edificio, por la conexión íntima de sus diferentes partes, y servir de vínculo necesario para la seguridad y solidez de toda la obra; si el cimiento desaparece, todo el edificio se derrumba. Por consiguiente, el papel de Pedro es sostener la Iglesia y mantener en ella firmemente la solidez de una cohesión indisoluble. Pero ¿cómo podría desempeñar este papel si no tuviera el poder de mandar, prohibir y juzgar, en una palabra, un propio y verdadero poder de jurisdicción? Los Estados y las sociedades no pueden subsistir sin un poder de jurisdicción. Un principado honorífico y el poder tan escaso de aconsejar y advertir, que se llama poder de dirección, son incapaces de prestar a ninguna sociedad humana un elemento eficaz de unidad y de solidez. Y, por otra parte, el verdadero poder, de que hablamos, está declarado y afirmado con aquellas palabras: Y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. «¿Qué es decir contra ella? Es contra la piedra sobre la que Jesucristo edificó su Iglesia? Es contra la Iglesia? La frase resulta en realidad ambigua. ¿Será para significar que la piedra y la Iglesia son una sola cosa? Esta es, a mi juicio, la opinión verdadera; pues las puertas del infierno no prevalecerán, ni contra la piedra sobre la que Jesucristo fundó la Iglesia, ni contra la Iglesia misma»...
***