PROFESIÓN DE FE, PARA LOS NACIDOS EN SECTA ACATÓLICA, QUE SE USABA (CUANDO HABÍA JERARQUÍA) PARA LA RECONCILIACIÓN CON LA SANTA MADRE IGLESIA CATÓLICA APOSTÓLICA Y ROMANA
«Yo N. N. teniendo delante de mis ojos los Sacrosantos Evangelios que toco con mi mano, y sabiendo que nadie puede salvarse fuera de aquella fe que tiene, cree, predica y enseña la S. Católica y Apostólica Iglesia Romana, contra la cual me pesa de haber errado gravemente, porque, habiendo nacido fuera de esta Iglesia, he tenido y creído doctrinas contrarias a las enseñanzas de la misma. Ahora, iluminado por la divina gracia, profeso creer que la Sta. Iglesia Católica Apostólica Romana es la única y verdadera Iglesia fundada por Jesucristo en este mundo, y a ella me someto de todo corazón. Creo todos los artículos que ella me propone para creer; repruebo y condeno todo lo que ella reprueba y condena, y estoy pronto a observar todo lo que ella manda; y especialmente profeso creer: En un solo Dios, en tres personas divinas distintas e iguales, es a saber, Padre, Hijo y Espíritu Santo; en la doctrina católica sobre la Encarnación, Pasión, Muerte y Resurrección de N. S. Jesucristo, sobre la unión hipostática de las dos naturalezas divina y humana, y sobre la divina maternidad de María Santísima juntamente con su integérrima virginidad e Inmaculada Concepción; En la presencia verdadera, real y substancial del Cuerpo juntamente con el Alma y Divinidad de N. S. Jesucristo en el Smo. Sacramento de la Eucaristía; En los siete Sacramentos instituidos por Jesucristo para la salvación del género humano, que son Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Extremaunción, Orden y Matrimonio. En el Purgatorio, la resurrección de los muertos y la vida eterna; En el Primado no sólo de honor, sino también de jurisdicción, del Romano Pontífice, sucesor de S. Pedro y Vicario infalible de Jesucristo; En el culto de los Santos y de sus imágenes; En la autoridad de las tradiciones Apostólicas y Eclesiásticas y de las Sagradas Escrituras, las cuales no deben interpretarse ni entenderse sino en el sentido que ha tenido y tiene la Sta. Madre Iglesia Católica; En todas las otras cosas que por los Sagrados Cánones y por los Concilios Ecuménicos, especialmente por el Sacrosanto Concilio Tridentino y el Concilio Vaticano han sido definidas y declaradas. Por tanto, con sincero corazón y fe no fingida, detesto y abjuro todos los errores, herejías y sectas contrarias a la mencionada Santa, Católica y Apostólica Iglesia Romana. Así me ayude Dios y estos Santos Evangelios que toco con mis manos».
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