VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

SAN FRANCISCO DE PAULA, Confesor


2 de abril
SAN FRANCISCO DE PAULA,
Confesor

El mayor de entre vosotros, pórtese como el menor.
(Lucas, 22, 26).


San Francisco de Paula, fundador de la Orden de los Mínimos, abandonó el mundo a la edad de quince años para vivir en la soledad. Su fama de santidad muy pronto le atrajo gran número de compañeros. Los soberanos pontífices lo tuvieron en gran estima. El rey Luis XI, al fin de su vida, lo hizo ir a la corte, con la esperanza de recobrar la salud por su intercesión. Sanó a gran número de enfermos, y obró una multitud de otros milagros. Murió en 1508 a la edad de 91 años.


ORACIÓN

Oh Dios, grandeza de los humildes, que habéis ensalzado al bienaventurado Francisco, vuestro confesor, a la gloria de la santidad, haced, os lo suplicamos, que por sus méritos y mediante la imitación de sus virtudes alcancemos felizmente las recompensas prometidas a los humildes. Por J. C. N. S.


MEDITACIÓN
SOBRE LAS TRES PRINCIPALES
VIRTUDES DE SAN FRANCISCO DE PAULA

I. Tanta fue la caridad de San Francisco de Paula, que quiso que la divisa de su orden fuese: "Caridad". Dio prueba de su amor a Dios dejando todo para agradar le, despreciando todos los placeres, y buscando sólo su gloria en todo. Mostró su amor: por el prójimo curando a los enfermos y trabajando con ardor en la salvación de las almas. ¿Cómo Imi tas tú la caridad de este santo?

II. El aborrecimiento que tenía a su cuerpo lo hizo abrazar un género de vida severísimo: se alimentaba sólo con aquello que se permite en la cuaresma, rigurosísima en su tiempo. Quiso que sus hijos se obligasen por un cuarto voto a practicar la misma austeridad. Un día este santo condenará tus refinamientos y tus excesos. ¡Su vida fue una continua cuaresma, y tú no la puedes observar una vez al año! Si pensases en la hiel y el vinagre que ofrecieron a Nuestro Señor en la cruz, y en el amargo brebaje que se destina en el infierno para los hombres sensuales, pronto te corregirías de tu glotonería.

III. Durante toda su vida manifestóse su humildad, quiso pasar desconocido ante los hombres; fue menester una orden expresa del Papa para obligarlo a ir a la corte de Luis XI. El nombre de mí nimos, que dio a sus hijos, deja ver a las claras el particular amor que profesaba a esta virtud. Imitan do el ejemplo de este santo, huye de la vanidad en la medida en que vayas siendo mejor: los otros vi cios se desarrollan a fuerza de vicio, la vanidad hace su pedestal con la virtud misma. (San Euquerio)

Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. - Tomo I, Patron Saints Index.