S.S. Benedicto XV
A la Nobleza y Patriarcado Romano
5 de Enero de 1920
En todo tiempo han tenido los nobles el deber de prestar su ayuda para la enseñanza de la verdad, in doctrina; pero hoy, cuando la confusión de las ideas, compañera de las revoluciones de los pueblos, ha obscurecido, en tantos lugares y en tantas personas, las verdaderas nociones del derecho, de la justicia y de la caridad, de la religión y de la patria, hoy es también más grande el deber de los nobles de ocuparse en retornar al patrimonio intelectual de los pueblos aquellas santas nociones que han de dirigirle en su actividad cotidiana. En todo tiempo ha pesado sobre los nobles la obligación de no admitir indecencia alguna en las palabras ni en las acciones, a fin de que su libertinaje no se convirtiera en excitación al vicio en los subalternos, in integritate, in gravitate; mas ¡ay! que este deber es más fuerte, más grave a consecuencia de la corrupción de nuestra edad. No sólo los caballeros, sino también las damas deben unirse en santa liga contra las exageraciones y obscenidades de las modas, alejando de sí, y no tolerando en los demás, lo que no consienten las normas de la modestia cristiana.