VACANTIS APOSTOLICAE SEDIS

"Quod si ex Ecclesiae voluntate et praescripto eadem aliquando fuerit necessaria ad valorem quoque." "Ipsum Suprema Nostra auctoritate nullum et irritum declaramus."

S.S. BENEDICTO XV, PAPA Nº 258

 
BENEDICTO XV  (1914-1922)
JAIME DELLA CHIESA

Hijo de una familia patricia, nació en Génova, en 1854. Se doctoró muy joven en Derecho y se dedicó, en el colegio Capránica de Roma, al estudio de las sagradas disciplinas. Ordenado sacerdote, marchó a España con el nuncio pontificio (Mariano Rampolla del Tindaro) y más tarde atendió a importantes asuntos en la Curia Romana. En 1907 fue nombrado arzobispo de Bolonia, y en aquel mismo año cardenal. 

Fue elegido papa el 3 de septiembre de 1914 y tomó el nombre de Benedicto XV. Quiso que se aceleraran las ceremonias de su entronización y coronación, y que éstas se realizaran de la forma más modesta, dada la triste situación por que atravesaba el mundo a causa de la guerra.

Su primera encíclica es un llamamiento a la paz y una invitación a volver al espíritu del Evangelio, espíritu de caridad y de justicia. 

Benedicto XV supo, en momentos dificilísimos, mantenerse con tacto exquisito por encima del conflicto, para afirmarse como padre y maestro de todos los pueblos. La neutralidad de la Santa Sede, aun después de entrar Italia en guerra, no fue ni indiferencia ni insensibilidad, al contrario: gracias a Benedicto XV se acogieron las iniciativas más acertadas para mitigar los horrores de la guerra. 

Fue obra suya el intercambio de prisioneros no hábiles para el servicio militar; la liberación o intercambio de detenidos civiles inhábiles; la hospitalización de los heridos y enfermos en Suiza y en los países neutrales; el permiso a los prisioneros de tener correspondencia con sus familiares; el descanso dominical de los prisioneros de guerra; la tregua para sepultar a los caídos; la proposición para que cesaran las incursiones aéreas fuera de la zona de guerra; las muchas penas de muerte condonadas o conmutadas gracias a su intervención; los socorros de víveres e indumentaria a las poblaciones más necesitadas y a los prisioneros en los campos de concentración; la instalación de oficinas de información para los prisioneros en Roma, Friburgo, Paderbon, Viena, etc.

Tres veces dirigió su palabra con apremiantes apelaciones a los jefes de los beligerantes: el 8 de septiembre de 1914, el 28 de julio de 1915 y el 1 de agosto de 1917; por desgracia no fue escuchado. 

Y cuando Wilson vino a Europa después del armisticio, para las negociaciones de paz, el 1 de diciembre de 1918, Benedicto XV, mientras ordenaba plegarias en toda la cristiandad, escribía a Wilson suplicándole que hiciese de manera que las condiciones del armisticio no fuesen una provocación para los vencidos. Sin embargo, prevaleció la política.

No cesó, con el fin de la guerra, su obra humanitaria; es del año 1919 su apelación al Episcopado católico para que recogiese fondos con destino a los niños hambrientos de la Europa central, y también para el pueblo de Rusia. 

Reformó las jurisdicciones diocesanas, adaptándolas a las nuevas fronteras del Reino que se habían establecido en la post-guerra. No olvidó tampoco las misiones, tan puestas a prueba por el pasado conflicto, promoviendo particularmente la formación del clero indígena.

La obra de Benedicto XV fue apreciada por los soberanos, tanto es así, que mientras en la fecha de su elección sólo 14 Estados tenían representantes en la Santa Sede, al morir este papa su número había ascendido a 27; entre éstos Inglaterra, después de tres siglos y medio de suspensión, y Francia, que reanudaba las relaciones interrumpidas bajo Pio X.

En 1917 promulgó el nuevo Código de Derecho canónico preparado durante el pontificado anterior, e instituyó una Comisión de cardenales para la interpretación auténtica de dicho código. 

Beatificó a Juana de Arco, que será luego canonizada por Pío XI.

Benedicto XV murió el 2 de enero de 1922, suscitando un duelo universal. Murió ofreciendo "de todo corazón, la vida por la paz del mundo".

Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945


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