Cardenal Joseph Ratzinger
Experto sofista y sucesor del Anticristo
“La eclesiología de la Constitución sobre la Iglesia”
Osservatore Romano
19 de septiembre de 2001
"Con esta expresión (subsistit), el concilio difiere (disentir, discrepar, divergir) de la fórmula de Pío XII, quien afirmó en su encíclica Mystici Corporis Christi: «La Iglesia católica es (est) el único cuerpo místico de Cristo».
La diferencia entre subsistit y est encierra en sí misma todo el problema ecuménico."
El término subsistit deriva de la filosofía antigua, desarrollada posteriormente en la filosofía escolástica. El término griego hipóstasis desempeña un papel central en la cristología para describir la unión de la naturaleza divina y humana en la Persona de Cristo. Subsistere es un caso especial de esse. Es el ser en la forma de un sujeto con existencia autónoma. Aquí se trata precisamente de esto. El concilio quiere decirnos que la Iglesia de Jesucristo, como sujeto concreto en este mundo, se encuentra en la Iglesia católica. Esto solo puede ocurrir una vez, y la idea de que el subsistit pueda multiplicarse no capta con precisión la noción que se pretende. Con el término subsistit, el Concilio quiso explicar la unicidad de la Iglesia católica y su incapacidad para multiplicarse: la Iglesia existe como sujeto en la realidad histórica.
Joseph Ratzinger, “La eclesiología de la Constitución sobre la Iglesia” ,
Osservatore Romano , edición en lengua española
[19 de septiembre de 2001], pág. 5
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S.S.Pío XII
ENCÍCLICA HUMANI GENERIS
SOBRE ALGUNOS ERRORES MODERNOS
Otras tendencias peligrosas
Y no hay que admirarse de que estas novedades hayan producido frutos venenosos en casi todos los tratados de la teología...
Algunos no se consideran obligados a abrazar la doctrina, que hace algunos años expusimos en la encíclica Mystici Corporis Christi y que está fundada en las fuentes de la revelación, según la cual el cuerpo místico de Cristo y la Iglesia Católica Romana son una misma cosa.
(cfr. Litt. Enc. Mystici Corporis Christi, A. A. S., vol. XXXV, pág. 193 s.)
Algunos reducen a una vana fórmula la necesidad de pertenecer a la Iglesia verdadera para conseguir la salud eterna. Otros, finalmente, no admiten el carácter racional de la credibilidad de la fe cristiana.
Sabemos que estos y otros errores semejantes se propagan entre algunos hijos nuestros, descarriados por un celo imprudente o por una falsa ciencia; y Nos vemos obligados a repetirles con tristeza verdades conocidísimas y errores manifiestos y a indicarles, no sin ansiedad, los peligros de engaño a que se exponen.
https://archive.org/details/pio-xii-magisterio/194%20-%20Humani%20Generis%20in%20Rebus%20-%20Pio%20XII/page/1800/mode/2up
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