LEON XIII (1878-1903)
JOAQUÍN PECCI
Nació en Carpineto (Anagni), en 1810. Fue sucesivamente legado de la Santa Sede en Benevento y Perusa, luego nuncio en Bélgica con el título de arzobispo in partibus de Damietta, y finalmente obispo de Perusa en 1846. En 1853 Pio IX le nombró cardenal. En el conclave que siguió a la muerte de aquel papa, y que duró treinta y seis horas, hizo las funciones de camarlengo, y sacó, de cincuenta votos, 44 a su favor. Su elección se celebró el 20 de febrero de 1878.
Elegido en momentos difíciles, entre las encontradas tendencias de libertad y fraternidad, y las egoístas ambiciones políticas y sociales; entre las tentativas del despotismo y los constantes esfuerzos de los revolucionarios, el pontificado de León XIII representa la conciliación de la verdadera libertad cristiana con el progreso civil.
León XIII trató de disminuir las prevenciones de los griegos ortodoxos hacia los latinos, y de calmar la impaciencia de los polacos e irlandeses, mientras recomendaba benignidad y justicia a Rusia e Inglaterra.
En Alemania obtuvo la cesación del Kulturkampf (1885) que, iniciado por Bismarck, había terminado por ejercer una verdadera persecución contra la Iglesia.
En Francia pidió la adhesión de los católicos al gobierno republicano; nombrado árbitro, decidió la cuestión entre España y Alemania por la posesión de las islas Carolinas; en el Brasil promovió un eficaz movimiento por la abolición de la esclavitud.
Fomentó y fue Mecenas de las ciencias, abrió las bibliotecas y archivos del Vaticano a los investigadores de todos los países, fundó una Academia en Roma para la difusión de las doctrinas de Santo Tomás de Aquino, y recomendó a los obispos de todas las diócesis que fomentaran la enseñanza primaria, que era todavía muy deficiente en gran parte de la península.
Como los humanistas del Renacimiento, fue un elegante poeta latino, y en todos sus escritos (es el papa que publicó más encíclicas) usó un estilo de belleza extraordinaria y de gran nobleza.
A propósito de sus encíclicas citamos algunas de las más importantes: el Eterni Patris, de 1879, sobre la filosofía de Santo Tomás; la encíclica sobre el Matrimonio cristiano, de 1880; las de 1881 y 1885, sobre el Principado político y sobre la constitución cristiana de los Estados.
Pero donde León XIII dejó un nuevo y profundo surco fue en el campo social; ya en 1878 había desenmascarado las insidias del comunismo y del socialismo doctrinario, ofreciendo el programa para una inmensa labor a los católicos de todo el mundo; fue, sin embargo, en la Rerum Novarum del 15 de mayo de 1891 donde culminó su actividad social; en este documento, después de haber refutado las teorías comunistas, tanto por el lado religioso como por el económico; después de haber reivindicado el derecho de la propiedad privada y de demostrar como sólo el cristianismo posee y ofrece los medios para resolver la cuestión social la justicia y en la caridad, pasa a tratar del justo salario, de la tutela que se debe al obrero, de su asistencia, etc. Esta encíclica pasó a ser el programa de acción social católica.
No se debe tampoco olvidar la de 1884 Sobre la secta masónica, en la que desenmascara a la masonería mostrando su espíritu antireligioso y su invasión monopolizadora en los gobiernos hasta convertirse en un Estado dentro del Estado.
Su actividad religiosa no fue menor; celebró muchos Jubileos, promovió la devoción al Espíritu Santo y al Rosario, y quiso que fuese extendida por todo el mundo la Consagración al Corazón de Jesús. Canonizó a numerosos santos.
Murió el 20 de julio de 1903 a los noventa y tres años.
De inteligencia selecta y carácter enérgico, quiso ser el papado viviente, olvidando y haciendo olvidar su persona, e imponiéndose a sí mismo una severa disciplina.
Los Papas, desde San Pedro hasta Pío XII
Giuseppe Arienti
Con Licencia Eclesiástica 1945